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La calderilla tiene mucho valor

emprendedores guipuzcoanos instalan la primera máquina del estado que cambia monedas por bonos de compra

LA introducción del euro en sustitución de la peseta acarreó la masiva llegada a los bolsillos de incordiantes moneditas de 1 y 2 céntimos, cuya utilidad resulta escasa, a menos que se amontonen cientos de ellas durante años. Ese es el objetivo de miles de europeos que, día a día, depositan en un rincón de sus casas estas pulgas, hasta que el montón adquiere volumen y se les puede dar una digna salida. En muchas ocasiones, el destino de las lentillas es la sucursal bancaria, donde se traducen en billetes.

Una solución a esta incómoda calderilla reside en una eficaz máquina comercializada por emprendedores guipuzcoanos que ya han instalado este invento en el hipermercado E. Leclerc de Pamplona. Se trata de una experiencia pionera en el Estado, que ya se desarrolla desde hace años en Francia.

El mecanismo es sencillo: el aparato posee en la parte superior una cesta en la que el cliente deposita la masa de monedas de cualquier valor (de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos, así como de uno y dos euros) que ha guardado. Automáticamente, la máquina se activa y comienza a contar las piezas, cuya suma económica aparece en una pantalla.

Tras depositar todas las monedas, el cliente pulsa en la pantalla táctil y este ingenio le facilita un bono de compra por el valor de las monedas introducidas, con el que podrá pagar en el mismo hipermercado los artículos que desee. "Es como si te facilitase un billete que solo puedes gastarlo en esa superficie. Es muy práctico, porque, al acumular bastantes monedas, puedes hacer una buena compra con este tique. De esta forma, se consigue canalizar de manera provechosa las monedas que todos tenemos en nuestros domicilios o las que nos pesan en los bolsillos", describe Javier Zapirain, delegado de la empresa francesa Eurocycleur, inventora de este sistema de cambio de monedas y que ya cuenta con cerca de 80 aparatos instalados en diferentes hipermercados del país galo.

hosteleros

facilidad y comodidad

Este empresario de Irun resalta que esta experiencia "innovadora funciona muy bien" en territorio francés, de manera que el próximo año esperan duplicar el número de aparatos distribuidos en el Hexágono.

Zapirain destaca que, además de la clientela habitual de los centros comerciales, esta máquina resulta especialmente útil en el caso de los hosteleros, que acumulan en sus negocios cantidad de monedas, a las que pueden dar una salida fácil y cómoda.

Este emprendedor guipuzcoano agrega que la máquina tiene la posibilidad, asimismo, de dirigir las monedas hacia un fin benéfico. "Si se programa, tiene una función que destina el total del montante introducido a un estamento benéfico sin ánimo de lucro para, así, destinar las monedas de modo solidario. En el caso de la superficie comercial pamplonesa, se destinará al Banco de Alimentos", desgrana Zapirain.

En el futuro, estos emprendedores guipuzcoanos se plantean extender este sistema de cambio a otras grandes superficies comerciales.