Si se buscan pueblos con encanto, de un estilo diferentes y por los que se pueda pasear saboreando la historia, el patrimonio o la cultura basta con acercarse hasta la región de los Pirineos Atlánticos para disfrutar de ellas. Elegir cualquiera de los pueblos que salgan al paso resultará un acierto.

Pero en cualquier caso, estos son siete que no hay que dejar pasar en un recorrido circular.

Saint-Jean-de-Luz/Donibane Lohizune

El puerto de San Juan de Luz. Harrieta

El pueblo costero de Saint-Jean de Luz es la primera parada y uno de los que no pueden faltar en un recorrido por esta zona. Su larga playa bordeada de casar unifamiliares con acceso directo resulta pintoresca por la variedad de estilos. De vuelta al casco antiguo, destaca la iglesia de San Juan Bautista, considerada como una de las más hermosas de Iparralde con su gran altar barroco. Otro de los edificios de más importantes es la casa de Luis XIV, una mansión del 1643 en la este rey vivió antes de casarse en la iglesia de San Juan.

Biarritz

La Grande Plage de Biarritz con el Casino presidiendo el paseo marítimo y el faro al fondo. Freepik

Un clásico de la costa y centro por excelencia tanto del turismo elegante y glamuroso como de los amantes del surf. Sus playas, entre las que destacan la de Anglet, la Grande Plage y la de Miramar, son muy populares y muchos bañistas acuden a ellas pasar el día. Para conocer la esencia de Biarritz basta con pasear entre sus calles y sus edificios señoriales de la época dorada del art-déco y la belle époque. El Gran Casino es uno de los destacados en este aspecto. El Hôtel du Palais, la iglesia ortodoxa, el Port des Pêcheur o el faro de Biarritz se alzan como hitos que debe concer quien quiera conocer Biarritz.

Labastide-Clairence

Las casas de Labastide-Clairence son un gran ejemplo de la tradicional arquitectura de la región. Asa

Ya en el interior, Labastide-Cliaurence es un antiguo pueblo de origen militar que ahora está en la lista de los Más Bellos Pueblos de Francia. La disposición del pueblo es la de una auténtica bastida: una calle principal con callejuelas perpendiculares que va a dar a una plaza mayor, rodeada por soportales. Tras la perdida de las salida al mar por Gipuzkoa del reino de Navarra, el rey Luis I ordenó construir una bastilla que ofreciera una salida al mar desde un afluente del Adour para llegar a Baiona. El recorrido debe incluir la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción con su cementerio de prado, el cementerio judío, la capilla de Notre de Damme de Clairence, la plaza porticada y su mercado, el trinquete Gartxot de 1512 y aún en activo.

Saint Jean Pied de Port/Donibane Garazi

El puente de San Juan cruza el río Nive, tambien llamado Errobi. Freepik

San Juan de Pie de Puerto es la entrada del Camino de Santiago a Navarra. Al otro lado esperan Valcarlos y la colegiata de Roncesvalles. Fundada en el siglo XIII, fue una ciudad fortificada que pertenecía a la Navarra de Ultrapuertos y que en el XVII se reforzó con una ciudadela. Atravesar sus murallas por cualquiera de sus puertas, la de Notre-Dame, la de Navarra, la de Francia, la de Santiago o la de España permitirá subir a la ciudadela para admirar las mejores vistas de la localidad. Callejear por la parte antigua por la rue de la Citadelle, la calle principal, permite admirar las casas tradicionales, comercios artesanales y boutiques gourmet.

Espelette

La iglesia de San Esteban de Espelette. Harrieta

Al decir Espelette resulta inevitable pensar en pimientos, los más afamados del país galo. Pero es mucho más. Mantiene la arquitectura y diseño de los caseríos tradicionales de la zona, que en este caso están decorados con ristras de pimientos rojos puestos a secar durante el verano. Su casco urbano peatonal es un lugar encantador por el que pasear eun en verano y su bullicio turístico. El esfuerzo de ir a visitar la iglesia de San Esteban alejará al visitante del área más concurrida. Data de finales del silo XVI y cuenta con un retablo barroco en su interior y galerías de madera.

Ainhoa

El cementerio de Ainhoa se ubica junto a la iglesia de la Asunción. Freepik

La característica y bien cuidada arquitectura tradicional vasca con el entramado y carpintería en rojo, verde, o incluso alguna atrevida en azul alcanza en Ainhoa su máximo esplendor. Fundada como lugar de hospedaje de peregrinos jacobeos en la Edad Media fue arrasada en el siglo XVII y se reconstruyó con su imagen actual. Recorrer su calle principal permite que se disfrute de la tranquilidad que respiran las casas tradicionales y elegir los restaurantes más típicos. Durante el paseo hay que acercarse hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y su cementerio, ejemplo de este último de como en esta zona se cuidan los camposantos. .

Sare/Sara

Las cuevas de Sara forman parte de un sistema que se une a las de Urdax y Zugarramurdi. Freepik

El coqueto pueblo de Sara es otro de la lista Más Bellos Pueblos de Francia. De similar arquitectura vasca, el caso antiguo del pueblo rodea la iglesia de San Martín y la plaza del pueblo. Junto a la iglesia se sitúa el tradicional cementerio, que en este caso destaca también por su gran colección de estelas que decoran la tumbas. El entorno que rodea el pueblo es una de sus atractivos y el tren cremallera de Larrun permite disfrutarlo al máximo mientras sube hasta la cima del monte Larrun o La Ruhne en francés. De subir a bajar. Las cuevas de Sara se pueden visitar y en ellas se podrá conocer el pasado prehistórico de los Pirineos. O sentir ganas de acercarse hasta Zugarramurdi.