El partido ante el Sturm Graz en el que la Real está obligada a lograr la victoria si pretende clasificarse para los cruces de la Europa League marcará el inicio de un nuevo maratón de encuentros que van a medir el posible mal de altura de la Real como le sucedió la temporada pasada. Actualmente, el equipo txuri-urdin es segundo de grupo con cinco puntos en tres partidos, en los que se ha mantenido imbatido, y se encuentra a solo dos puntos del Mónaco, que lidera la clasificación. Los del Principado tienen una oportunidad de oro para sentenciar en su estadio al PSV Eindhoven y dar un salto de gigante para asegurarse la primera plaza.

La verdad es que el nivel de juego que ha ofrecido la Real en Anoeta está siendo bastante fiable, aunque solo haya ganado un partido en sus dos últimas participaciones. Además fue por la mínima, 1-0, ante el AZ Alkmaar, aunque es cierto que le pudo y debió golear. Contra el Rijeka empató, como ante el Mónaco esta campaña; frente al Nápoles perdió; y en el destierro de Turín, se vino abajo ante el Manchester United, que le endosó un severo 0-4.

Si, como se espera, los de Imanol logran los tres puntos, se jugarán los puestos de clasificación contra los dos gallitos del grupo que cayeron de la Champions. Es decir, con su visita al Mónaco y su posterior encuentro en casa contra el PSV Eindhoven.

cuestión de rachas

Lo cierto es que la trayectoria de la Real es excelente. Los donostiarras suman los mismos 25 puntos del curso pasado, aunque en esta ocasión les permiten ser líderes en solitario por encima de Real Madrid, Sevilla y Atlético, que les podrían adelantar si sacan adelante el encuentro que tiene aplazado. En comparación con la misma etapa del curso anterior, en aquella ocasión eran segundos a cinco puntos ya del líder, que eran los de Simeone, que posteriormente se proclamaron campeones. Lo malo es que en este momento ya había entrado en esa mala racha que le llevó a sumar solo dos victorias en 17 encuentros.

Aquella crisis la solventó a tiempo, lo que le permitió alcanzar otra clasificación europea. Pero hay otra estadística que persigue a este equipo todavía. Lleva 18 partidos sin derrotar a un rival que le precede en la clasificación o de entidad. Concretamente desde su victoria en Vilareal en la antepenúltima jornada de la Liga 2019-20 que acabó con el pasaporte europeo in extremis gracias al tanto de Januzaj en el Wanda. Desde ese momento, la lista incluye del curso pasado los ocho partidos contra los cuatro conjuntos que se clasificaron para la Champions; los dos contra el Nápoles y el Manchester en el Viejo Continente; y el duelo de la Supercopa contra el Barcelona. A estos trece hay que añadir de este curso la visita al Camp Nou, el duelo contra el Sevilla en Anoeta y el empate en el Wanda. A los que se podría sumar incluso los duelos de nivel Champions frente a PSV Eindhoven y Mónaco, a los que tendrá que derrotar si pretende seguir viva en Europa. Para un total de 18. Una serie de registros impropios de la categoría y de la competitividad del actual líder de la Liga.

El calendario será el que ponga de nuevo a prueba a la Real, ya que, además de las tres etapas que le restan en el grupo con los rivales extranjeros, antes de finalizar la primera vuelta de la competición le tocará enfrentarse a contrincantes muy exigentes. Desde este mismo domingo, con la siempre complicada salida a Pamplona (Osasuna es séptimo clasificado actualmente). Las siguientes visitas que le quedarían serían al Espanyol (decimoprimero), Betis (quinto) y Alavés (decimoséptimo). Mientras que por Anoeta, donde la Real acumula cuatro victorias y dos empates, con un solo tanto encajado, todavía deben pasar Valencia (décimo), Real Madrid (segundo) y Villarreal (decimotercero). -