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Cinco tarjetas rojas y ningún punto

El equipo realista ha sufrido cuatro expulsiones antes de la media hora de juego de cuatro partidos en los que no ha demostrado ser capaz de no perder en inferioridad

Cinco tarjetas rojas y ningún puntoEuropa Press

 La Real Sociedad ya ha visto cinco tarjetas rojas en lo que llevamos de temporada. Aunque últimamente ha habido una corriente, propagada con vehemencia desde aquí cerca, que acusa a los realistas de ser violentos, el hecho de que les piten muchas faltas tiene mucho más que ver con su asfixiante presión alta que con la agresividad en sus entradas. Por supuesto, en todos los partidos en los que vio la roja acabó perdiendo, porque es muy grave la falta de respuesta por parte de una plantilla que demuestra una falta de carácter y competitividad en inferioridad alarmante. Una cosa es perder e incluso acabar siendo goleado en Barcelona porque juegas con uno menos al cuarto de hora y otra acabar el encuentro con unas angustiosas estadísticas que ponen en evidencia que no has tenido ni la más mínima opción de puntuar.

Cuando el conjunto blanquiazul recibe un varapalo en forma de expulsión es como si perdiera cualquier esperanza de sobrevivir. El domingo fue en un escenario muy exigente, como es Montjuïc, pero en anteriores ocasiones el rival no era tan importante y el resultado acabó siendo el mismo. Aparte de la mandíbula de cristal que demuestra tener especialmente este año, en el que no ha logrado remontar ningún encuentro tras ponerse por debajo en el marcador. Cuando algo se repite tantas veces, deja de ser casualidad y hay que ponerse a buscar la causalidad…

Oyarzabal y Ahien

La primera tarjeta roja que vio un jugador txuri-urdin fue la de Mikel Oyarzabal al pisar sin querer a Benavídez en el Real-Alavés de la jornada 3. Al contrario que en otras ocasiones, Brais Méndez logró adelantar a los suyos cinco minutos después, pero, en el descuento de la primera parte, Villalibre empató de penalti y en el minuto 77 Toni Martínez, que debutaba, puso el 1-2.

Después de unos meses sin sobresaltos en este capítulo, casualidad o no, reincidió cuando comenzó el insufrible maratón de partidos. Esta vez fue Aihen Muñoz quien cometió un error garrafal al hacer tres faltas muy parecidas sobre Isaksen, del Lazio, que acabaron en una prematura expulsión a la media hora del partido en Roma. Para ese instante la Real ya perdía 1-0, pero Imanol no quiso cambiar inmediatamente, puso a Aguerd en banda y a Zubimendi en el centro de la zaga y cinco minutos después el resultado ya era 3-0. Tremendo.

Zubeldia y Becker

Cuando todavía no había pasado un mes, pero sí seis partidos, la Real compareció en Sevilla y Gil Manzano no tardó en convertirse en protagonista al expulsar a Igor Zubeldia en una decisión que, aunque admite discusión, es exagerada.

La gran diferencia es que Aritz le agarró por detrás sin posibilidad de jugar la pelota y Jesús Rodríguez regateó hacia fuera y si el bético pretendía llegar al área iba a tener que sortear a más realistas que se encontraban a la misma altura, con Sucic acudiendo al rescate y Zubimendi y Aguerd por el centro. Nada que ver. El resultado final fue de 3-0, con un buen final de primer tiempo de la Real, que, sin embargo, se desplomó como un castillo de naipes tras recibir el gol por parte de Antony. Ya con el resultado final, Becker vio la roja directa a través del VAR, por una entrada a destiempo con la que lesionó a Ángel Ortiz.

El acta

Quintero González, que se estrenaba este pasado domingo en Barcelona en partido de Liga con la Real, escribió en su acta que en el minuto 17 de partido el jugador Aritz Elustondo Irribarria “fue expulsado por el siguiente motivo: derribar a un adversario en la disputa del balón, evitando una ocasión manifiesta de gol”. 

Algo muy parecido a lo que argumentó Gil Manzano en la roja a Zubeldia y que parece ser el guion preestablecido al que se acogen cuando se produce una jugada de esta índole: “Fue expulsado por derribar a un contrario en la disputa del balón, cortando así su avance, evitando con ello una ocasión manifiesta de gol”. 

Pero una de las cosas que más llama la atención al aficionado realista es la reacción del equipo cuando se quedó con diez en Barcelona. Solo doce minutos después de la cartulina roja a Aritz ya iba perdiendo 2-0 y en el descanso Imanol no dudó en tratar de minimizar riesgos con las salidas de Martin Zubimendi y de Ander Barrenetxea

Las estadísticas

Las estadísticas no engañan y son demoledoras: 28 disparos del Barcelona por ninguno de la Real, que no llegó a provocar ningún saque de esquina y que solo cometió cinco faltas más, aparte de la citada que le costó la expulsión a su capitán ayer. Para que se hagan una idea, en clara superioridad, el Barça llegó hasta las 15 sin que ninguno de sus jugadores fuese amonestado. Los locales dominaron la posesión del balón con un abrumador 80%, lo que sin duda confirma el simulacro de partido que se vivió.

Con el 4-0 son ya cinco derrotas en los últimos siete encuentros de Liga, un dato que debería poner en guardia a todo el mundo en el club txuri-urdin, ya que solo se ha ganado al Espanyol y al Leganés en casa y, en cambio, se ha perdido contra el Getafe en Anoeta y fuera ante el Valencia, Osasuna, el Betis y el Barcelona. Aunque el octavo puesto, que es muy probable que dé acceso a Europa el año que viene, se encuentra a solo dos puntos, el hecho de tener partidos de tanta entidad con la semifinal de Copa frente al Madrid y los octavos de final de la Europa League ante el United no pueden convertirse en las ramas que no nos dejen ver el bosque.