donostia - En el vestuario del Becerril no se habla de otra cosa. Solo se habla de la Real. Los futbolistas bromean sobre su capacidad de control previa al partido de mañana (21.00 horas): no quieren pedir fotos a los jugadores txuri-urdin antes del encuentro. "Pareceremos más de pueblo de lo que somos". Y temen que se produzca tras el pitido final una invasión de campo que les dificulte la recolecta de camisetas. "Nosotros solo tenemos una para toda la temporada, pero a ellos les sobran". En medio de los sueños y de las perspectivas del plantel, el entrenador, Edu Narganes, trata de caminar desde la naturalidad a través de una semana extraordinaria.

¿Cómo lo lleva?

-Pues bien. Estoy intentando normalizar un poco la situación que vivimos, sobre todo la de las tardes. Porque por la mañana aquí todos trabajamos en lo nuestro. Yo soy profesor de Educación Física en un centro escolar y me coges a punto de poner las notas de la evaluación.

En la plantilla del Becerril, o se estudia o se trabaja.

-Eso es. Tenemos dos futbolistas que están cursando estudios. Y el resto trabaja.

¿En qué empleos?

-En empleos de todo tipo. En el vestuario hay desde ganaderos hasta trabajadores de hospital, pasando por profesionales de fábrica, chapistas o empresarios de iniciativa propia.

Trece años después, la Copa vuelve a arrancar con eliminatorias a partido único. Pero el perfil de los rivales de los equipos de Primera es ahora más bajo.

-Sí, así resulta. Aquellos conjuntos que en su día plantaban cara a los clubes de la elite y protagonizaban tantas sorpresas no dejaban de ser semiprofesionales. Hablamos de equipos de Segunda B que se encontraban a solo un paso de categorías digamos que plenamente reconocidas, como la propia Segunda. La nuestra, en cambio, es una plantilla recién ascendida a Tercera desde Preferente, cuyos integrantes no vivimos de esto. Apenas recibimos una ayuda mínima, que consumimos costeando desplazamientos y un par de detallitos más. La distancia respecto a adversarios como la Real es grande. Muy grande.

¿Quedaron satisfechos con el resultado del sorteo?

-Sí, sí (rotundo). La Real estaba muy arriba en la lista de preferencias. Queríamos un rival de potencial, con tirón. Un rival que se encontrara en el candelero de la actualidad, en buena forma. Y un rival de tradición histórica. Pienso que los tres condicionantes se vieron cumplidos. Es cierto que había gente que pedía al Athletic, pero yo siempre vi con buenos ojos a la Real, principalmente por la gran temporada que está completando.

He leído que tienen algún simpatizante txuri-urdin en el plantel.

-Sí. La fisioterapeuta.

¿La fisioterapeuta?

-Su padre dispone de una cochera a cien metros del bar del pueblo en el que vimos el sorteo. Dijo que tenía un presentimiento y juntó allí las dos bufandas que había en casa, la de la Real y la del Becerril. Mira tú por dónde, tocó lo que tocó.

Así que si mañana un jugador suyo precisa de atención, saltará al césped una txuri-urdin.

-Eso es.

¿Qué partido espera?

-Somos plenamente conscientes de las diferencias que existen entre el Becerril y toda una Real, sobre todo en la forma de encarar la competición. Nos enfrentamos a jugadores que pueden dedicarse al fútbol porque cuentan con una calidad que les permite vivir de ello. Nosotros, mientras, comemos de otras actividades. Pero, al mismo tiempo, vamos a preparar el partido con ilusión y con cariño, tratando de cuidar ciertos detalles en función de lo que le hemos visto al rival en sus dos últimos encuentros, ante Valladolid y Barcelona.

¿Va a recurrir al tópico de que esta eliminatoria "es para disfrutar"?

-Tenemos muy claro que no podemos saltar al campo a cualquier cosa que no implique competir. Como te decía, vamos a intentar pulir algunas cosas para contrarrestar dentro de lo posible el potencial de la Real. Y vamos a encarar el partido conscientes de que esto no es una fiesta. Esto no puede ser una fiesta. Aquí se trata de competir, de hacer bien las cosas. Y en ello residen precisamente la diversión y el disfrute. No en salir al césped a figurar. A partir de ahí, se dará luego el resultado que se tenga que dar.

Esta Real burla con cierta facilidad las presiones altas y se atasca en mayor medida ante repliegues bajos. ¿Les sirve como referencia?

-Sí, esa es la lectura que sacamos tras el partido del Nuevo Zorrilla. Vimos en la Real a un equipo muy efectivo en la presión, tanto a la hora de apretar arriba la creación del Valladolid como al intentar recuperar el balón tras pérdida. Y sí que es cierto que le costó algo más generar peligro ante el repliegue del Pucela. Lo que pasa es que esas dificultades las sufre de vez en cuando ante adversarios de Primera División, y nosotros somos lo que somos.

¿Qué son? ¿Qué clase de equipo es el Becerril?

-Intentamos presionar lo más arriba posible para estar cerca de la portería rival al robar el esférico. Es lo que hacemos ante adversarios de nuestro nivel. Y cuando nos ha tocado medirnos a equipos punteros de la categoría, como el Zamora, hemos apostado por repliegues medios y salidas exteriores en transición. ¿El balón? No nos quema.

El jueves podrán medirse a la Real gracias a una jugada de laboratorio.

-Superamos la ronda previa con un gol a balón parado. Richard, integrante del staff, trabaja mucho en este sentido. La acción a la que te refieres no nos había salido nunca, aunque llevábamos tiempo intentándola. Y finalmente dio resultado en uno de esos momentos claves del fútbol.

¿Preparan el partido pensando en una Real de rotaciones?

-Entendemos que ellos vienen de disputar un partido muy exigente contra el Barcelona y que Imanol puede dar varios descansos. Pero en esa plantilla hay calidad de sobra, también entre los teóricos suplentes.

¿A usted qué le gustaría?

-Que la Real viniera con varios de sus futbolistas más llamativos, porque para nosotros esto es un premio. Y me encantará también poder saludar a Imanol, porque es un entrenador de los que nos agradan: de la casa, de los que ha conocido el fútbol desde abajo y de los que, habiendo llegado arriba, ha puesto a su equipo donde lo tiene.

¿Cómo andan de bajas?

-Tenemos a dos lesionados de gravedad. Crespo se rompió el cruzado. Y Diestro sufrió hace dos semanas una fractura de ligamento lateral interno. Una pena lo de Diestro, porque el partido le hacía especial ilusión. Su jugador favorito es Illarramendi. Y se lo perderán los dos.

¿Tendrán sitio en la grada?

-El otro día, colgado ya el cartel de No hay billetes, sumamos en el vestuario los compromisos de unos y otros en cuanto a entradas. Y llegábamos a las 600. En La Balastera solo caben 8.000. Si entraran 10.000, creo que se llenaría igual.