aixo afición txuri-urdin! Mirad que he jugado partidos de Liga, ¿eh? Son la mayoría. Y, sin embargo, creo que no me equivoco si os digo que la competición que ha marcado mi trayectoria es la Copa del Rey. Las prestaciones que ofrecí en ella me sirvieron hace ya unos cuantos años para asentarme en la primera plantilla de forma definitiva. Hasta que, unas temporadas después, el torneo del KO significó para mí todo lo contrario. La acumulación de partidos durante aquel mes de enero me llevó a sufrir problemas físicos. Los aprovechó un compañero de la cantera para irrumpir con fuerza. Y a la conclusión de aquella campaña tuve que salir de la Real. No queda ahí lo mío con la Copa. Durante estas últimas campañas he seguido viviéndola con intensidad, cosechando éxitos y superando rondas de forma a priori inesperada.

Podréis pensar, leída la introducción, que mi debut se produjo en una noche intersemanal de eliminatoria. Pero no. No fue el caso. Me estrené con el primer equipo de la Real en una tarde liguera de sábado, que implicó para vosotros asistir a una de las mayores exhibiciones individuales que habéis presenciado nunca en Anoeta. Una semana después, volví a competir en Segunda B, en Zubieta contra el Sestao. Pero perseveré, no cejé en mi empeño y aquel quedó como mi último partido con el filial. Los seis siguientes que jugué correspondieron a la Copa del Rey. Y, como os explicaba al principio, me convertí en uno más a las órdenes del míster. La verdad es que se veía venir. Durante la pretemporada previa ya había asomado la cabeza. Y las lesiones habían comenzado a cebarse con los ocupantes de mi demarcación desde aquel mismo verano. La oportunidad iba a llegar y se trataba de aprovecharla. Conseguí hacerlo.

Son ya varios años como profesional, describiendo una trayectoria que me ha convertido en uno de esos futbolistas cuya escasa capacidad goleadora es motivo de cachondeo en los vestuarios. Solo he visto puerta dos veces. Y ambas dianas tienen como denominador común errores importantes del adversario. Me estrené gracias a una fenomenal dejada de un defensa rival, que me la dejó botando y en el punto de penalti. Y el segundo gol... El segundo gol no os lo puedo contar. Lo estaría poniendo a huevo.