Comienza a sonar con fuerza una sirena. Es un sonido ondulante parecido al de una ambulancia que dura un minuto y, tras cinco segundos en silencio, vuelve a sonar.

Los 30 niños de Txirrita Eskola, situado en el barrio de Ereñozu de Hernani, conocen ese sonido. Significa que se ha producido una fuga en alguna de las empresas químicas que se encuentran en los polígonos Epele e Ibarluze, cercanos a este barrio.

En cada clase, el profesor hace un recuento de los niños, los organiza en filas y suben ordenadamente a la zona de confinamiento, un aula situado en lo más alto de la escuela y la más cercana a la sirena. "Nos recomendaron que eligiéramos una zona alta, porque el gas (en este caso el cloro) suele quedarse abajo", explica Ana Gil, directora del centro.

Mientras tanto, la persona encargada de Prevención de Riesgos, ha cerrado ventanas y persianas de la habitación para evitar que entre el aire contaminado. Tras comprobar que no queda ningún niño en el resto de los habitáculos, la zona de confinamiento se sella colocando toallas en las aberturas de las puertas. Dentro, los pequeños, de entre dos y doce años, permanecerán junto a sus andereños escuchando la radio para saber qué ha ocurrido.

Pero ayer los niños correteaban tranquilos, imitando el ruido de la sirena y, algunos, tapándose los oídos. Era un simulacro, el tercero que la Dirección de Emergencias del Gobierno Vasco lleva a cabo en Hernani desde que se instalara este sistema en 2006. La sirena de Ereñozu comenzó a sonar unos minutos después del mediodía, junto a las otras dos, que se encuentran en los citados polígonos.

El radio de acción que, calculan, podría alcanzar la nube tóxica se sitúa en torno mil metros cuadrados. No llega, por tanto, al núcleo urbano de Hernani.

Ana López y José Manuel Manzanedo son los técnicos de Dirección de Emergencias y Protección Civil que acudieron a Ereñozu para supervisar que todo funcionara correctamente.

En el caso de Hernani, la nube tóxica puede originarse por un fuga en la Electroquímica o en Arquema, explican. "Según la dirección del viento y depende de la cantidad de gas que se fugue, en este caso el cloro, puede durar más o menos tiempo. Si la gente se confina en un lugar cerrado, no debe haber problema", afirma López. Lo lógico, entonces, es que al oír la señal de alarma los vecinos se encierren en sus casas. "El coche vale si no hay otra alternativa, siempre que esté bien cerrado", apostilla. Ocho son los consejos que aparecen en las tarjetas que el Gobierno Vasco ha buzoneado a los vecinos del entorno antes de celebrar el simulacro por emergencia química.

Ocho consejos

Encerrados con la radio

Además de cerrar ventanas, puertas y persianas, se aconseja no salir a la calle hasta que suene la alarma de fin de alerta, un sonido plano que dura 30 segundos. Mientras se esté a la espera, hay que tener conectado la radio, la televisión o Internet para saber qué ocurre. No se debe, en cambio, usar la ventilación ni la calefacción, fumar ni encender un fuego, tampoco usar el teléfono.

Los progenitores no tienen que acudir a recoger los niños, porque como bien mostraron en la ikastola Txirrita, los profesores saben bien qué hacer. Si por casualidad suena la alarma y la persona se encuentra en la calle, ante todo tiene que protegerse las vías respiratorias y acudir, cuanto antes, a un lugar cerrado.

El protocolo, normalmente, lo inicia "la propia empresa, que tiene la obligación de dar el aviso a SOS Deiak", señala López, "al tiempo que activa el Plan de Emergencia Exterior". El técnico en Intervención es el que da el aviso para activar la alarma desde el Centro de Coordinación, en este caso, de Gipuzkoa. Si fallara, se podría hacer desde el Ayuntamiento.

Suena ya el sonido de fin de alarma. Son las 12.23 horas. Todo ha ido bien y los niños ya pueden volver a clase.