El tramo alto del río Ebro, al recorrer los límites suroccidentales de Araba, no sólo delimita con Burgos, sino que atraviesa uno de los tramos más grandiosos de su curso fluvial al rodearse de farallones que rozan los quinientos metros. El pequeño pueblo alavés de Sobrón no pasa desapercibido entre los muchos atractivos de Añana y no es para menos, pues es el mejor mirador del desfiladero que el Ebro crea a su paso por estas tierras. 

En los montes Obarenes, en tierras burgalesas, el Ebro deja los perfiles más abruptos que se asoman al desfiladero como una gran ola tapizada de bosque salvo el elevado cantil cimero. En la alavesa sierra de Arcena, sin embargo, son los pliegues ordenados en la perpendicular al río los que permitieron el asentamiento de pueblos como Sobrón colgado sobre el desfiladero en una hondonada. Rodeado de pinos, robles y carrascas hoy luce con sus casas restauradas como bonito núcleo rural con vecinos oriundos, pero llegó a quedar deshabitado en los años 60 del pasado siglo.

Al pie del desfiladero se ven las huellas de su fascinante historia, la que estuvo ligada al esplendor de un balneario. Desde 1858, aprovechó las propiedades mineromedicinales de la fuente de la Salud, manantial que brotaba junto al río con una alta concentración salina y temperatura de 20ºC. Tal fue la fama decimonónica de sus aguas que se llegó a embotellar y fue de las bebidas más preciadas en territorios de ultramar como Cuba. Desde su cierre, en la guerra de 1936-39, el abandono fue apoderándose de las instalaciones.

Nuestra ruta junto a estas ruinas, junto al parque del Ebro, la escalera que descendía hasta el puente, cerrado por una bella verja modernista y cuyo armazón central fue embestido por una riada en el año 2015. Tras atravesar el aparcamiento, a orillas del área de esparcimiento encontramos las señales de uno de los caminos naturales más fascinantes de la geografía peninsular.

Una riada en 2015 rompió el puente que unía Araba con Burgos

Una riada en 2015 rompió el puente que unía Araba con Burgos JUAN CARLOS MUÑOZ ROBREDO

Identificado como el sendero GR 99 sigue el curso fluvial del Ebro como hilo conductor, tal y como lo hizo con la humanización de los pueblos ibéricos que habitaron sus orillas. Gracias a él recibieron influencias culturales tan mediterráneas como la fenicia, griega y romana. Con su denominación Ibero o Hiberus, incluso impulsó con su fluir que la península ibérica tomara su nombre.

Después de recorrer Baños de Sobrón, este conjunto de instalaciones turísticas surgidas alrededor del río, tomamos la pista que sube hacia Sobrón, no sin antes acercarnos a la orilla fluvial y disfrutar del entorno en el que habitan cangrejos de río, nutrias y sobrevive el amenazado visón europeo.

El itinerario, después de dejar el núcleo, enseguida sube ladera arriba por el camino viejo del pueblo. Entre quejigos y bojes que acogen una buena diversidad botánica, una de las razones que hacen de este enclave un Lugar de Interés Comunitario o LIC por la riqueza de hábitats que alberga. Hemos de sumar una excelente comunidad faunística de aves rapaces y murciélagos.

Las vistas se van haciendo magníficas y aunque dejamos el desfiladero detrás, compensa el panorama al frente hacia los rojizos farallones que cierran la hondonada. Mientras, Sobrón surge con su pequeño caserío -en sus momentos de mayor población llegó a albergar cuarenta viviendas- de cuidada restauración. 

Los vecinos, descendientes de oriundos de la villa, lo miman y disfrutan, aunque sólo una familia reside durante todo el año. En lo alto del pueblo su iglesia de la Inmaculada Concepción mantiene sus campanas suspendidas en el vacío silencioso en medio de un giro, lo único aún firme del templo en tanto que el resto del edificio se desmorona por su estado ruinoso.

Al atravesar el pueblo vemos que el urbankitting o movimiento urbano que envuelve de ganchillo el mobiliario urbano o elementos de su mobiliario rural como árboles, postes, papeleras y mojones envuelve el pueblo de un ambiente festivo y colorista. Es una forma de llamar la atención sobre la recuperación y el embellecimiento que ha logrado el pueblo de cuidadas huertas y jardines alrededor de cada vivienda y espacio público.

La ruta abandona el pueblo por una acogedora senda forestal envuelta de vegetación entre la que destacan los tilos que extienden su ramaje frondoso creando un túnel de verdor. A los lados deja campos de labor y praderías ganaderas en desuso. La senda asciende sin desviarse para asomarse a la Torca Sakana, y tras cruzar su cauce, bajo murallones rocosos, asciende hacia el repetidor y las antenas de Los Llanos (1.095 m).Estamos en un magnífico mirador desde el que divisar una amplia panorámica de los montes Obarenes frente a nosotros y el extraordinario tajo que el río Ebro creó para atravesar el murallón calizo que separa las estribaciones de la cordillera cantábrica de la meseta. Si bien la ruta GR 99 continúa balizada por pista, pero nosotros regresamos a Baños de Sobrón.

Ficha técnica

  • Tipo de recorrido. Ida y vuelta, dificultad media.
  • Punto de partida. Baños de Sobrón, a orillas del río Ebro.
  • Distancia. 11,4 km.
  • Tiempo. 4 h.

No te puedes perder. En Baños de Sobrón visitar el museo del Agua, una exposición interactiva en la que no sólo conoceremos la fascinante capacidad terapéutica del agua y su veneración por las religiones sino la singularidad y la importancia que una molécula de agua encierra y que, con su presencia, garantiza la vida en el planeta. No hemos de pasar de largo por el valle Salado de Añana sin disfrutar del conjunto arquitectónico que se ha originado alrededor de la extracción artesanal de la sal. Infinidad de plataformas escalonadas brillan con la sal secándose bajo el sol en un sistema de explotación que lleva realizándose igual durante 6.500 años para extraer la sal de los manantiales salinos del valle. Podemos acabar con el cansancio de la jornada senderista relajando los cansados pies y articulaciones en su spa salino. 


RUTAS POR EUSKAL HERRIA

ÁLAVA Desfiladero del río Sobrón

Del libro Rutas a foces, gargantas y desfiladeros de Juan Carlos Muñoz y Mar Ramírez

Editorial: Sua Edizioak