- El diagnóstico precoz del glaucoma es difícil, puesto que la enfermedad no ofrece síntomas evidentes para el paciente en los primeros estadios y, por ende, el diagnóstico de la patología se complica cuando existe una miopía de por medio.
"En esta tipología de pacientes la? presión puede ser normal y, además, su nervio óptico es difícil de valorar porque sus ojos frecuentemente tienen mucha patología en el fondo de ojo, lo que añade un grado más de dificultad al diagnóstico", explica el especialista de Miranza Begitek.
Según añade Urcola, el campo visual de estos pacientes puede tener alteraciones debidas a la miopía que, igualmente, pueden confundir, mientras que, por su parte, la retina puede sufrir alteraciones que pueden parecer la causa de la pérdida visual del paciente -aun sin ser estas las que le están quitando la visión-, lo que retrasa muchas veces el diagnóstico.
Además, las pruebas de imagen, como la Tomografía de Coherencia Óptica u OCT del nervio óptico, son también un factor de confusión debido a que estas pruebas no están diseñadas para ojos miopes, pues se basan en la comparación del nervio óptico con patrones "estándares", que no corresponden al del nervio óptico de un paciente miope.
Por todo ello, según el Dr. Urcola, el glaucoma asociado a miopía magna es una de las enfermedades más infradiagnosticadas en oftalmología. Sin embargo, el avance tecnológico hace pensar que esta tendencia pueda cambiar. Gracias a las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial, el? deep learning y el? big data, toda la información que se haya recabado o se recabe ahora sobre los ojos de estos pacientes -campimetrías, tomografías de coherencia óptica, retinografías, etc.- será de gran utilidad en unos años, cuando un gran? algoritmo oftalmológico sea capaz de discernir patrones, observar diferencias y realizar clasificaciones ahí donde ahora no es posible por la gran cantidad de datos que el cerebro humano es incapaz de manejar.
En este sentido, se espera que, en un corto plazo de tiempo, con solo una fotografía del nervio óptico, el oftalmólogo tenga una probabilidad de acertar en el diagnóstico superior a la actual y con un sesgo intrapersonal de 0, dado que la ?tecnología orientada al paciente se apoyará en el screening y permitirá elevar la tasa de pacientes diagnosticados, incidiendo este dato desde el primer minuto en mejorar la salud visual de las personas.
En cualquier caso, es importante que los pacientes miopes tengan en cuenta este factor de riesgo y se sometan a revisiones periódicas, ya que son pacientes que evolucionan también muy rápido y con defectos más centrales que otros y que necesitan presiones intraoculares muy bajas para estar controlados, lo cual es difícil de conseguir, muchas veces, incluso con cirugía.
El Dr. Aritz Urcola concluye que "diagnosticar y tratar a tiempo a estos pacientes y realizar un seguimiento exhaustivo de su evolución puede ser clave, debido a la dificultad diagnóstica y a la progresión de la miopía que hace muchas veces sigan perdiendo visión a niveles normales de presión cosa que no ocurre en otros pacientes de glaucoma".