El pueblo más bonito de Euskadi está en Gipuzkoa, según la revista 'Viajar'
Esta localidad representa la esencia vasca: tradición, naturaleza y cultura
En pleno corazón de Gipuzkoa, rodeada de montañas que rozan los 1.300 metros de altura y envuelta por los verdes paisajes del Parque Natural de Aizkorri-Aratz, se encuentra Oñati, una de las villas más singulares de Euskadi.
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Este municipio guipuzcoano, que ha sido reconocido por la revista 'Viajar' como el pueblo más bonito de Euskadi y elegido por la ONU como una de las diez mejores villas turísticas del mundo, combina historia, patrimonio y naturaleza en un equilibrio perfecto.
Oñati es mucho más que un destino rural: es un viaje al pasado. Sus calles empedradas y su imponente casco histórico, repleto de palacios, iglesias y casas señoriales, reflejan la grandeza de una villa que llegó a ser condado y centro de poder durante siglos. Por su riqueza arquitectónica y su carácter monumental, muchos la conocen como la 'Toledo vasca', aunque con una identidad marcadamente guipuzcoana.
Entre sus tesoros más destacados se encuentra la plaza porticada de los Fueros, considerada una de las más bonitas del Estado.
Su armonía, su entorno y los edificios que la rodean convierten este espacio en el corazón de la vida local. También sobresale la iglesia de San Miguel Arcángel, de estilo gótico, que guarda en su interior el retablo de la Piedad, una obra maestra del Renacimiento vasco y una de las más valiosas de Euskadi.
Primera universidad vasca
Pero si hay un edificio que simboliza la importancia cultural e histórica de Oñati, ese es la Universidad del Sancti Spiritus. Fundada en el siglo XV, fue la primera universidad del País Vasco y durante siglos la única existente hasta la creación de la Universidad de Deusto en 1886.
Su fachada plateresca y su elegante claustro la convierten en un icono del arte renacentista vasco.
Aunque dejó de funcionar como centro educativo en 1901, sigue siendo uno de los monumentos más emblemáticos de la localidad, testigo del esplendor intelectual que vivió la villa.
Entorno natural
Además del legado histórico, Oñati ofrece un entorno natural privilegiado. Situada a las puertas del Parque Natural de Aizkorri-Aratz, es punto de partida ideal para rutas de senderismo, excursiones y visitas a enclaves de gran belleza como la cueva de Arrikrutz, un complejo subterráneo fascinante que guarda formaciones rocosas, fósiles y un ecosistema único.
Patrimonio artístico
El pintor vasco Ignacio Zuloaga también dejó su huella en Oñati, contribuyendo al rico patrimonio artístico que hoy atrae a visitantes y amantes del arte.
En definitiva, Oñati representa la esencia de Gipuzkoa: tradición, naturaleza y cultura entrelazadas en un escenario incomparable.
Pasear por sus calles es revivir la historia de un pueblo que fue villa señorial, cuna de sabiduría y refugio de belleza. Un destino imprescindible para quienes buscan conocer la cara más auténtica y fascinante de Euskadi.
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