Usurbildarra de nacimiento. A estas alturas de la vida, rojiblanco de corazón, del Athletic. Y quién sabe con qué equipo predilecto durante toda su infancia futbolera. “De pequeño mi ídolo era Laudrup y me tiraba bastante lo culé”, se limitaba a reconocer en 2011, en la antesala de un derbi, en una entrevista concedida a este periódico. ¿Sentía también atracción por la txuri-urdin? Lo cierto es que Andoni Iraola, actual entrenador del Rayo Vallecano, hacía de niño vida de donostiarra: estudiaba en el desaparecido colegio inglés San Jorge, después en Marianistas, jugaba a fútbol en el Antiguoko y acudía a menudo a Anoeta con la tarjeta de socio de su padre, cuya localidad se encontraba en la tribuna principal. ¿Entonces cómo terminó en Bilbao? “Aprovechamos una oportunidad que se nos presentó en un momento en el que no pensábamos ser profesionales”.

La Copa de 1999

Esa primera persona del plural utilizada por Iraola engloba a muchos de sus compañeros en el Antiguoko juvenil 1998-99 que alcanzó las semifinales de la Copa del Rey. Xabi y Mikel Alonso, Aritz Aduriz, el propio Andoni... Transcurridas más de dos décadas, son los nombres más populares de un equipo entonces convenido con el Athletic (como ahora), hecho que facilitó un trasvase que convirtió al usurbildarra y al citado Aduriz en leyendas rojiblancas. Quien hoy ejercerá en Anoeta de entrenador visitante integró la primera plantilla vizcaina durante doce temporadas, bajo la influencia de técnicos tan dispares como Ernesto Valverde, Javier Clemente, Joaquín Caparrós o Marcelo Bielsa. Semejante bagaje, sumado a la inteligencia y el peso que Iraola acreditaba en el campo, hacían de él un estratega en potencia, tal y como quedaría enseguida confirmado.

Iraola datos

Iraola datos

Última vuelta de tuerca

El técnico rayista colgó las botas a finales de 2016 tras año y medio en Estados Unidos, en el New York City, jugando a las órdenes de un Patrick Vieira que iniciaba entonces su carrera en los banquillos. “Como las piernas ya no daban para actuar de lateral, pasé a hacerlo de mediocentro. Patrick fue quien tomó esa decisión. Tenía por delante a Andrea Pirlo y a Frank Lampard, y unos pocos metros más arriba a David Villa de delantero. Alucinante, ¿no? Aquello me dio una nueva perspectiva del fútbol”, explicaba recientemente el guipuzcoano en una entrevista con The Coaches’ Voice. Una temporada formándose como técnico en el Antiguoko daría paso a su primera aventura profesional en un banquillo, en el AEK Larnaca chipriota durante el curso 2018-19. La cosa no terminó de funcionar, porque le cesaron en enero tras una mala racha de resultados. Antes, sin embargo, había metido al equipo en la fase de grupos de la Europa League tras superar tres eliminatorias veraniegas. 

Miranda y Vallecas

Pasó poco tiempo entre aquella destitución y la apertura de una muy apetecible puerta para entrar en el fútbol español: el Mirandés acababa de subir a Segunda, pero su técnico Borja Jiménez dejaba el club para entrenar al Cartagena. Los dirigentes burgaleses pensaron en Iraola. Y acertaron. Una permanencia holgada (undécima plaza final) y una recordadísima trayectoria copera con la que terminó la Real en semifinales significaron motivos más que suficientes para que un proyecto con miras más ambiciosas se fijara en el de Usurbil. Así, justo un año después de aterrizar en Anduva, Andoni hizo lo propio en Vallecas. Han pasado casi tres temporadas, y el balance en clave franjirroja habla de un ascenso, de una permanencia sin apuros, de otras semifinales de Copa y de una andadura actual que no descarta Europa. Poca broma.

Mirando hacia atrás

Fiel a su personalidad, Iraola renunció ayer a dar al Rayo por salvado. “Creo que con nuestros 40 puntos no basta para la permanencia”, dijo desde la octava plaza. Regateó las preguntas sobre un supuesto interés del Villarreal para incorporarle el próximo curso. Y elogió a la Real. “Son muy buenos, muy pesados en la presión tras pérdida. Tienen un gran nivel, pero el paso adelante lo han dado desde una mayor competitividad”.