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Cuidado con el cloro de la piscina: sus riesgos y cómo evitarlos

El uso del cloro no está exento de consecuencias para la piel y la salud bucodental

Cuidado con el cloro de la piscina: sus riesgos y cómo evitarlosJavier Colmenero

Durante los meses de verano, las piscinas de Gipuzkoa se llenan como una de las formas más populares de combatir el calor.

Para garantizar que el agua se mantenga libre de bacterias, hongos y otros microorganismos perjudiciales para la salud, se emplea cloro como agente desinfectante.

Este químico cumple una función esencial en la preservación de la higiene del agua, pero su uso intensivo y la exposición prolongada pueden tener efectos secundarios en la salud, especialmente en la piel y los dientes.

Efectos del cloro en la piel

El cloro actúa como un oxidante potente. Si bien esto es eficaz para eliminar patógenos, también puede resultar agresivo para la piel humana.

Las personas con piel sensible o con afecciones dermatológicas como dermatitis o eczema pueden experimentar irritaciones más intensas. En estos casos, el contacto frecuente con el agua clorada puede derivar en síntomas como sequedad, picor, descamación o enrojecimiento.

Incluso en personas sin problemas cutáneos previos, la exposición constante al cloro provoca la eliminación de los aceites naturales que actúan como barrera protectora de la epidermis. Esto deja la piel más vulnerable a factores externos como el sol o la contaminación, y favorece la aparición de sensibilidad o reacciones alérgicas.

Piscinas exteriores de Altza

El impacto del cloro en la salud bucodental

Aunque menos conocido, el cloro también puede afectar negativamente la salud de los dientes.

Cuando se permanece mucho tiempo en piscinas cloradas, especialmente si el agua tiene un pH desbalanceado, los dientes pueden adquirir un tono amarillento o marrón debido a la acumulación de residuos clorhídricos.

Además, esta exposición repetida puede erosionar el esmalte dental, que es la capa protectora natural del diente. Con el esmalte debilitado, los dientes se vuelven más propensos a la formación de caries, sarro e hipersensibilidad. En casos extremos, pueden incluso aparecer fisuras o pequeñas fracturas.

Medidas de prevención

Afortunadamente, existen medidas simples pero efectivas para minimizar los efectos adversos del cloro en el cuerpo:

  • Ducharse antes y después del baño: ayuda a reducir la cantidad de contaminantes que llevamos a la piscina y elimina residuos químicos tras el baño.
  • Hidratación constante de la piel: aplicar crema hidratante después de nadar contribuye a restaurar la barrera natural de la piel.
  • Uso de protector solar resistente al agua: protege contra los efectos combinados del cloro y la radiación solar.
  • Cuidado bucodental: se recomienda el uso de colutorios sin alcohol, un buen cepillado tras la natación y evitar alimentos ricos en azúcar que potencien la formación de caries.
  • Optar por piscinas oxigenadas o con sistemas de desinfección alternativos: como la electrólisis salina o el ozono, que son menos agresivos para el cuerpo humano.

La clave: la prevención

El cloro es indispensable para mantener el agua de las piscinas segura y libre de microorganismos. Sin embargo, su uso no está exento de consecuencias para la piel y la salud bucodental. La clave está en disfrutar del verano con responsabilidad, aplicando medidas preventivas para proteger nuestro cuerpo sin renunciar al placer de un buen chapuzón.