La actual propiedad de la AS Roma se fijó en la transformación de Anoeta de estadio a campo de fútbol para la nueva casa del club romano, que confía en tenerlo listo para el centenario de la entidad, que se cumplirá en 2027.

Los giallorosso llevan años trabajando para tener un campo en propiedad y los actuales dueños del conjunto italiano, en el poder desde 2020, buscan la manera de dar con la fórmula que les permita levantar su propio coliseo. Los sucesivos dueños que ha tenido el club en las últimas décadas (los Sensi hasta 2011; y los norteamericanos Thomas DiBenedetto y James Pallotta), amén de los vaivenes políticos del Ayuntamiento, no han terminado de cristalizar en un proyecto que ponga a trabajar a las máquinas de construcción en una zona de Roma.

Uno de los planes más populares fue el del mandato de Pallotta, que al suroeste de la ciudad (Tor di Valle) quería levantar el nuevo Coliseo romano, un espectacular estadio que contemplaba la salida de los jugadores al césped con el mismo sistema de plataformas subterráneas que los anfiteatros clásicos.

En estas coordenadas entró en juego el proyecto del nuevo Anoeta, una reforma que gustó en especial al jefe giallorosso, Dan Friedkin, según cuenta la web especializada en el club Il Romanista, cuando aspiraba a reformar el campo en el que jugó la Real la semana pasada. “Una instalación moderna e innovadora”, califica el redactor Lorenzo Latino “una joya comparable al Gewiss Stadium italiano o al Dacia Arena: así como el equipo anfitrión (la Real) no puede compararse con el Barcelona o el Real Madrid, Anoeta tampoco aspira a ser el Camp Nou o el Santiago Bernabéu; aunque con sus 40.000 asientos, puede ser un factor determinante para los blanquiazules, a los que ha sabido empujar al triunfo en más de una ocasión”.

Tras repasar la historia de Anoeta desde su inauguración, Latino explica que la remodelación de los últimos años “ha mantenido el perfil ondulado del edificio y otros rasgos estilísticos, y ha convertido la casa de la Real Sociedad en un ejemplo para todos, en España y en el extranjero”. No obstante, la obra de la arquitecta Izaskun Larzabal fue acreedora del Premio Versailles de los Deportes en 2020, el principal galardón a las infraestructuras deportivas del mundo.

Los mismos Friedkin (propietarios de la AS Roma) han estudiado con gran interés la obra de modernización de Anoeta: cuando, al comienzo de su presidencia, los tejanos propietarios de la Roma pensaban en "remodelar" el Estadio Olímpico eliminando la pista de atletismo, se habían fijado en Anoeta como modelo de virtuoso, una reestructuración no invasiva (la infraestructura está ubicada cerca del centro de Donostia, dentro de una moderna ciudadela deportiva), para luego optar por la construcción desde cero en Pietralata”, que es el plan que maneja ahora el club tres veces campeón del Scudetto y nueve de la Coppa (más una Conference League, la del año pasado; y otra Copa de Ferias, antigua Europa League).

El plan que maneja ahora mismo el club es el de construir su estadio, dejando el municipal compartido con la Lazio, que será el tercero que un club italiano tenga en propiedad tras el Udinese (que ha comprado Friuli) y la Juventus (con un acuerdo por 99 años), al noreste de la ciudad, al otro lado del río Tiber, en el distrito Roma IV, en la zona de Monti di Pietralata. Una obra que en total puede ascender hasta los 600 millones de euros para levantar un campo de fútbol con capacidad para 55.000-62.000 espectadores.

La Roma hoy pertenece a un conglomerado de EEUU, que entre sus negocios principales cuenta con la distribución de vehículos y componentes Toyota en aquel país, con un consejo de administración copado por dirigentes estadounidenses salvo el CEO (el italiano Pietro Berardi) y el director general (el portugués Tiago Pinto).