Mantener una buena salud bucal es fundamental no solo para conservar una sonrisa sana y estética, sino también para prevenir enfermedades que pueden afectar al bienestar general del organismo.
La boca es una puerta de entrada para bacterias que, si no se controlan adecuadamente, pueden causar caries, enfermedades de las encías y hasta complicaciones más serias como infecciones sistémicas o problemas cardiovasculares. Por ello, la rutina de cuidado oral debe incluir tres pilares básicos: el cepillado, el uso de hilo dental y los enjuagues bucales.
El cepillado dental es el paso más conocido y practicado. Se recomienda hacerlo al menos dos veces al día, durante dos minutos, utilizando una pasta dental con flúor.
Este hábito ayuda a eliminar la placa bacteriana, los restos de alimentos y prevenir la formación de sarro. Sin embargo, aunque el cepillado es eficaz, no es suficiente por sí solo, ya que no alcanza los espacios interdentales donde las bacterias pueden acumularse.
Importancia del hilo dental
Aquí es donde el hilo dental se vuelve indispensable. Este instrumento permite eliminar la placa y los residuos que se alojan entre los dientes, áreas a las que las cerdas del cepillo no pueden llegar. Su uso regular reduce significativamente el riesgo de gingivitis, caries interproximales (entre los dientes) y halitosis. A pesar de sus beneficios, muchas personas no lo incluyen en su rutina diaria, ya sea por desconocimiento, pereza o incomodidad al usarlo.
Una de las preguntas más frecuentes respecto al uso del hilo dental es si debe emplearse antes o después del cepillado.
La evidencia científica más reciente sugiere que lo ideal es usar el hilo dental antes del cepillado. Al hacerlo en primer lugar, se eliminan los restos de alimentos y placa entre los dientes, permitiendo que el flúor del dentífrico penetre mejor en esas zonas difíciles de alcanzar. Además, se maximiza la efectividad del cepillado al actuar sobre superficies más limpias.
Mayor reducción de placa
Un estudio publicado en Journal of Periodontology concluyó que las personas que usaban el hilo dental antes del cepillado presentaban una mayor reducción en la placa interdental que aquellas que lo usaban después.
Asimismo, usarlo primero puede motivar a ser más meticuloso con el cepillado, al sentirse la boca más limpia y notar los espacios entre los dientes más accesibles.
Ventajas adicionales
En conclusión, una buena higiene bucal va más allá del simple cepillado. Incorporar el hilo dental como parte de la rutina diaria es clave para una salud oral integral. Y, aunque usar el hilo dental en cualquier momento del día es mejor que no usarlo en absoluto, hacerlo antes del cepillado ofrece ventajas adicionales que potencian la limpieza y la protección de los dientes y encías.