EuskoTren despide a Juanjo Olaizola

Donostia. Casi un año después de la polémica que provocó la destitución de Juanjo Olaizola al frente del Museo Vasco del Ferrocarril, ayer Eusko Trenbideak despidió oficialmente al alma máter y director del museo de Azpeitia mediante una carta oficial. El argumento esgrimido es que Olaizola, tras conocer aquella destitución de hace doce meses, se ha "excedido en la libertad de expresión, causando un grave daño a la imagen pública y al prestigio del museo y de sus profesionales".

Ni su trayectoria de 20 años al frente del centro, ni la presión realizada por parte de la Federación Europea de Museos y Ferrocarriles Turísticos, las asociaciones de trenes del Estado y los amantes del mundo del vapor han convencido a la sociedad pública dependiente del Gobierno Vasco. Desde ayer, Olaizola está fuera del museo, aunque, lejos de aceptar la decisión, y según ha podido saber este periódico, recurrirá.

Los desencuentros entre Eusko Trenbideak y el responsable del museo se remontan a diciembre del año pasado, cuando el organismo dependiente del Departamento de Vivienda, Obras Públicas y Transportes lo destituyó de su puesto para asignarle una nueva misión en el área de Formación de la compañía, en un puesto administrativo en las oficinas centrales de Atxuri, en Bilbao. La decisión causó gran indignación y rechazo en ambientes ferroviarios y Eusko Trenbideak reculó.

Pocos meses después, cuando todo parecía volver a la normalidad, la sociedad convocó un proceso de selección para elegir al director del museo bajo la premisa de que Olaizola nunca había ocupado ese cargo.

El aludido achacó esta situación a "un problema técnico", ya que, según informó, en 1992 fue nombrado director en funciones, cargo que pasó a tener carácter definitivo dos años más tarde. No obstante, explicó, tanto él como EuskoTren se referían a su persona como el director del Museo Vasco del Ferrocarril. "Si no lo fuera, lo normal es que mi empresa hubiera tomado medidas por ejercer un cargo que no me corresponde", afirmó en una entrevista concedida a este diario.

Ese mismo artículo, en el que Olaizola manifestó su "sensación" de que le querían "apartar" de la dirección del museo, le acarreó uno de los dos expedientes que se le abrieron. Eusko Trenbideak consideró que Olaizola se "excedió en los límites de la libertad de expresión, causando un grave daño a la imagen pública, la dignidad y el prestigio profesional de las personas aludidas, así como a la imagen y al prestigio de la propia Sociedad Pública EuskoTren y de la Fundación del Museo". Todo ello le ha costado una "falta muy grave" y, finalmente, el despido.

Nueva Polémica

Designación de Ostolaza

En este contexto de gresca verbal de reproches y acusaciones, Eusko Trenbideak siguió adelante con el proceso de selección para elegir un director del museo. El propio Olaizola participó en el concurso, pero quedó en cuarto lugar. "¿Con qué ánimo me voy a presentar a una prueba de selección donde evidentemente he tenido mala puntuación en la entrevista personal y en la prueba psicotécnica, según parece? ¿Con qué espíritu voy a enfrentarme a esa prueba después de siete meses de acoso?", indicó en el artículo mencionado.

Finalmente, la persona que resultó elegida fue Maitane Ostolaza, doctora en Historia y Civilización y profesora en la Universidad parisina de La Sorbona. Pero su designación tampoco estuvo exenta de polémica, ya que la Asociación de Amigos del Ferrocarrril denunció que el proceso de selección "incumplía los principios de transparencia y neutralidad". Según su versión, la candidata seleccionada "carece de experiencia en la dirección de museos y fundaciones" y es "íntima amiga" del viceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco.

Durante todo este tiempo, Ostolaza ha preferido mantenerse al margen de las críticas, aunque lamentó que fuera juzgada y se cuestionasen sus capacidades profesionales "antes siquiera de comenzar a trabajar". "Toda esta polémica me resulta cansina. Quiero empezar a trabajar, quiero construir", afirmó.

En los últimos meses, varios colectivos ligados al ferrocarril, así como el Ayuntamiento de Azpeitia y los vecinos de esta localidad, han protestado para exigir el mantenimiento de Olaizola en la dirección del museo. Pero sus peticiones no han sido escuchadas y Eusko Trenbideak ha decidido despedirlo.