La voz de la cordura
la fundación donostiarra why not inició ayer su proyecto de radio a cargo de enfermos mentales de gipuzkoa
ES miércoles. Primera hora de la tarde en el sanatorio psiquiátrico de Usurbil. Cuatro internos, Nerea, Atilano, Joao y Willy, conversan sentados en torno a una mesa, moderados por Silvina. Pero no se trata de terapia de grupo. Están haciendo radio. Graban uno de los programas que, desde ayer mismo, pueden escucharse en la página web de la fundación donostiarra Why Not, un proyecto iniciado en seis centros de todo el territorio guipuzcoano.
La idea es de la directora de la radio, Silvina Guglielmotti, que conoció a los responsables de la organización casi por casualidad, "impartiendo clases de iniciación a la informática". Enseguida se le encendió la bombilla, algo en lo que influyó su nacionalidad. "Es que soy argentina, y no voy a negar que me inspiré en La Colifata", la emisora de los internos del psiquiátrico Borda, en Buenos Aires, un centro que Guglielmotti ha visitado varias veces y cuyos moradores inspiraron incluso una canción de El canto del loco. "Pregunté que por qué no íbamos a hacer una radio. Además, en la fundación ya tenían la base de los contactos de los centros de Gipuzkoa con los que trabajan. Se juntó todo. En el momento adecuado, me encontré con una organización con ganas de crecer y hacer cosas", añade Silvina.
ayuda para el paciente
"Es un ejercicio mental"
El proyecto echó a andar ayer, con la emisión del primer programa, grabado hace unas semanas en Zubieta con los jugadores de la Real Xabi Prieto, Mikel González e Imanol Agirretxe. Los espacios, disponibles on-line en la web www.fundacionwhynot.org, se repiten a lo largo de toda la jornada, alternados con minutos musicales, y de momento son todos en diferido, realizados a lo largo de las últimas semanas en los centros Aita Menni de Arrasate, Anzaran de Irun, Maldatxo de Donostia, Sanatorio de Usurbil, Eraiki de Proyecto Hombre en Hernani, y Gureak.
"Participar en los programas de radio supone para mí un ejercicio mental. Me permite mantener el equilibrio", señala Willy tras la grabación en Usurbil. "Nos enseña a escucharnos y a respetarnos. No como en esos programas de la televisión", subraya Joao. "Te ayuda a desarrollarte a ti mismo. A buscar dificultades y a salir de ellas. A veces estás hablando y se te va la onda, y aprendes a salir de esas situaciones", dice Atilano. "Claro que es bueno para nosotros", remata Nerea.
Escuchando a los protagonistas, parece claro que la radio supone una terapia perfecta para los enfermos mentales que participan en el proyecto. Sin embargo, no es esta función la que buscan desde la fundación Why Not. "El servicio de psiquiatría en Euskadi es muy bueno. Lo que buscamos desde la organización, con la radio y con el resto de actividades, es que este colectivo esté mejor en otros aspectos ajenos al médico y en los que nosotros sí podemos hacer algo: el ocio, el deporte, el tiempo libre, la cultura... Y la radio es una herramienta más", explica Silvina Guglielmotti.
Lo que ocurre es que las expectativas de los pacientes de los centros son otras. Más ambiciosas. Reconocen los efectos positivos que la radio tiene en ellos, pero quieren ir más allá, dando a su labor un rol divulgativo por un lado, y terapéutico por otro. "Todavía hay gente que escucha hablar de un psiquiátrico y se piensa que estamos en camisa de fuerzas, y que lo relaciona todo con la película Alguien voló sobre el nido del cuco", explica Nerea. Joao corrobora su tesis. "Queremos mostrar al exterior lo que es un psiquiátrico. Qué gente hay, qué características tiene...". Y Silvina, atenta y orgullosa ante las palabras de sus alumnos, apostilla que "tener una enfermedad mental no te define como persona". "Tienen muchas cosas que decir, como puede pasar por ejemplo con un enfermo de cáncer. Aportan una mirada diferente, y eso es lo que a mí me atrae", añade.
función terapéutica
Generar comunicación
Pero, por encima de todas estas inquietudes, reside una cuya respuesta empezará a conocerse esta semana, una vez que los programas estén en el aire. "Queremos que la gente nos escuche y nos pregunte cosas. Hoy en día, con todos los problemas que hay en la sociedad, cada vez existen más enfermedades provocadas por el estrés. Buscamos que la gente que las sufre nos escuche, que se identifique con nosotros, y que no se sienta un bicho raro", dice Nerea. Joao replica en tono jocoso que la intención tampoco es que "esto se convierta en un oráculo de consulta", aunque reconoce la voluntad de ayudar. "Se trata de que alguien que atraviesa una depresión vea que aquí hay personas que pasan por lo mismo", añade Nerea.
Dentro de esta función terapéutica, los internos conceden una gran importancia a un tema que tratan sin tapujos en sus programas: las drogas. Y es que muchos de los participantes en estos programas radiofónicos han sido consumidores. "Cada vez se observa una mayor relación entre estos hábitos y las enfermedades psiquiátricas. Muchos pacientes están aquí por haber sido adictos a sustancias", reflexiona Joao. "Yo estoy presenciando ingresos de gente joven que hace años no se daban", añade Nerea.
En cualquier caso, la temática de los programas es muy diversa. "Hoy hemos hablado del amor", cuenta Atilano. Joao agrega más asuntos. "El amor, la clandestinidad, el amor clandestino, la clandestinidad política, o ilegal, lo alegal...". Nerea, por su parte, ha explicado sus problemas infantiles. "De niña me prohibían fumar en mi cuarto. Y casi quemo la habitación", relata entre risas. Willy, el más tímido de los cuatro, comenta que "nunca" pensó que iba a hablar en la radio. "Cuando me lo dijeron lo vi como una muralla. Pero los temas van saliendo fácilmente".
pasado radiofónico
Viejos aficionados
"Yo tampoco habría imaginado esto nunca", añade Joao, que tiene unos conocidos que trabajaban en un programa en Errenteria. Atilano sí cuenta con experiencia ante los micrófonos, con algún breve escarceo en Zazpiki Irratia, en Elgoibar. Pero lo que une a todos estos pacientes del Sanatorio de Usurbil, locutores de nuevo cuño, es su pasión por la radio desde bien jóvenes.
Nerea escuchaba de madrugada Las noches de Ana. "La gente llamaba y mandaba cartas. Y también estaba todo el día conectada a Los 40 Principales, porque era una fan incondicional de New Kids on the Block". Atilano también era oyente nocturno, "de programas de amor" que le ayudaban a conciliar el sueño. A Joao le gustaba cómo lo hacía Mariano Ferrer en Herri Irratia, y también sintonizaba Onda Pesquera. Y Willy salía a transistor por mes, por sobreuso, cuando estaba interno en el colegio. Pero desde ayer han cambiado auriculares por micrófonos. Ahora ellos son los protagonistas.
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