Imanol Alguacil suele defender que su equipo está preparado para jugar de diferentes maneras y que domina varios registros. Aunque su esquema más utilizado con diferencia es el 4-3-3, esta misma semana ha acreditado de forma acertada o no en su doble enfrentamiento contra el Leipzig que puede competir con distintos modelos de juego. Lo que no admite ninguna discusión son las dos caras casi antagónicas que está mostrando a lo largo de la temporada. En ataque, donde ha perdido colmillo y adolece de la temible pegada de antaño, y la defensiva, con unos números extraordinarios y sin apenas parangón en su historia. Hasta la fecha su coeficiente de goles a favor y en contra está en cero, con un tanto favor y otro por partido en las 25 fechas que lleva disputadas de la Liga.

De la faceta ofensiva la cosa está muy clara, el equipo tiene un problemón. El dato que lo confirma es que Aritz Elustondo le dio los tres puntos ante Osasuna con su cuarta diana de la campaña, las mismas que lleva Alexander Isak, su gran referente ofensivo. La Real solo ha marcado seis goles en sus últimos doce encuentros de competición doméstica. Hasta la fecha, si se compara con las cinco grandes ligas europeas, solo el Wolverhampton en la Premier rentabiliza igual sus goles, con 40 puntos con 24 dianas. La Real acumula 41, con 25.

Pero en lo que respecta al capítulo defensivo, Imanol ha logrado una evolución indudable. La última exhibición defensiva llegó ayer, con una línea inédita formada por Aritz, Le Normand, Pacheco y Gorosabel, en la izquierda. La actuación de los centrales fue portentosa, sin permitir apenas rematar al equipo que más centros pone al área. Con la portería a cero de ayer de Remiro, son ya 19 los encuentros de 36 disputados en los tres torneos. 14 en Liga, el que más de todo el campeonato. Pero es que sus estadísticas son aún más impresionantes si nos ceñimos solo a Anoeta. La Real no ha encajado en diez de los 13 que ha afrontado solo en Liga. Seis 1-0, tres 0-0 y un 2-0.

Unos números al alcance de muy pocos, que probablemente en otra época le hubieran hecho por lo menos ser un firme candidato a entrar en Champions. Pero mientras no se solucione la sequía realizadora, habrá que conformarse con partidos más cerrados y menos vistosos para el espectador y con muchas opciones de regresar a la Europa League.