donostia - Aseguró Mikel Merino, durante su rueda de prensa del pasado miércoles, que el partido que mañana disputarán en Sevilla el Betis y la Real (14.00 horas, Gol) supondrá un duelo directo por las plazas europeas. Y lo cierto es que, pese a que los txuri-urdin, quintos, aventajan en siete puntos al cuadro andaluz (13º), así debe encararse el duelo. Este enfrentará a dos equipos que, al margen de situaciones deportivas puntuales y momentáneas, viven en dimensiones relativamente similares. Más parecidas aún, en cualquier caso, resultan las trayectorias que han descrito durante la última década, paralelas en cierto modo.

el infierno Bajar a Segunda. Intentar ascender a las primeras de cambio. Fallar y verte así abocado a la temida Ley Concursal. Le ocurrió a la Real en 2008, apenas días después del varapalo de Mendizorroza. Le sucedió también al Betis en enero de 2011, tras asistir meses antes desde una insuficiente cuarta plaza a la fiesta txuri-urdin por el regreso a la élite. Poco a poco, ambas entidades han ido levantando el vuelo. Pero cabe recordar que hace diez temporadas, cuando atravesaban penurias, los equipos se cruzaron en la categoría de plata. Aquellos dos partidos, en contraste con el que espera mañana, midieron a dos grandes instituciones en apuros y propiciaron lo que apenas unos años antes resultaba impensable: un Betis-Real Sociedad en Segunda. En Anoeta (2-0) ganaron los blanquiazules, que terminarían ascendiendo. En el Villamarín lo harían los verdiblancos (1-0).

resurrección Alcanzada la Primera División, la Real aguardó en ella al Betis por espacio de una temporada. Un año después del ascenso txuri-urdin (2010) llegaría el de los sevillanos (2011). Y el regreso de ambos conjuntos a la máxima categoría vino marcado por inercias que, observadas con perspectiva, describían trayectorias ascendentes. Es cierto que al equipo guipuzcoano le costó salvarse de inicio. Es cierto que el Betis volvió a Primera para ser 13º en su reestreno. Pero, solo tres años después de aquellos duelos en el infierno de Segunda, Real y Betis ya estaban brindando a la Liga aquel espectacular 3-3 de Anoeta con Montanier y Pepe Mel en los banquillos. Se dio en la temporada 2012-13, que los guipuzcoanos saldaron con billete para la Champions y los andaluces clasificándose para la Europa League. A ambos conjuntos les costaría luego digerir sus éxitos. El doloroso 3-0 de Krasnodar terminó dando paso, transcurridas unas semanas, a la oscura era Moyes. El Betis, directamente, descendió a Segunda en 2014 para regresar a Primera un año después. Cuando lo hizo, los duelos entre Real y Betis, ya durante el curso 2015-16, habían visto reducido su caché.

el 'cruyffismo' como solución Eusebio Sacristán y Quique Setién. Quique Setién y Eusebio Sacristán. Sus épocas en Real y Betis no fueron exactamente contemporáneas. Pero el paralelismo viene dado por las fórmulas mediante las que ambos revitalizaron a sus respectivas instituciones. Lo hicieron apostando por un fútbol tan atractivo y vistoso como arriesgado, que describió en Anoeta y en el Villamarín curvas muy parecidas. Primero, el apogeo, con partidos memorables, grandes resultados y sendas clasificaciones para la Europa League. Después, el declive, coincidiendo con la obligación de compaginar Liga y torneos continentales. Sacristán y Setién terminarían saliendo de los clubes por la puerta de atrás, pero con su trabajo lograron lo mismo en Donostia y en Sevilla: dejar mejores equipos de los que se habían encontrado al llegar. Pudieron coincidir en un solo Real-Betis. Un Real-Betis cuyo resultado, significativo, superó al de aquel duelo Montanier-Mel. En esta ocasión, 4-4.

La evolución La Real vivió en lo futbolístico un marcado paréntesis de cuatro meses, durante la era de Asier Garitano. Pero, al margen de esta circunstancia, la situación actual de los txuri-urdin y del Betis dibuja sendas continuidades en cuanto a propuesta. Continuidades respecto a un fútbol ofensivo cuya evolución hacia versiones más modernas personifican Imanol y Rubi. Oriotarra y catalán han llegado a vivir momentos duros en los banquillos que ahora ocupan, pero también han sabido superarlos manteniéndose fieles a sus respectivas formas de hacer las cosas. Ambos miran a Europa desde perspectivas similares sobre el verde, desde las perspectivas de plantillas con potenciales parecidos. Y eso que la tendencia fuera del campo, en los despachos, empieza a dibujar mayores distancias en materia financiera.

dos ritmos Puede tratarse de una mera cuestión de tamaño. Gipuzkoa es un territorio pequeño. La masa social del Betis, mientras, resulta mayor. Y el crecimiento experimentado por ambos clubes durante los últimos años parece haber ido en consonancia con este aspecto. Hablamos de 50.000 socios contra 34.000. De un estadio con capacidad para 60.000 espectadores frente a otro con 39.000. Poco a poco, el proyecto verdiblanco, sin implicar esto mejores resultados deportivos, ha comenzado a moverse uno o dos escalones por encima del txuri-urdin en materia económica. Y el principal marcador al respecto se ha situado en el presupuesto de ambas entidades. Hace solo dos años, las cifras en cuestión hablaban de dimensiones muy similares (100 millones la Real, 87 el Betis). Ahora, en cambio, los 162 millones del Betis superan con holgura a los 112 de una Real condicionada por la reforma de Anoeta. En ambos casos, los números implican máximos históricos. Pero hay récords y récords.

dos modelos Con el 2020 recién comenzado, el estatus deportivo de ambos equipos dibuja una gran igualdad entre Real y Betis. Paradójicamente, sus respectivos modelos parecen ahora más alejados que nunca durante la última década. El mencionado crecimiento de los andaluces en materia económica ha derivado en una gestión del plantel y en una actitud en el mercado muy diferentes a las de los txuri-urdin. Estos miran al Villamarín con la sensación de que allí se habla otra idioma. Y es que en verano el Betis se gastó 71 kilos. La Real, apenas 16, para apuntalar una escuadra que, según la tabla, es de momento siete puntos mejor que la bética.

112

Presupuesto. La Real presenta el presupuesto más alto de su historia, con 112 millones de euros.

2018-19105 millones

2017-18100 millones

2016-1776 millones

2015-1668 millones

2014-1551,8 millones

59,1

Derechos de TV. Durante la pasada campaña, la Real percibió 59,1 millones, según comunicó la Liga.

34.000

Abonados. Los últimos datos facilitados por el club sitúan a la Real por encima de los 34.000 socios. Tras la conclusión del proceso de reforma, Anoeta cuenta desde este pasado verano con capacidad para albergar a 39.000 espectadores.

16,75

JUGADORPROC. Millones

PortuGirona10

IsakDortmund 6,5

Nacho MonrealArsenal0,25

Álex RemiroAthletic-

Martin OdegaardR. Madrid-

Fichajes 2019-20. La Real ha invertido esta temporada 16,75 millones de euros para costear las operaciones con las que ha reforzado la plantilla. Modibo Sagnan (4.5 millones) no computa porque fue fichado durante el mercado de enero de 2019, para ser inmediatamente cedido a su club de procedencia, el Lens.

162

Presupuesto. Como la Real, el Betis cuenta este curso con el presupuesto más alto de su historia.

2018-19126 millones

2017-1887 millones

2016-1766 millones

2015-1648 millones

2014-15 (Segunda)19,8 millones

62,3

Derechos de TV. El Betis percibió 62,3 millones por los derechos televisivos en el curso 2018-19.

50.000

Abonados. La campaña de socios del pasado verano concluyó con un total de 50.373 abonados. Tras ejecutarse las obras del fondo sur del Villamarín, en verano de 2017, el estadio tiene capacidad para albergar a 60.000 espectadores.

71,75

JUGADORPROC. Millones

Borja IglesiasEspanyol28

FekirO. Lyon 19,75

JuanmiReal8

Álex MorenoRayo V.7

Dani MartínSporting5

Guido RodríguezAmérica3

Pedraza (ced.)Villarreal1

Aleñà (ced.)Barcelona-

Fichajes 2019-20. El Betis ha invertido este curso 71,75 millones para reforzar su plantel, sin computar los 22 de la ejecutada opción de compra de Lo Celso (cedido luego al Tottenham a cambio de 15).