Iosu Rivas se ha mostrado tranquilo y confiado en las horas previas a la visita a Tarragona, donde les espera el primer round de la final por el ascenso a Segunda A. Fiel a su carácter y a su personalidad, el técnico ha reconocido que saben que van a sufrir: “Siguiente eliminatoria. Ya es la última y estamos con muchísimas ganas, muy ilusionados, ya se vio el otro día la celebración cómo fue. Sufrimos 40 minutos con uno menos, pero eso hizo que todo el mundo se enchufara un poco más, y lo sacáramos como lo hicimos”.

El Sanse llega con el nivel de autoestima y de confianza por las nubes: “En lo anímico el equipo ha estado bien todo el año. Tuvimos nuestra mala racha en marzo, y ahora estamos muy metidos, los entrenamientos están siendo muy buenos. Con mucha gente en condiciones para competir”.

Sin miedo

La forma de afrontar el exigente reto será la misma que contra el Mérida: “Lo afrontamos igual. Vamos a intentar sacar un buen resultado allí, y luego encararemos el partido de vuelta, pero, lo mismo que dije la otra vez, el hecho del factor campo, del empate, no nos puede quitar ni relajar un poquito porque sería un error”.

La inexperiencia de un filial tampoco inquieta a Rivas: “Es verdad que no están acostumbrados, salvo algunos jugadores, que han tocado Primera División o Europa League. Es difícil prepararlos psicológicamente si no les das experiencias reales, y ésas no se las podemos dar. Más que avisarles, tenerles preparados, que puedan ver alguna imagen de lo que ha sido la eliminatoria del Nástic contra el Murcia, y lo que tenemos clarísimo es que todos tienen muchísima hambre y que no se van a asustar. Ya hemos tenido esa toma de contacto en Mérida, donde el ambiente también fue potente, y ahora se va a doblar”.

El equipo tiene muy claro cuál es la hoja de ruta para seguir soñando: “El tener la garantía de que van a estar metidos y pasar los malos momentos juntos, como sucedió el otro día, y el que van a aprovechar las oportunidades que encuentren en las transiciones o en el juego, a nosotros nos deja muy tranquilos”.

Un Nástic conocido pero diferente

La presión es para el Nástic, que es el que se juega mucho más por su necesidad de ascender: “Yo lo veo como una ilusión. Además, creo que es la primera vez que el Sanse puede tener un partido de vuelta de jugarse un ascenso en casa y eso es una motivación, pero no nos podemos guiar de esa motivación a dos semanas, porque primero tenemos el primer partido”.

El equipo catalán no es el mismo equipo que quedó por detrás de los de Sergio Francisco en la liga regular: “Es un equipo en teoría conocido, pero la verdad es que han cambiado de entrenador a falta de dos jornadas para terminar la liga, y el equipo ha cambiado mucho. Antes tenían un estilo, unas fortalezas, y ahora tienen otras. Ahora quieren tener más el balón, se nota mucho ese aspecto en los cuatro partidos que han jugado, sobre todo en Murcia. Han cambiado el registro y valoran mucho más el darse pases, el juego posicional, buscar el hombre libre, la ocupación de espacios... Ha habido un cambio grande, aunque sea conocido”.