Asier Illarramendi comienza a tener más vidas que un gato. Después de dos lesiones importantes y de múltiples recaídas, motivadas probablemente por la gravedad de sus roturas anteriores, el capitán ha regresado y lo ha hecho entrando de lleno en los planes de Imanol que, cuando ha estado bien, siempre ha apostado por su titularidad. No es fácil regresar después de haber jugado tres y ocho encuentros en total en las dos temporadas anteriores y cuando reapareces en un partido de máxima exigencia de Liga por primera vez en el presente curso ya en el mes de febrero. La velocidad y el ritmo de competición no son los mismos que cuando entrenas en Zubieta.

Pero esta vez el capitán ha retornado fuerte y con confianza. Lleva meses ejercitándose bajo la máxima exigencia y no está teniendo ningún problema para aguantar el ritmo de sus compañeros, aunque no sea fácil hacerse con la titularidad. Eso sí, en lo que respecta al capítulo psicológico, las lesiones musculares le han dejado secuelas. El mutrikuarra no oculta que todavía trabaja con algo de miedo.

La verdad es que tiene mérito Illarra, que nunca ha tirado la toalla y lo ha dado todo para superarse y volver a ser el jugador que nos maravilló a todos dirigiendo a la orquesta de Montanier. Ya lo dijo Zubimendi en una entrevista que concedió a este periódico: "Lo que más admiro de Asier es la paciencia. Con los momentos que ha tenido te puedes llegar a hartar. Es un tío bastante equilibrado a nivel de pensamientos y eso le ha ayudado a mantener una constancia de entrenamientos para cuando le ha llegado la oportunidad, llegar y hacerlo bien. Su vuelta no me ha pillado por sorpresa porque lleva mucho tiempo trabajando a buen ritmo".

Hasta la fecha, además de la primera parte contra el Zamora en Copa, ha jugado en cuatro encuentros de Liga. En tres de ellos saliendo de inicio que se saldaron con las victorias frente a Osasuna y Alavés en Anoeta; otro fue la derrota en el Bernabéu.

El capitán se ha marcado como objetivo hasta el final de temporada entrar en las listas con regularidad y jugar el mayor número de minutos. La temporada que viene será exigente para él, ya que acaba contrato en junio de 2023 y es plenamente consciente de que se va a tener que ganar la continuidad en base a su rendimiento. Será una situación novedosa para él, ya que desde que es profesional nunca ha entrado en su última campaña de contrato sin haber renovado.