En muchas comunidades de vecinos, la necesidad de abordar la rehabilitación de una fachada, supone un reto complejo, ya que implica la toma de decisiones sobre cuestiones técnicas sobre la que el ciudadano medio apenas tiene conocimientos. Por ello, es muy importante contar con el asesoramiento de especialistas que nos orienten sobre qué sistemas son mejores para cada caso.

Aquellas comunidades de vecinos que estén pensando en acometer una obra de este tipo, lo primero que deben hacer es elegir un estudio de arquitectura y realizar un proyecto o un informe previo, antes de contactar con las empresas, para que todas ellas realicen una oferta en igualdad de condiciones. Este punto es muy importante ya que existe diferentes alternativas técnicas para un mismo caso, y si no se unifican previamente las opciones a través de un proyecto elaborado por un arquitecto, los vecinos se acaban viendo ante la tesitura de tener que elegir entre propuestas diferentes con pros y contras y sin saber cuál de ellas es la más conveniente.

Una vez las empresas realicen sus ofertas sobre un mismo proyecto, corresponde al técnico realizar una comparativa y optar por la mejor propuesta, que no tiene por qué ser la más económica, sino la más ventajosa. Es vital informarse de la seriedad de la empresa ofertante y de sus trabajos anteriores, para asegurarse de que el precio ofertado es el correcto para ejecutar la obra. Las ofertas de menor precio pueden esconder imprevistos o sobrecostes que aparecen en la fase de ejecución.

Sobre esta cuestión, Construcciones Etxezabal recomienda comenzar todo el proceso con la realización de una inspección técnica del edificio (ITE), realizada por un técnico competente, para así identificar posibles problemas y establecer las actuaciones que deben de realizarse. Con este paso, se obtendría también el certificado de eficiencia energética y el informe de accesibilidad.

Sistemas de rehabilitación de fachadas

Precisamente, una de las empresas guipuzcoanas especializadas en esta materia, SEOM, nos explica que existen básicamente dos sistemas: SATE (Sistema de Aislamiento Térmico Exterior) y la fachada ventilada.

Las principales ventajas del SATE son la sencillez y coste reducido respecto a otros sistemas de aislamiento, y las diferentes posibilidades de acabado que ofrece. Además, cuenta con una gran capacidad de adaptación a formas y motivos, lo que permite reproducir molduras y elementos decorativos.

El SATE consiste en el aislamiento de la envolvente térmica añadiendo placas de aislamiento sobre el paramento. Una vez anclado química y mecánicamente, se trata con diferentes capas de mortero y mallas hasta aplicar el acabado final mediante mortero acrílico.

El segundo sistema más utilizado, según explican desde SEOM, es el de fachada ventilada, que presenta una mayor resistencia al paso del tiempo, mayor capacidad de ocultar instalaciones, y diferentes posibilidades de acabado, aunque, como contrapartida, tiene un mayor coste y menor capacidad de adaptación a diferentes formas de fachada.

La fachada ventilada, al igual que el sistema SATE, se basa en la adición de aislamiento a la envolvente térmica del edificio, lo que genera un aumento de la resistencia térmica pero, en este caso, el aislante no está en contacto directo con el ambiente exterior, sino que se relaciona con él a través de una cámara de aire que funciona a modo de “chimenea”, produciendo un efecto convectivo.

En cuanto a los revestimientos, los más habituales son cerámicas, composites de aluminio y paneles fenólicos. De hecho, existen multitud de acabados diferentes, con un elemento en común; son materiales por “piezas”, por lo que soportan mejor las dilataciones y contracciones por los cambios de temperatura, lo que aumenta su durabilidad.

Trabajo en equipo

Las empresas especializadas cuentan con un amplio equipo técnico que analiza la mejor forma de abordar cada proyecto. Es necesario conocer las necesidades del edificio, de la comunidad, la capacidad de inversión, y características del inmueble, entre otras cuestiones, para aportar soluciones personalizadas para cada intervención y cada comunidad de propietarios. Como afirman desde SEOM “No existe un patrón, cada edificio, ya sea histórico-patrimonio o de construcción reciente, demanda una solución concreta. El edificio habla y nosotros sabemos escuchar”.

De igual forma, es imprescindible que se establezca una comunicación fluida y constante entre el técnico redactor del proyecto y la dirección de obra. De igual forma, el contacto con los vecinos también es fundamental para que todas las partes puedan aportar al proceso.

Si buscamos ejemplos de rehabilitaciones de fachadas en nuestro entorno, desde SEOM nos sugieren la que actualmente se está abordando en el barrio del Antiguo, en Donostia, concretamente, en el edificio Las Tres Coronas de la calle Escolta Real 65-67-69. Actualmente se están ejecutando 4,000 m² de fachada ventilada en un proyecto que incluye rehabilitación completa de cubiertas, renovación e impermeabilización de plazas y urbanización, así como reparaciones estructurales. En este tipo de obras intervienen diferentes equipos, perfectamente coordinados, para ofrecer una solución integral a la comunidad.