Donostia - Mikel Oyarzabal lleva mucho tiempo con la final de la Copa entre ceja y ceja. El capitán txuri-urdin ya confiaba con hacer un gran papel en el torneo la pasada campaña. De hecho, siempre ha reconocido que la noche de la eliminación ante el Betis fue la más dura del curso anterior. Ahora, a las puertas de toda una final, el canterano reconoce que son plenamente conscientes de lo que hay en juego: "Siento una mezcla de responsabilidad, ilusión y orgullo de lo hecho hasta ahora, pero queremos más y la gente también quiere más. Confían en nosotros y esperemos poder hacer un partido bonito para estar en la final".

A sus 22 años, liderar a la Real en toda una final supondría una ilusión incuestionable: "Sería una felicidad y un orgullo increíble; es lo que queremos todos aquí. Trabajamos para ello. Desde la primera ronda ya dijimos que nos queríamos tomar la Copa en serio. Se han dado las circunstancias para poder vivir un momento bonito e histórico, y al final todos los que estamos aquí queremos lograrlo".

El plan de la Real es intentar ganar el partido, no solo la eliminatoria: "Hombre, si llegamos al minuto 93 con 0-0 o 1-1 no voy a decir que no, pero con nuestro plan y su estilo de juego goles va a haber, no sé para quién, pero vamos a salir con la mentalidad de ganar, porque cuando nos hemos metido atrás nos hemos visto sometidos y no nos ha ido bien".

Con el 2-1 de la ida y el consiguiente riesgo del fatídico 1-0, una de las claves podría pasar por abrir el marcador para evitar situaciones incómodas: "Aún no hemos hablado del plan que vamos a llevar, pero si consigues marcar en los primeros minutos las cosas pueden cambiar y mucho, porque les obligas a marcar mínimo dos. Es la situación ideal que todos queremos. Ya veremos qué pasa el miércoles. Hemos trabajado bien estos días y llegamos al partido en buenas condiciones y con ganas".

Pese a que en el vestuario se palpa la expectación, los realistas defienden que la procesión va por dentro: "Nervios siempre hay, ya sea el miércoles o en el partido anterior. Ante todo es una responsabilidad por llevar el escudo de la Real cada día, en cada entrenamiento. Todos los días hay que tener un compromiso máximo todos y cada uno de nosotros cuando nos pongamos la camiseta de la Real. Se trata de un partido especial para todos y esperemos que esos nervios se conviertan en algo positivo y no nos perjudiquen".

Respeto al Mirandés Desde que eliminaron al Villarreal y sobre todo después de su gran actuación en Anoeta, el respeto de los blanquiazules hacia el Mirandés es máximo. "Todo el mundo sabe que han hecho las cosas bien y en Anoeta también las hicieron. Nosotros no tuvimos nuestro mejor día, pero también en parte porque ellos lo hicieron bien. Sabemos de su potencial, pero, más que centrarnos en ellos, nosotros nos tenemos que centrar en nosotros y hacer un buen partido. Si estamos así, nos situaremos más cerca de ganar y pasar".

Con un gol de ventaja, en puestos europeos y ante un adversario de una categoría inferior, la Real no puede esquivar el cartel de favorito. Oyarzabal no entiende de etiquetas: "No sirve de nada ir con la etiqueta o no favorito, no te da ventaja ni sumas un gol con ello. Hay que ir con la mentalidad puesta en el partido, e intentar hacerlo bien y salir enchufados desde el primer minuto, que no haya sustos. Nos tenemos que centrar en lo nuestro para que las cosas salgan bien".

Los burgaleses tendrán ahora la presión de necesitar ganar. Algo que no es fácil y a lo que no están tan acostumbrados: "No creo que sea tanto el hecho de que la responsabilidad te pese o que te sientas presionado. El fútbol es un deporte de aciertos y errores. Nosotros en la ida no tuvimos nuestro mejor día y no estuvimos bien. Si estamos acertados y las cosas salen bien, estaremos cerca de ganar".

La Real estará acompañada por mil aficionados que podían haber sido más de 5.000 de haber sido más grande el estadio: "Siempre es importante que la gente nos apoye en casa o fuera. Parte de que las cosas nos vayan bien y conseguir ganar partidos en casa es cosa de ellos. Va a ser algo bonito y que va a gustar vivirlo allí. Esperemos estar a la altura".

Oyarzabal lo sigue jugando todo. Algunos consideran que ha perdido chispa, pero sigue siendo clave en las acciones decisivas en muchos encuentros como ante el Valladolid. "La gente es libre de opinar y decir lo que piensa, pero yo me encuentro bien. Como es lógico, hay días en los que estás menos acertado, pero tengo claro que nunca se puede estar acertado; y si es así, hay que seguir centrado y trabajando para que las cosas vuelvan a salir". Palabra de capitán, palabra del 10.

Mirandés

Dos de los jugadores cedidos por la Real, que eran duda para el decisivo partido copero de mañana, Merquelanz y Sagnan, estarán disponibles para Iraola después de que se entrenaran ayer. P55