Azkoitia. Los operarios de la empresa Altuna y Uria iniciaron ayer los esperados trabajos para la recuperación del tramo de carretera que sirve para acceder desde el entramado urbano de Azkoitia hasta el barrio de Martirieta, que fue arrasado por el impresionante desprendimiento que tuvo lugar el pasado día 12 de febrero.
Las obras, adjudicadas por la Diputación Foral de Gipuzkoa por un importe de 345.000 euros, se prolongarán "durante un periodo aproximado de dos meses", por lo que, "si las condiciones climatológicas lo permiten", los vecinos de Martirieta podrán volver a transitar por la principal vía de acceso a su barrio "para finales del próximo mes de julio".
Al menos eso es lo que espera el director de Infraestructuras Viarias de la Diputación territorial, Joseba Altube, que ayer se desplazó hasta el lugar del desprendimiento para contemplar in situ el inicio de los trabajos.
El propio Altube lamentó los tres meses y medio transcurridos desde que se produjo el corrimiento, que afectó a una superficie "de unos 18.000 metros cuadrados, es decir, el equivalente a cuatro campos de fútbol". Según sus palabras, "el mal tiempo de estos meses ha hecho que fuera imposible hacer antes los sondeos para elaborar el proyecto porque había que garantizar la seguridad de los trabajadores en unas zonas en las que se habían acumulado hasta seis metros de lodos".
Una vez realizadas las zanjas drenantes (de cuatro metros de profundidad y 300 de longitud) en la parte superior del desprendimiento, los técnicos pudieron realizar los sondeos para hacer el proyecto, que fue adjudicado la pasada semana.
Así las cosas, la empresa responsable de la actuación acometerá en las próximas semanas unas labores que incluyen "el retaluzado de aproximadamente 10.000 metros cúbicos por encima de la carretera afectada"; así como la realización de "unos drenajes profundos y la habilitación de cunetas superficiales para reconducir las aguas".
Además, "a la par de la carretera" se creará una escollera de sostenimiento y "de la carretera hacia abajo", unos drenajes laterales y nuevos retaluzados "hasta llegar a la carretera vecinal afectada que da acceso al caserío Lapatxa y a una granja". La actuación terminará en ese punto con la habilitación de "un cabellón de tierras" (una especie de murete) "para sujetar lo que vaya bajando".
Durante las obras previstas, los trabajadores de Altuna y Uria deberán mover "en torno a 17.000 metros cúbicos de tierra". Todo ello, con el objetivo de construir un tramo de carretera "de aproximadamente 60 metros de longitud".
Los vecinos de Martirieta confían en recuperar la carretera en julio, que es cuando aprovechan para llevar al barrio el forraje con el que alimentan a sus animales.