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"Mientras haya casos como el de Pagola o Arregi seguiremos manifestándonos"

Cientos de fieles denuncian "censura" por parte de la iglesia

Bilbao. Centenares de feligreses vascos se concentraron ayer frente a la Catedral de Santiago de Bilbao para denunciar "los ataques a la pluralidad" y "la censura que la Iglesia católica lleva aplicando desde hace años a sus componentes". Bajo el lema Yo también pido la palabra, en referencia al artículo que Joxe Arregi publicó para denunciar la supuesta persecución a la que estaba siendo sometido por parte del Obispo de Donostia, Jose Ignacio Munilla, fieles venidos de diferentes puntos de la geografía vasca leyeron un comunicado en el que cargaban con dureza contra el rumbo que, a su juicio, está tomando la Iglesia Católica. "Desde hace algunos años están surgiendo movimientos y gestos que pretenden establecer un modelo en el que los jerarcas y los pastores son los que ordenan y los que no lo acatan son amordazados y apartados", afirmó a este periódico un portavoz de los convocantes.

Diferentes colectivos de redes cristianas, entre la que se encontraba el colectivo Kristau Sarea, mostraron así su "más rotunda repulsa" hacía el modelo "conservadurista" y "tradicionalista" que se está implantando en el seno de la Iglesia vasca, puesto que, según denunciaron, es un modelo que fomenta "los procedimientos oscuros" y las "doctrinas y formulaciones catequéticas" que están sucediendo en los últimos tiempos. "Bajo la excusa de mantener la doctrina recogida en catecismos, dogmas y códigos, el miedo a la diversidad, a la complejidad, a la pérdida de poder de algunos, acalla las voces y se amordaza la experiencia de la libertad y diálogo en nuestra Iglesia y en el mundo".

Antecedentes Sin embargo, el clima de tensión creado en el seno de la Iglesia "por la falta de derechos humanos", según denunciaron los convocantes, se remonta tiempo atrás. Primero fue la retirada de las librerías eclesiásticas y diocesanas de la obra del teólogo Jose Antonio Pagola Jesús, aproximación histórica. Las críticas por esta decisión no se hicieron esperar y pocos días después de conocerse la noticia, más 250 sacerdotes guipuzcoanos escribieron una carta al teólogo para mostrarle su "profunda" e "incondicional" solidaridad fraterna con su persona.

Poco después, los nombramientos de prelados de corte conservadora como Mario Iceta, en Bilbao, o José Ignacio Munilla, en Donostia, ambos con el beneplácito del ultraconservador y ubicuo Rouco Varela, pusieron de manifiesto el proceso de involución y acrecentaron, aún más, las ya de por sí maltrecha relación entre una parte importante de los feligreses vascos y la Iglesia. De hecho, ciento treinta y dos sacerdotes guipuzcoanos, firmaron un documento en el que se rebelaban contra el Papa Benedicto XVI y su decisión de nombrar como obispo de Gipuzkoa a monseñor José Ignacio Munilla, del que consideran que "no es la persona idónea para desempeñar el cargo asignado".

El silencio impuesto Sin embargo, la gota que colmó el vaso entre diversos grupos cristianos de base fue el silencio impuesto a Joxe Arregi, que no dudó en señalar a Munilla como principal instigador de un proceso que pretende confinar al franciscano de la Iglesia Católica, según denunció el mismo, ante su actitud de rebeldía y crítica. El vaivén de acusaciones en ambas direcciones no se hizo esperar puesto que el fraile acusó al prelado de calificarle de "agua sucia que contamina a todos, a los de fuera de la Iglesia al igual que a los de dentro", a lo que Munilla sin negar dicha acusación, respondió con "la comunicación entre un obispo y un sacerdote tiene lugar en el fuero interno de la Iglesia".

Por todo ello, según relataron durante la parte final de la concentración, "nos manifestamos para mostrar nuestro más solemne apoyo a quienes más están sufriendo esta situación". De este modo, los feligreses apostaron por un giro radical y por una iglesia plural "que se dedique más a la defensa de las personas que sufren, que a la salvaguardia de una moral determinada. "De esta manera, queremos expresar, pública y abiertamente, que también nosotros pedimos la palabra y que mientras sigan sucediendo incidentes como el de Joxe Arregi o Jose Antonio Pagola, los feligreses seguiremos saliendo a la calle", concluyeron.

Tras la lectura del manifiesto, los cientos de feligreses que ayer se dieron cita en Bilbao procedieron a escribir en un papel, "de manera totalmente voluntaria", sus comentarios a cerca de las directrices que esta tomando la Iglesia para "reivindicar el criterio de comunión de nuestros orígenes y de todos los tiempos, que no ha sido otro que el reconocimiento de la diversidad de carismas y tradiciones como fruto del mismo Espíritu, el testimonio de Jesús"