Anoeta se ha convertido, por méritos propios, en la envidia del resto de campos de Primera División. Lo que se vive dentro del campo de Amara cuando juega el primer equipo es digno de mención. Son muchos los que piensan que se ha recuperado el espíritu de Atotxa, con todo lo que eso supone. La grada Aitor Zabaleta se ha confirmado como una apuesta exitosa. Pero cuando la Real sale del terreno de juego es como que se apagan las luces y esa oscuridad se la ha traspasado al Sanse. Anoeta se vacía cuando es el filial blanquiazul el que se viste de corto. La última entrada registrada en el campo de Amara habla de 845 espectadores. Todos esos fueron los que asistieron al Sanse-Ibiza, última aparición del segundo equipo de la Real como local.

Esa ilusión que se generó al final de la temporada pasada, cuando el equipo entrenado por Xabi Alonso consiguió el hito histórico del ascenso a Segunda División, ha comenzado a evaporarse a una velocidad preocupante. Y es un problema, el de la afluencia, que no tiene una sencilla solución. El cambio de escenario, esto es, dejar Anoeta para volver a Zubieta es inviable, por las condiciones que exige la Liga de Fútbol Profesional. En las instalaciones de entrenamiento de la Real no hay ningún campo que cumpla con los requisitos exigidos por el ente federativo. Así que no queda otra que hacerse fuerte en un campo del que ya se han escapado muchos puntos. Los de Xabi Alonso han jugado ocho partidos como local y solo han ganado uno, el del debut frente al Leganés (1-0). El resto de saldan con cuatro derrotas (Eibar, Huesca, Las Palmas e Ibiza) y tres empates (Fuenlabrada, Ponferradina y Oviedo).

6.266 espectadores frente al Eibar

La disputa del derbi frente al Eibar hizo que se congregaran en Anoeta 6.266 espectadores, la mayor entrada hasta la fecha con el Sanse en Segunda División. La cifra que más se aproxima a este registro son los 4.450 espectadores que se acercaron al campo de Amara para ver el duelo ante el Fuenlabrada. En el compromiso ante un histórico como el Oviedo apenas entraron 3.000 asistentes. Ante Las Palmas se citaron 2.338. Frente al Ibiza, Anoeta tocó fondo con esos 845 espectadores. Ni el horario ni la climatología jugaron a favor.

NOTICIAS DE GIPUZKOA ha querido pulsar la opinión de los socios que suelen acercarse a ver al Sanse. Uno de ellos es Iñaki Amundarrain para quien es “un hecho histórico” que el Sanse esté jugando en Segunda. En su opinión, “tenemos una buena ocasión, los aficionados de la Real, de compaginar el primer equipo con el segundo”, pero, por el momento, “es algo que no se está consiguiendo”, lamenta el socio 702 de la Real.

Define la situación como “penosa”, aunque sostiene que “no es fácil encontrar una solución”. Lo que está claro es que cada vez “vamos menos” y que la afluencia “ha ido bajando” con el paso de las jornadas. “Es más fácil hablar que hacer. Pero el club tiene que tomar una medida”, asegura. Pese a todo, sigue confiando en las posibilidades del equipo entrenado por Xabi Alonso: “Estoy convencido de que el Sanse se va a salvar por juego. Creo que están pagando las novatadas y les cuesta hacer gol. En cuanto a juego e intensidad, les veo bien. Creo que están capacitados para mantener la categoría”. Eso sí, “tampoco ayudan las circunstancias del primer equipo”, refiriéndose a las lesiones. Lo que sí está claro es que “los chavales se merecen más apoyo”.

Es consciente de que no ayuda el estado de gracia en el que vive en el primer equipo.Nos hemos volcado con la Real porque nos va de cine y estamos de dulce también, pero no podemos olvidarnos de los chavales”, considera Amundarrain, porque “esta es una oportunidad histórica. Tener al segundo equipo en Segunda es una oportunidad y creo que el Consejo le tiene que dar una vuelta al tema. No sé si poner puertas abiertas, pero tiene que pensar algo”, reclama el aficionado blanquiazul, para quien “hay que poner en valor lo que significa para la Real el tener el segundo equipo en Segunda División. Con todos los respetos para la Segunda B, no es lo mismo jugar con el Calahorra que jugar contra Tenerife, Zaragoza... Es una categoría donde los chavales se van a curtir mucho más que estando en Segunda B y es un trampolín muy importante para el primer equipo”.

“Atotxa era una fiesta”

Francis Marigil recuerda cuando el Sanse jugaba en Atotxa y el añorado campo de Duque de Mandas se convertía “en una fiesta”. Para este aficionado de la Real, socio desde 1976, es “una pena” ver Anoeta cuando juega el Sanse. El problema es que “es demasiado grande”. Pero las normas son las que son: “La LFP obliga y no hay otro campo en condiciones para poder hacer un partido de Segunda”. Son muchas las circunstancias que están jugando en contra del filial blanquiazul. Para empezar, los horarios que “no están acompañando absolutamente nada”. Marigil fue uno de los 3.028 espectadores que se acercaron a Anoeta a ver el duelo ante el Oviedo. “Que solo fueran 3.000 a ver un partido ante un histórico no es una buena señal”, sostiene. Sí pide “tener un poco más consideración con el equipo y poner los partidos a otras horas”. Critica con dureza el horario frente al Ibiza: “No tenía ningún sentido poner el partido de un filial a las nueve después de que jugara la Real a la tarde. Era imposible para la gente de la provincia, para los niños... Y la gente tiene otra vida aparte del fútbol, la familia, los amigos, el trabajo”.

Como Amundarrain, Marigil es de los que piensa que es una “oportunidad histórica” ver al Sanse en la división de plata. “No sé si podrá aguantar la temporada, pero sería una pena porque poder disfrutar de un filial en Segunda está, en estos momentos, al alcance un solo equipo de la Liga de Fútbol Profesional, que es la Real Sociedad”. A sus 57 años, “nunca le había visto en Segunda. Para mí, es un lujo poderle ver partidos contra Oviedo, Zaragoza, Tenerife, Las Palmas”.

Su pasión por el Sanse viene de muy lejos. “Yo he visto al Sanse en Atotxa”, recuerda con nostalgia. “No estaba ni cubierto Duque de Mandas. El primero fue uno contra el Moscardó y el Sanse ganó 3-0. Era una fiesta”. Se acuerda incluso de quién radiaba los partidos del filial en Radio Popular. “Gregorio Gálvez, si no recuerdo mal, era el que radiaba los partidos del Sanse. Nosotros, los amigos, estábamos en casa de alguno escuchándolos mientras jugábamos a algo”. Para Marigil, los encuentros del Sanse tenían una cobertura “muy grande”. Es más, “muchísima gente iba a ver al Sanse en Atotxa. Eran otros tiempos. No había tanto fútbol por la tele. Ahora es que ves todo. Antes, los partidos de la Real no coincidían con los del Sanse en Atotxa. Para nosotros, era una fiesta, pero es que había entradas de hasta 4.000 personas”.

“En Zubieta, todos juntos, parecíamos algo”

Jon Lasa es, o era, otro de los fieles a los partidos del Sanse. Lo era en Zubieta y espera serlo, dentro de poco, en Anoeta. Lasa lo tiene claro cuando afirma que “independientemente de la situación sanitaria que vivimos, a la mayoría de los socios de la Real solo les interesa el primer equipo y los que solemos asistir somos una minoría que en Zubieta, estando todos juntos, parecíamos algo, pero en la inmensidad de Anoeta, da esa pobre imagen”.

Preguntado por una posible solución, Lasa es contundente: “Yo no la veo. Para cambiar esa imagen tiene que ir la gente. Y si la gente pasa... Como no hagan como se hizo en la época de los partidos a puerta cerrada poniendo lonas o pancartas con imágenes de personas”. No esconde que la dinámica de malos resultados juega en contra del filial. Es más, “si el equipo sigue cayendo, irá menos gente aún. Sin la pandemia, yo personalmente estaría yendo, como lo harían los que éramos fijos en Zubieta. Por encima, incluso, de los resultados”, sentencia.

Sanse-Fuenlabrada (0-0) 4.450 espect.

Sanse-Ponferradina (1-1) 972 espect.

DESDE LA DISTANCIA

“LA DECEPCIÓN” DE IÑAKI GABILONDO

Añoranza. Iñaki Gabilondo, como dejó claro en la entrevista concedida en la edición de ayer en este periódico, respira realismo por sus cuatro costados. Desde la distancia, disfruta como un aficionado más de la temporada que está protagonizando la Real Sociedad. Disfruta de días de vino y rosas, pero hay un aspecto por el que no está del todo satisfecho, precisamente de la poca afición que está yendo a Anoeta a animar al filial del equipo blanquiazul. “Estoy un poco decepcionado con que vaya tan poca gente a Anoeta a ver al Sanse. Cuando nosotros éramos jóvenes, íbamos a Atotxa a ver al Sanse casi como si fuera la Real. Solía haber mucha animación. Esperaba que este año con Xabi Alonso y con todo este meneo que está habiendo, que iba a haber una mayor ilusión. Eso me está defraudando un poco, Y lo digo francamente”, confesó en su conversación con este periódico.