Tener los pies fríos aunque vayamos bien abrigados es algo bastante habitual y es una sensación muy incómoda y desagradable. Cuando las temperaturas bajan, el organismo hace una vasoconstricción para poder mantener el calor en la parte central del cuerpo, que es donde están los órganos más importantes, de forma que la sangre no llega bien a las extremidades.

Las mujeres por lo general son más sensibles a la temperatura y presentan una respuesta más rápida al frío. Tienen hasta tres grados menos que los hombres en pies, manos y orejas, aunque esta diferencia se irá igualando tras la menopausia.

Un aspecto por el que las mujeres son más frioleras que los hombres es porque tienen menos tejido muscular y más grasa, lo que hace que necesiten proteger más los órganos vitales del frío mediante la restricción del flujo sanguíneo hacia las manos y los pies.

Además, los estrógenos, las principales hormonas femeninas, espesan ligeramente la sangre, con lo que también se reduce el flujo hacia los pequeños capilares de las extremidades.

Principales causas

Como decimos, en 9 de cada 10 casos tener los pies fríos es algo absolutamente normal. Sin embargo, cuando ese frío se acompaña de una excesiva sensibilidad, dolor, cambio de color en la piel o entumecimiento, puede ser síntoma de alguna patología. Los expertos de TK Home Solutions ofrecen un listado con las principales causas de tener los pies fríos. Estas son:

- Sedentarismo. Al pasar mucho tiempo sentados, la circulación que llega a los pies se ralentiza. Es necesario hacer ejercicio de manera habitual, dedicar un rato cada día para activar la circulación y poner en movimiento huesos y músculos. El sedentarismo es el origen de muchas enfermedades cardiovasculares.

- Factores hereditarios. Los genes también pueden ser la causa de tener los pies fríos.

- Mala circulación. Si la sangre no circula bien, la temperatura corporal no se regula adecuadamente. La mala circulación puede estar causada por problemas médicos, por falta de ejercicio o por deshidratación.

- Anemia. En el caso de que el cuerpo no tenga suficientes glóbulos rojos o si estos no son capaces de transportar oxígeno, se reflejará en un enfriamiento anormal de los pies.

- Estrés. El organismo lleva la sangre hacia el centro y rebaja el envío periférico hacia las manos y los pies.

- Síndrome de Raynaud. Es una alteración de los vasos sanguíneos que hace que se contraigan con los cambios de temperatura y, en ocasiones, también sin causa aparente. Suele provocar reacciones exageradas al frío que cursan con falta de flujo sanguíneo en las manos, los pies y también en la nariz, las orejas o las mejillas.

Una chica con calcetines junto a un chico con los pies descalzos.

- Medicamentos. Fármacos como los betabloqueadores para la tensión arterial alta o los que se usan para las migrañas, causan una vasoconstricción y pueden producir frío en los pies o en las manos.

- Enfermedades. Diabetes, alteraciones hormonales, hipotiroidismo, la insuficiencia renal, la fibromialgia o los trastornos autoinmunes son causantes del frío anormal en los pies.

- Sabañones. Con la exposición repetida al frío salen sabañones, que son una inflamación dolorosa de los vasos sanguíneos en los pies y las manos. Es importante proteger la piel del frío, evitar la humedad y no calentarse muy rápidamente en fuentes de calor directas porque el contraste de frío a excesivo calor lo único que hará será empeorar el problema. Lo normal es que desaparezcan por sí solos en dos o tres semanas.

Cómo calentar los pies


  • Moverse de vez en cuando.
  • Hacer masajes en la zona.
  • Usar plantillas térmicas.
  • Utilizar reposapiés.
  • Emplear calzado apropiado.
  • Elegir calcetines no muy gruesos y que no aprieten.
  • Llevar una dieta saludable rica en vitaminas y minerales y baja en grasas.
  • Estar bien hidratados.
  • Tomar bebidas calientes.
  • Evitar la humedad.
  • No exponerse directamente a fuentes de calor.
  • Evitar el tabaco y el alcohol.
  • Darse duchas alternas de agua fría y templada.
  • Abrigarse el cuerpo con la ropa adecuada.
  • Acondicionar la casa para el frío.