Posiblemente, una de las regiones de Euskal Herria más desconocidas sea Zuberoa. Un territorio que se acurruca entre la magia de la cordillera pirenaica, y las planicies abiertas de la Aquitania, en la zona más oriental de la geografía vasca. Zuberoa es una comarca particular, plena de parajes de belleza extraordinaria, pero también es un lugar que atesora una dilatada e interesante cultura, con muchas particularidades y misterios que bien merece la pena conocer. Guardiana de un dialecto del euskera muy personal, de sonoridad cautivadora, cantarina como cantores son sus moradores. Y es que uno de los grandes rasgos de las gentes de esta comarca es su afición por el canto. De hecho, de aquí han surgido bellas coplas como la ‘Agur Xiberua’, escrita por el mítico Pierre Bordazarre, más conocido como Etxahun de Iruri, y que muchos hemos coreado alguna vez. Muy vinculadas al canto están también las pastorales, teatros de calle que se celebran en el estío. Pero Zuberoa no solo es canto, también es danza; algo que podemos disfrutar en su plenitud en las misteriosas maskaradas invernales, donde destaca el Zamaltzain, el hombre-caballo.

Además de todo esto, el territorio atesora una impresionante cultura mitológica donde tienen cabida la mayor parte de seres fabulosos de la cultura de los vascos y un gran número de rituales arcaicos.

Pero, al margen de todo esto, esta región presenta misterios que la hacen única. Uno de ellos son las insólitas iglesias de tres pináculos en su campanario, llamadas trinitarias, que podemos ver en muchos de sus pueblos. En el paseo de hoy, proponemos saborear sin prisa uno de estos templos misteriosos: nos vamos hasta la bella Zuberoa. Llegamos a la localidad de Libarrenx, donde podemos aparcar junto a su castillo, para cruzar la carretera D-918 y, por asfalto, alcanzamos la parte superior del pueblo. Subimos por la calle Chemin d’Abotia bajo la mirada del pico Gastelugain, al que nos encaminamos. Ascendemos, brevemente, hasta topar con un paso canadiense donde abandonamos la carretera y tomamos un sendero que, por zona despejada, nos lleva hasta un collado. Un estrecho camino llega hasta la cima de 371 metros.

Ficha práctica


  • ACCESO: A Libarrenx se llega siguiendo la carretera D-918 desde Maule o desde Atarratze.
  • DISTANCIA: 7 kilómetros.
  • DESNIVEL: 400 metros.
  • DIFICULTAD: Media.

Como su propio nombre nos susurra, en la cumbre de Gastelugain hubo un recinto fortificado del que hoy tan solo podemos intuir lo que fue su foso. Tras disfrutar del impresionante panorama, descendemos al collado nuevamente y seguimos por una senda que surge a nuestra derecha. Ascendemos, disfrutando de las vistas, hasta una nueva bifurcación donde debemos volver a tomar a la derecha. El camino principal llega hasta otro cruce, justo al lado de un portillo, en el que nos desviamos a la derecha nuevamente para alcanzar rápidamente la cumbre del pico Txardeka, de 494 metros de altura. Desde la cima, se abre un dilatado espectáculo, con la cordillera pirenaica cerrando el horizonte. El Anie nos saluda desde la lejanía; más cerca queda la cota de La Madeleine y su misteriosa Ara de Herauscorritsehe y cientos de montañas magnéticas. Hacia el norte el paisaje se suaviza para dar paso a las planicies aquitanas, belleza en estado puro.

Los campanarios-calvario

Pero debemos descender para seguir sorprendiéndonos de las maravillas de Zuberoa. Desde la cumbre, descendemos por la pradera en dirección SE. hacia unos puestos de caza. Continuamos bajando hasta un marcado cruce, donde pasamos una puerta metálica y giramos a nuestra derecha. Por una pista asfaltada, descendemos junto al caserío Irigoienborda, entre praderas y bellas casas típicas de esta zona, para llegar primero al cementerio de Gotaine y luego a la plaza de la propia localidad.

En esta plazoleta, nos encontramos con la bella iglesia trinitaria de Saint André de Gotaine, del siglo XVII. La curiosidad que nos ha traído hasta esta preciosa zona estriba en los campanarios que rematan algunas iglesias zuberotarras ya que, en lugar de rematarse con una única punta, lo hace con tres pináculos. Al parecer, este tipo de terminación pretende representar a Cristo y a los dos ladrones junto a los que fue crucificado. El pináculo central es más alto que los otros dos, representando al propio Jesucristo y tratándose, por tanto, de un campanario-calvario. Esta iglesia trinitaria de Gotaine es la más conocida del territorio suletino, si bien es cierto que no es la única. Localidades como Maule, Libarrenx, Altzürükü, o Mitikile, por poner algún ejemplo, presentan igualmente templos con esta curiosa característica única en la tierra de los vascos.

Tras disfrutar de esta pequeña perla de nuestra geografía insólita, continuamos el caminar. Nos dirigimos hacia la parte trasera del templo para alcanzar un cruce donde optamos por tomar a nuestra izquierda. Una pista asfaltada, conocida como Chemin des Rois, nos devolverá en 1,5 kilómetros a Libarrenx, dando por finalizada la ruta.