donostia - La interrupción liguera por Navidad siempre marca, a todos los efectos, un paréntesis en la temporada de los equipos. A diferencia de lo que sucede durante los parones internacionales, las plantillas disfrutan de prácticamente una semana completa de descanso. Aprovechan para desconectar, en pleno ecuador del curso. Y el calendario que espera tras el posterior regreso al trabajo queda en un segundo plano durante días de fiestas y celebraciones, circunstancia que también se da con los aficionados. Los realzales saborean el turrón con el buen recuerdo de la victoria de El Sadar, con el empate ante el Barcelona en la memoria. Pero... ¿Qué espera a partir del próximo domingo?

Aguarda una agenda de doble filo, cuya exigencia varía según el prisma desde el que se observe. Y también dependiendo muy mucho de cómo resulte de larga la trayectoria copera de los txuri-urdin. La dificultad del próximo mes y medio de competición, el que transcurrirá hasta que lleguen las eliminatorias continentales de Champions y Europa League, viene determinada por dos factores: la identidad de los rivales ligueros y la carga de encuentros oficiales que implique el torneo del KO. Por un lado, compromisos asequibles para mantener la inercia y el buen puesto en la clasificación. Por otro, una Copa sumamente ilusionante cuyo nuevo formato, en cualquier caso, no libera la agenda una vez superadas las Navidades. Del Año Nuevo al hipotético título hay siete partidos, final incluida. Exactamente como en cursos anteriores.

seis partidos Insistimos. La división del calendario que determina la fase aquí estudiada viene dada por el inicio, el 18 de febrero, de las eliminatorias europeas. Llegará entonces un asegurado desahogo de agenda para equipos como la Real. Mientras, durante el mes y medio previo, y con la Copa de por medio, los txuri-urdin van a tener que afrontar seis encuentros de Liga, a priori susceptibles de implicar un buen acopio de puntos. El campeonato viene presentándose muy igualado y el tópico del No hay rival sencillo se corresponde con la realidad, pero el cuadro de Imanol no ve acercarse a ningún coco desde horizontes cercanos.

A lo largo de este período de la campaña van a pasar por Anoeta Villarreal, Mallorca y Athletic. Mientras, el conjunto blanquiazul va a afrontar salidas a los campos de Betis, Leganés y Eibar. Cada partido del campeonato supone para esta Real una batalla táctica en la que tiene mucho ganado quien consigue imponer su juego. Cuando los guipuzcoanos hacen prevalecer su fútbol de ritmo alto y ataques verticales, pueden batir a cualquiera. Con más razón aún si enfrente hay adversarios cuyos contadores de calidad no superan a los de la propia Real. Una vez completada esta fase de la Liga, se habrán cubierto ya 24 jornadas, prácticamente dos tercios del torneo. El equipo tiene una buena oportunidad de alcanzar la recta final en envidiable posición.

competir los miércoles La Copa nunca molesta. Menos todavía cuando hay un nuevo sistema de competición que convierte en más probables las sorpresas, más susceptible también de eliminar por el camino a los teóricos favoritos. De momento, además, la ronda a la que ha llegado la Real le llevará a jugarse el pase a los dieciseisavos un fin de semana, sin alterar la rutina habitual. El próximo domingo 12 de enero, los txuri-urdin visitarán al Ceuta, equipo de Tercera División. Si obtienen el pase en tierras norteafricanas, eso sí, entrarán ya en una fase que les obligará a jugar tres partidos semanales, varias veces consecutivas si luego continúan superando confrontaciones.

Hasta la fecha, el equipo ha encarado tres semanas de otros tantos partidos esta campaña. Y no le ha ido mal. Sus series de duelos ligueros consecutivos se han saldado, en las dos experiencias vividas, con seis puntos sumados sobre nueve posibles. Antes de iniciar el presente parón navideño, mientras, los txuri-urdin obtuvieron cuatro puntos de seis en el campeonato, contra Barcelona y Osasuna, y evitaron sustos en la Copa del Rey goleando al Becerril en Palencia. Aquel triunfo en La Balastera les otorgó el billete para medirse al Ceuta. Y a una hipotética victoria allí le seguiría el mencionado período de mayores apreturas.

El 22 de enero se celebrarían los mencionados dieciseisavos (siempre a partido único). El día 29, los octavos. Y los cuartos quedarían para el 5 de febrero. La ida de unas hipotéticas semifinales tendría lugar una semana después, el 12, quedando la vuelta (4 de marzo) para después de dos miércoles europeos consecutivos. Tan evidente resulta que la Real no va a despreciar esta competición como el hecho de que su disputa hasta rondas avanzadas obligaría a Imanol a gestionar su plantilla de forma más rotatoria. Hasta el momento, los cambios que va introduciendo en el equipo no implican que el nivel general se resienta, aunque los efectos de batallas coperas a cara de perro podrían suscitar variaciones más numerosas en sus onces. Sea como sea, la respuesta del técnico a posibles preguntas sobre el calendario que espera a medio plazo resulta predecible: "Solo me centro en el siguiente partido". En este caso, la visita del Villarreal. El próximo domingo a las dos de la tarde en el estadio de Anoeta.