MALLORCA Reina; Joan Sastre, Valjent, Raíllo, Lumor; Dani Rodríguez (Echevarría, min. 84), Baba, Salva Sevilla, Febas (Trajkovski, min. 56); Lago Junior y Budimir (Álex Alegría, min. 71).

REAL Moyá; Zaldua, Le Normand, Zubeldia, Aihen; Merino, Illarramendi, Odegaard (Zurutuza, min. 72); Willian José (Izan, min. 62), Oyarzabal y Januzaj (Portu, min. 62).

Gol 0-1, min. 82: Odegaard.

- Fue en Mallorca, lugar en el que otrora escribió páginas funestas, donde la Real comenzó a apuntar alto. El equipo txuri-urdin emprendió el vuelo en la Liga al lograr su primera victoria en Son Moix gracias a un gol de Odegaard en las postrimerías de la contienda. El extraordinario nivel y la facilidad para adaptarse de los recién llegados al juego de Imanol marcaron la diferencia y dispararon las expectativas del proyecto.

Por encima de todo, un Odegaard estelar que cada vez que entraba en juego hacía crecer las flores en el jardín mallorquín y que se estrenó con la blanquiazul después de culminar una frenética contra. Pero a la altura de su actuación quedó para el recuerdo la carrera de velocista jamaicano de Isak en la acción decisiva del duelo, cuyo desmarque permitió generar un socavón en el eje de la zaga bermellona que pudo aprovechar con precisión de cirujano su vecino escandinavo. Eso sin pasar por alto que Portu, recuperado de su rotura de fibras, cambió el signo del duelo desde su entrada y fue quien, tras su sprint y su posterior frenazo en seco, sirvió el tanto en bandeja al goleador.

El contragolpe, que después conocimos que estaba ensayado, fue la demostración de la importancia que tenía empezar a dominar más registros que el habitual estilo de Imanol con el que controlaron el duelo. Los otros dos protagonistas de la contra eran Moyá, que estuvo en su origen al sacar rápido y sostuvo de nuevo al equipo con sus paradas; y Oyarzabal, que proyectó a Odegaard y a quien el palo le impidió abrir el marcador antes del descanso.

Cuatro puntos en dos partidos fuera y ya codeándose con los mejores de la tabla. Y la primera maldición, la de las islas, superada sin titubeos ni problemas, salvo un susto en un centro-chut a la madera de Lumor con 0-0.