La enfermedad más mortal y más difícil de detectar que el cáncer
Ante síntomas persistentes como fiebre, pérdida de peso o ganglios inflamados, es vital consultar a un especialista
La enfermedad de Castleman es un trastorno poco frecuente que afecta al sistema linfático y se caracteriza por provocar un crecimiento anormal de los ganglios linfáticos.
Aunque no está clasificado como un cáncer, en muchos casos se comporta de forma muy similar, e incluso puede ser más agresivo y mortal que varios tumores malignos. Por lo tanto, esta enfermedad representa un desafío para la medicina, debido a la variedad de sus síntomas, la dificultad de diagnóstico y la gravedad de sus formas más avanzadas.
¿Qué es la enfermedad de Castleman?
La enfermedad de Castleman comprende un grupo de trastornos linfoproliferativos que pueden clasificarse en dos formas principales: unicéntrica y multicéntrica.
La forma unicéntrica afecta a un solo grupo de ganglios linfáticos y suele tener un mejor pronóstico, ya que puede tratarse con cirugía en muchos casos. En cambio, la forma multicéntrica, y especialmente su variante idiopática (sin causa conocida), es mucho más grave y potencialmente mortal si no se trata adecuadamente.
Puede ser más letal que el cáncer
La enfermedad de Castleman Multicéntrica Idiopática (iMCD, por sus siglas en inglés) es la forma más compleja y peligrosa del trastorno. En esta variante, múltiples grupos de ganglios linfáticos se inflaman simultáneamente, y se pueden ver afectados órganos vitales como el hígado, el bazo o los riñones.
Estudios han demostrado que, sin un tratamiento adecuado, hasta el 35% de los pacientes con iMCD pueden fallecer en los cinco años siguientes al diagnóstico, una cifra que supera a la de algunos tipos de cáncer.
Síntomas que dificultan el diagnóstico
Uno de los principales retos de esta enfermedad es que sus síntomas son variados e inespecíficos, lo que puede retrasar su diagnóstico. Estos síntomas pueden incluir:
- Fiebre persistente o recurrente.
- Sudoración nocturna.
- Pérdida de peso sin causa aparente.
- Fatiga extrema y debilitante.
- Inflamación de ganglios linfáticos, especialmente en cuello, axilas o ingles.
- Alteraciones en los análisis de sangre, como anemia, alteración del recuento de plaquetas o elevación de marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva (PCR).
La aparición progresiva de estos síntomas suele confundirse con infecciones virales, enfermedades autoinmunes u otras patologías hematológicas, lo que retrasa el tratamiento y agrava el pronóstico.
Tratamiento y esperanza
En los últimos años se han desarrollado tratamientos más efectivos, especialmente para la forma multicéntrica idiopática. Algunos de estos tratamientos incluyen terapias dirigidas contra la interleucina-6 (IL-6), una proteína inflamatoria que juega un papel clave en la progresión de la enfermedad. Gracias a estos avances, muchos pacientes han mejorado significativamente su calidad de vida y supervivencia.