El pasado 28 de noviembre, Grupo Noticias organizó el Foro de Sanidad: Un sector en innovación y evolución donde participaron instituciones y empresas con gran peso dentro del sector, entre las que se encontraba Tekniker. Con más de 40 años de experiencia, Tekniker se ha postulado como un referente de gran calibre de los centros vascos de investigación tecnológica. Ubicado en Eibar, la compañía es uno de los principales centros en tecnologías de fabricación en Europa y ha logrado una alta especialización en diferentes ámbitos, siendo la salud uno de ellos.

¿En qué trabaja Tekniker en la I+D+i en el campo de la salud?

De primeras puede sorprender que Tekniker sea un actor relevante en el sector de la salud para la innovación. Es verdad que nuestros orígenes están más centrados con el mundo de la fabricación metalmecánica, pero llevamos 17 años trasladando y migrando al sector de salud esos conocimientos que aplicábamos desde hace ya 42 años. Básicamente somos un centro muy transversal, nos especializamos en tecnologías que luego aplicamos a diferentes ámbitos. El ADN de las innovaciones que hacemos puede acabar en distintos sectores, y uno de ellos es la salud.

¿Es fácil el cambio de ese ámbito más industrial al ámbito sanitario?

Realmente exige muchos cambios tanto estructurales como operativos. Es verdad que las tecnologías bases son las mismas pero, por ejemplo, el conocimiento del sector y, sobre todo, en las regulaciones que se aplican suponen una serie de retos como empresa cuando queremos cambiar y ofrecer soluciones innovadoras a ese sector concreto. Por lo tanto, el sector de la salud nos obligó a cambiar, a especializarnos, a implementar procedimientos internos que aumentasen la seguridad y la calidad de los desarrollos que hacemos como lo requieren los mercados tan exigentes de este sector.

¿Cómo se aplican estas tecnologías en la salud? ¿Qué ejemplos concretos nos puedes poner?

Nuestra apuesta principal es en dispositivos médicos o electromédicos, estos son esos dispositivos que muchas veces utilizamos para tratarnos o para diagnosticarnos alguna enfermedad. Dentro del País Vasco nos encontramos con empresas muy relevantes con producto propio que ofrecen estos sistemas de medida y nosotros les ayudamos a desarrollar esos dispositivos. Dos ejemplos son los lectores de glucosa o los lectores de índice de coagulación; la gente que toma Sintrom necesita controlar que su coagulación está dentro de unos niveles y ese tipo de desarrollos se han hecho aquí. También hemos realizado sensores para mirar la intolerancia a la lactosa y, últimamente, hemos contribuido al desarrollo de un sistema de seguimiento ocular para personas con movilidad reducida. Hablamos normalmente de productos que están orientados o bien al diagnóstico o bien al tratamiento de las enfermedades de los pacientes.

¿Qué papel ha jugado en todo esto la pandemia desde el punto de vista de la telemedicina, de la e-salud?

Al final lo que ofrece la telemedicina es que esos sistemas de diagnóstico no siempre tengan que estar centralizados en un ambulatorio o en un hospital, sino que muchas veces puedan estar en manos del paciente. Sin embargo, esa telemedicina tiene una serie de retos tecnológicos; en primer lugar, comunicar de manera segura el dato y luego tener la certeza de que ese dispositivo se use de manera segura. El uso de una persona no experta como son los pacientes no debe implicar un error de diagnóstico. Los retos tecnológicos también van dirigidos al diseño del producto para que su usabilidad sea lo suficientemente sencilla como para que personas no expertas lo puedan utilizar de una manera cotidiana.

“Los retos tecnológicos también van dirigidos al diseño del producto para que su usabilidad sea lo suficientemente sencilla como para que personas no expertas lo puedan utilizar de una manera cotidiana”

¿Qué es la fabricación de preseries de fungibles biomédicos mediante técnicas láser o de sala blanca?

En muchos dispositivos médicos lo que utilizamos es un fungible como ocurre con los tests para el covid. Se trata de un elemento que usamos una única vez para diagnosticar algo mediante saliva, una punción de una gota de sangre capilar, etc. Esos fungibles se fabrican con distintas tecnologías y una de ellas es la estructuración láser, en la que con un láser generamos estructuras con unos materiales que permiten favorecer un diagnóstico. La sala blanca son una serie de tecnologías muy orientadas a la micro y nano estructuración de materiales para generar chips microfluídicos pero, básicamente de lo que estamos hablando es que cuando depositamos una biomuestra sobre una estructura mecánica, metálica… conseguimos generar que los dispositivos médicos puedan leer qué es lo que pasa.

¿Cuántas empresas forman parte de Tekniker?

Somos una fundación privada y en nuestro patronato tenemos más de 10 empresas y entidades públicas, que son las que nos apoyan anualmente y nos ayudan a dirigir hacia dónde tenemos que mandar las tecnologías.