"No hacen falta parlamentos para que nos echen; ya lo hacen los ganaderos y los toreros"

Donostia. ¿Qué le parece la decisión que tomó el miércoles el Parlamento catalán?

Ante todo, me parece una decisión democrática. Además, me ha dado la sensación de que la derecha española ha hecho de los toros una causa de Estado y lo que yo creo es que para que nos echen de los toros no hacen falta parlamentos. En estos momentos, a los taurinos nos están echando los ganaderos y los toreros. Ahora se crían toros para contentar a una parte de la sociedad, son uniformes, no son acometedores, ni bravos. Para esos animales hacen falta toreros con mayúsculas. El toreo se ha convertido en un acto social muy importante, de mucha gente guapa y se ha olvidado la esencia.

¿Y cómo deberían ser?

Ahora están criando toros para las figuras del toreo y les quitan toda la fiereza del mundo. Un toro tiene que ser íntegro, que haga pensar al torero. Lo tiene que analizar y conforme a las características que presente torearlo. Ése es el mérito y no lo de ahora. Hay algunas ganaderías como la de Dolores Aguirre que sí que crían el toro auténtico. Pero ese tipo de animal lo mandan a los chavales.

Entonces, ¿qué pasará?

Creo que la Unión Europea, tarde o temprano, llegará con la vara de medir y entonces serán implacables. Yo, mientras tanto, iré a los toros. Vistas cómo van las cosas en cuanto a la defensa de los animales, la UE hará algo y es posible que se prohiba esta forma de toreo en el que el animal muere.

¿Cree que se ha querido romper con lo que algunos denominan "español"?

No creo. ¿Todo el mundo que va a los toros es español? Yo por lo menos no y otros muchos tampoco. Creo que ahí se están mezclando un montón de conceptos. Además, el toreo vasco es ancestral. El primer escrito vasco sobre tauromaquia data de 1132, y se localizó en la localidad de Barea (hoy en las afueras de Logroño, entonces el Reino de Navarra). En 1160 se celebró una corrida de toros en Soraluze. La manera de torear en Euskadi siempre ha sido a la carrera, al quiebro o al recorte y, aunque con el tiempo seguramente la corrida de toros en la que el animal muere desaparecerá, en Euskadi prevalecerá esta tipología.

¿Cree que la iniciativa de Catalunya puede tener un "efecto dominó" en Euskadi?

Intuyo que los movimientos antitaurinos aprovechando todo esto intentarán predicar lo suyo en otros sitios, pero no creo que tenga un efecto dominó aquí; al menos de momento.

¿Está la afición vasca en crisis?

De alguna manera, sí. El espectáculo de los toros se ha convertido en un evento social importantísimo donde la gente va a lucirse. Por ejemplo, en la Semana Grande de Bilbao la plaza se llena tres días y el resto de las jornadas hay una entrada importantísima. Pero si pones una corrida en septiembre no va nadie. Y en Pamplona, Sevilla o Madrid ocurre lo mismo. Las corridas de toros fuera de fiestas no son ningún negocio, todo lo contrario.

¿A qué se debe esa desafección?

La gente desencantada está dejando de ir. Quedamos cuatro. Y vamos a corridas muy medidas, mirando qué toros y qué toreros son... Se está perdiendo la afición.

Los antitaurinos les acusan de no tener sensibilidad ni sentido común. ¿Cómo se sienten antes estas afirmaciones?

Los antitaurinos tienen su punto de vista. A los que nos gustan nos toros comprendemos que es un espectáculo cruento. Lo ha sido desde Creta.

¿Cree que la prohibición tendrá alguna repercusión económica?

Puede que tenga alguna, pero no tanta como dicen. El mundo de los toros todavía está anclado en el siglo XVII, en la picaresca española. Y todo es trampa.