Enemigos de la báscula: ¿son tan malos?
La carne roja, la leche entera o los carbohidratos son productos que se suelen evitar cuando se intenta perder peso, pero no son necesariamente perjudiciales para la salud
Hay alimentos que, por norma general, se consideran poco saludables por el grueso de la sociedad. Son productos que se evitan comúnmente por quienes están a dieta o desean adquirir un mejor tono físico. Asimismo, se les relaciona con problemas de salud como colesterol, hipertensión o alergias.
Algunos de estos alimentos que no tienen una percepción positiva son la leche entera, los carbohidratos o la carne roja. ¿Son verdaderamente negativos o aportan beneficios? La realidad es que presentan numerosos aspectos positivos, eso sí, siempre y cuando se consuman con moderación.
La carne roja
Ingerir carne roja en exceso conlleva riesgos que están fuera de toda duda. Es un producto que posee un elevado contenido de grasas saturadas, lo que provoca que crezcan las posibilidades de contraer enfermedades cardíacas y de que se generen niveles altos de colesterol. Su consumo inmoderado, sobre todo en el caso de los alimentos procesados, aumenta el riesgo de sufrir cáncer colorrectal, de páncreas o de próstata, y muchos estudios sugieren que puede contribuir al desarrollo de diabetes tipo 2.
No obstante, introducir la carne roja en la dieta no tiene por qué ser dañino. Puede formar parte de una alimentación saludable, aunque se recomienda que no se consuma más de dos o tres veces por semana. Es una excelente fuente de proteínas, ampliamente beneficiosas para la construcción y reparación de tejidos.
Además, es rica en hierro hemo, el cual se encuentra principalmente en alimentos de origen animal y se absorbe más fácilmente por el organismo que el hierro no hemo, el que poseen los alimentos vegetales. Por lo tanto, la carne roja es un nutriente esencial para prevenir la anemia. También contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico y es una fuente de B12, B6 y niacina, fundamentales para el metabolismo energético y el correcto estado del sistema nervioso.
La leche entera
Como sucede con la carne roja (y con casi todos los alimentos) no es positivo abusar de la ingesta de leche entera, pero es un producto saludable y aconsejable para niños y adultos por las proteínas y minerales que aporta, como el fósforo y el potasio. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la leche “constituye la mayor fuente de calcio, proteínas y otros nutrientes necesarios para la formación de huesos y dientes”. A su vez, es rica en vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y otros nutrientes esenciales.
Como aspecto negativo, la leche entera contiene grasas saturadas, de modo que hay que consumirla en su justa medida. La desnatada o semidesnatada son opciones apropiadas para quienes buscan reducir la ingesta de calorías. Entre los azúcares de la leche, destaca la lactosa, compuesta por glucosa y galactosa, la cual puede producir intolerancia alimentaria en muchas personas, provocando molestias intestinales. En este caso, la leche sin lactosa sería la alternativa, aunque para aquellos que no tienen esta intolerancia no ofrece beneficios adicionales.
Los carbohidratos
Es habitual tener alrededor a personas que huyen de los carbohidratos, pero son indispensables en una dieta equilibrada. A la hora de hacer referencia a estos productos, es importante realizar la distinción de carbohidratos simples y complejos.
Los simples (azúcar de mesa, leche, frutas, miel, pan blanco, etc.) poseen una o dos unidades de azúcar, y su digestión es rápida y de absorción inmediata. Proporcionan una elevada y rápida dosis de energía, muy útil a la hora de realizar ejercicio físico. Una de sus desventajas es que favorecen los picos de glucosa en la sangre, así como la posible ingesta de un exceso de azúcares añadidos.
Por otro lado, los carbohidratos complejos (legumbres, verduras, pasta, etc.) contienen largas cadenas de unidades de azúcar. Se digieren lentamente y la liberación de energía es prolongada. También contribuyen a la saciedad. En general, es preferible priorizar este tipo de carbohidratos, pese a que consumirlos en grandes cantidades puede llevar a un exceso de calorías. N