pamplona. Nagore Laffage sufrió múltiples agresiones en la cabeza y en la cara durante un "tiempo relativamente prolongado", antes de ser estrangulada, posiblemente con una mano, durante bastantes segundos. La joven presentaba hematomas externos en el rostro, las extremidades y el cuello, y también lesiones internas en la cabeza, producidas por una sucesión de traumatismos que supuestamente le infligió José Diego Yllanes Vizcay.
El momento más escabroso de todo el juicio por el asesinato de la irundarra tuvo lugar ayer por la mañana, con la exposición de los resultados de la autopsia que los médicos forenses efectuaron a la joven, horas después de ser descubierto su cadáver en Orondritz. La principal conclusión de ese estudio necrológico es que la estudiante de Enfermería falleció por asfixia como consecuencia de una estrangulación manual.
Los peritos forenses, que dataron la hora de la muerte entre las 7.00 y las 11.00 horas del 7 de julio, explicaron que el cuerpo presentaba una serie de hematomas en la zona del cuello, que revelan que se ejerció una "presión fuerte", y otras lesiones que indican que se produjo una congestión venosa, que es uno de los signos de la asfixia.
Los expertos, ayudados por diagramas y fotografías, afirmaron que no había ninguna duda de que la estrangulación se efectuó con las manos, aunque su impresión era que Nagore había sido "estrangulada con una sola mano" que ejerció una "presión continua", y en ese sentido descartaron un golpe en el cuello como la causa del deceso o una presión momentánea.
Aunque no pudieron precisar cuánto tiempo estuvo el acusado estrangulando a la joven de Irun, los forenses dijeron que "no es una cantidad pequeña de segundos. No es un tiempo corto, sino que son bastantes segundos". Ante la insistencia del abogado de la acusación particular, y citando literatura científica de referencia, admitieron que "más de quince segundos".
cubierta de hematomas Además de las lesiones del cuello, los forenses explicaron que Nagore sufrió hematomas en los ojos, en los labios, en la nariz y en el mentón producidos por un elemento contundente, que podrían ser "unos puños". Internamente, la joven también presentaba hematomas en la cabeza, principalmente en el lado izquierdo y en el frontal, consecuencia de "traumatismos intensos contusos" producidos contra superficies amplias, como el suelo.
Nagore presentaba, asimismo, pequeños hematomas redondeados en las extremidades superiores, los llamados "hematomas digitados", que son típicos de una acción de sujeción o presión, lo que indica que el acusado intentó retenerla o contenerla, posiblemente contra el suelo. Por último, se encontraron erosiones en el hombro y el pecho, quizá causados por la cadena que portaba, y en la zona de la pelvis, compatibles con la rotura del pantalón.
Además, en el cadáver de la joven no se detectó la presencia de semen ni indicios de agresión sexual y en los análisis se dictaminó que la tasa de alcohol era de 1,12 gramos por litro de sangre. En definitiva, indicaron los forenses, se ejerció sobre la joven una acción "homicida", como ocurre siempre que se produce una estrangulación manual.