La Ley de Murphy se ha apoderado esta temporada del centro de la defensa del Valencia. Todo lo malo que en ella sucede resulta susceptible de verse empeorado, una máxima que ha adquirido su máximo vigor durante las últimas semanas. La pareja formada por Ezequiel Garay y Gabriel Paulista venía suponiendo uno de los argumentos más sólidos en el equipo de Albert Celades, hasta que la grave lesión del argentino hace tres semanas comenzó a trastocar los planes del técnico. Se dañó la rodilla y dijo así adiós a la temporada antes de tiempo.

Mientras, la segunda parte del binomio, Gabriel Paulista, tampoco podrá jugar hoy en Anoeta. Por doble motivo además. Está sancionado y está lesionado. Así que el Valencia ha encarado sin él una semana complicada e importante. El miércoles causó baja contra el Atalanta por idénticos motivos (está sancionado en la Champions y se perderá igualmente la vuelta ante los italianos). Y esta tarde verá desde casa un duelo directo ante la Real, con los puestos europeos en el horizonte. Queda por ver si Gabriel se recupera del fuerte esguince de tobillo que sufre para participar el próximo fin de semana en el partido de Mestalla contra el Betis. Mientras, a Celades no le está quedando otra que tirar con lo que tiene. ¿Y qué tiene?

Para comenzar, cabe subrayar que, además de a Garay y a Gabriel, ha perdido de cara a los últimos encuentros (incluido el de esta tarde) a Francis Coquelin, un centrocampista que puede ejercer de comodín, readaptable al centro de la defensa. De este modo, Diakhaby y Mangala integraron el eje de la zaga en San Siro contra el Atalanta y apuntan a repetir hoy en Anoeta. Los problemas que costaron la derrota al Valencia en Milán fueron colectivos y no individuales, pero lo cierto es que ninguno de ambos estuvo afortunado. Tres de los cuatro goles, especialmente dos de ellos, se produjeron como consecuencia de acciones en las que rivales centraron o golpearon sin acoso desde el borde del área.

Diakhaby, francés de 23 años, aterrizó en el Valencia durante el verano de 2018. Formado en las categorías inferiores del Olympique Lyonnais, el club che abonó quince millones de euros por el traspaso. De momento, las actuaciones de este espigado defensa de 1,92 metros de estatura han deparado claroscuros. Se trata de un central que llama la atención en lances de balón dividido, de los que tiende a salir vencedor gracias a sus facultades físicas. Pero sus lapsus en cuanto a concentración y sus desatenciones tácticas le sitúan, por el momento, como un activo poco fiable. El caso de Mangala, mientras, resulta distinto, y señala a este defensa de 29 años como al típico futbolista que prometió en su día y cuya trayectoria ha quedado en mucho menos. En 2014, el Manchester City pagó 45 millones por él al Oporto. Cinco cursos después, este pasado verano regresó libre a Mestalla (ya había jugado en el Valencia durante una temporada como cedido, la 2016-17) con más pena que gloria y llamado a convertirse en el cuarto central del plantel. Sigue siéndolo. Pero las circunstancias le vienen llevando a jugar duelos importantes.

Delantera. Si Garay y Gabriel forman sobre el papel la pareja de centrales titular en este Valencia, lo mismo sucede en la delantera con Maxi Gómez y Rodrigo. El uruguayo comenzó la temporada como suplente, a las órdenes de Marcelino, pero con Celades ha ido ganando protagonismo poco a poco hasta, beneficiándose de los matices a la propuesta introducidos por el nuevo técnico, convertirse en teórico integrante de la delantera de gala. Hoy no estará en Anoeta, tras ver contra el Atlético de Madrid su quinta amarilla de la campaña. Y también causa baja el propio Rodrigo, aún convaleciente de problemas en una rodilla.

maxi-rodrigo, otra dupla ausente

sancionado y lesionado