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Si hay nieve, no hay crisis

La ola de frío asegura un buen arranque de una temporada en la que las estaciones de esquí van a estar abierta durante 150 días. Desde ayer, los centros invernales del Pirineo ya están en funcionamiento y así permanecerán hasta el 24 de abril.

Si hay nieve, no hay crisisPATXI CASCANTE

A más de seis millones de personas, entre ellos a casi 200.000 vascos, no les importa nada que arrecie el mal tiempo. Aplauden las alertas meteorológicas de temperaturas bajo cero y celebran esta ola de frío ártico. La afición por el esquí en la CAV no ha parado de crecer en los últimos años aunque, tal y como admiten desde la Asociación de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem), no se capta nueva clientela al ritmo previsto. Desde este foro se confiesa que, desde hace unos años, el número de esquiadores ha dejado de crecer. "Cada vez es más complicado atraer a los jóvenes, competimos con los videojuegos y con las nuevas posibilidades de ocio", dice Aurelio Bisbe. Sin embargo, reconoce que el mal tiempo asegura las reservas de todo el mes de diciembre.

Ya sea para combatir los malos augurios de la crisis o por tener hilo directo con el Meteosat, los empresarios del sector han decidido ponérselo más fácil a sus aficionados, adelantando la apertura de las estaciones y disponiéndose a afrontar una temporada de nada más y nada menos que 150 días. Conscientes de que las ganas de los amantes del esquí tras varios meses de abstinencia son ya palpables, ayer empezó una de las temporadas más largas de los últimos años; el récord lo tiene la campaña 2008-2009, que se prolongó desde el seis de noviembre al 17 de mayo.

Astún abrió sus puertas el viernes y ayer se sumaron el resto de centros invernales del Pirineo. Hasta el próximo 24 abril, y siempre que el tiempo acompañe, como lo hará este fin de semana, los aficionados al esquí podrán deslizarse por las pistas y disfrutar de remontes, descensos y saltos. De momento, y para abrir boca, pueden disponer de más de 100 kilómetros esquiables. Aunque a estas alturas del calendario, los amantes del deporte de la nieve hayan hecho ya la puesta a punto del material, para todos ellos es el próximo puente de diciembre el que marca el pistoletazo de salida de la temporada blanca.

Las estaciones no han reparado en gastos y han destinado más de 59 millones de euros a ampliar y remodelar sus instalaciones. Este año los equipamientos integrados en Atudem, que agrupa a 33 estaciones, habilitarán para la práctica de esquí alpino 990 pistas y 1.011 kilómetros de superficie esquiable. Entre las novedades destacan la ampliación en cinco kilómetros de las pistas destinadas a la práctica en esquí alpino y se disfrutará de 18 nuevos kilómetros para realizar esquí de fondo. Además, parte de la inversión ha ido destinada a adquirir ocho nuevos remontes y 100 cañones, lo que mejora la calidad del millar de kilómetros de superficie esquiable. Entre ellas, las estaciones más utilizadas por los vascos, como Astún, Candanchú o Formigal. Aunque los aficionados procedentes de Euskadi visitan también en gran medida estaciones francesas como La Mongie.

Valdezcaray es otro emplazamiento a punto de nieve para los vascos por su proximidad y bajo coste. "Cinco días son suficientes para que una persona normal aprenda a esquiar", promete Alfredo del Campo, desde La Rioja.

La crisis cambia los hábitos En cuanto al número de visitantes, este año podrían superarse los 6,1 millones de la pasada temporada, año que fue "nefasto" debido a la mala climatología en las pistas, frente a la temporada 2008-2009, año récord con 7,5 millones de usuarios. Para la directora de Atudem, Paloma García, el objetivo es "fidelizar la cifra de esquiadores y hacer cantera", ayudados por una temporada larga que en sus inicios "pinta bien". Sobre las repercusiones de la crisis, cree que "no somos un sector que nos hayamos visto tan afectado como otros". No obstante, nota cambios en el comportamiento de los clientes: "Se gasta menos en los servicios de restauración y la gente lleva más bocadillos". "La clave es que haya nieve. La crisis es menor cuando hay buenos espesores de nieve", corrobora Joaquim Alsina, gerente de las estaciones catalanas de montaña.

No en vano, las estaciones de esquí que recibieron más visitantes el pasado invierno fueron Catalunya y Aragón, con más de dos millones de turistas. "Si el clima nos ayuda la temporada podría ser muy buena, al contrario que el año pasado", señala el director de Candanchú, Eduardo Roldán. Sobre todo teniendo en cuenta que la temporada "va a ser larga, porque empieza pronto y va a acabar muy tarde, ya que Semana Santa es a finales de abril".

Más que deporte, negocio Porque del manto blanco dependen muchos puestos de trabajo. El sector de la nieve crea casi 60.000 empleos directos e indirectos en los valles en los que desarrolla su actividad, 7.000 puestos de trabajos directos y más de 50.000 indirectos entre bares, restaurantes, tiendas y demás negocios relacionados. De hecho, aunque en Europa el turismo de nieve está liderado por Francia y Austria, seguidos de Suiza e Italia, España ya se encuentra en un segundo grupo, junto con Suecia, Alemania o Noruega y por delante de países en los que la nieve forma parte de su cultura invernal.

Por destinos, Andorra sigue abanderando las preferencias con un 80% de las contrataciones, fundamentalmente para las estaciones de Vallnord y Grandvalira. En segundo lugar, figuran las estaciones de Aragón (Formigal) y en tercera posición los complejos de esquí de Catalunya (La Molina y Baqueira Beret). "La afluencia siempre depende del tiempo pero ya se están realizando muchas reservas para el puente y también para Navidad", apunta Antonio Gericó, director de la estación de esquí de Formigal.

El gasto medio de un fin de semana a la nieve se sitúa en los 157 euros, cantidad que incluye la estancia en apartamento y un forfait de dos días, la modalidad más habitual para las escapadas a la nieve. Y eso que, como medida de ahorro, los clientes han reducido el número de noches fuera de casa. El presidente de Atudem, Aurelio Bisbe, aclara que los objetivos de la asociación pasan por volver a recuperar esos siete millones de visitas de la temporada 2008-2009 y que, para ello, las condiciones climatológicas deben acompañar. La pasada temporada se dio la paradoja de que hizo mal tiempo durante muchos días del fin de semana, cuando la gente aprovecha para subir a la montaña. Bisbe asegura que uno de los principales desafíos de la organización en este momento es ampliar la afición y confiesa que, desde hace unos años, el número de esquiadores ha dejado de crecer.