Por mucho que se diga que los animales actúan por instinto, a veces nos sorprenden con formas de comportarse que nos hacen pensar que son más inteligentes de lo que creemos, como hacerse los lesionados para conseguir algo o incluso fingir la muerte para evitar ser atacados. El último caso que se ha hecho viral en redes sociales es el que ha protagonizado una gaviota en la ciudad turca de Estambul.

Máquina de comida para gatos

En algunas calles de la urbe otomana hay unas máquinas expendedoras que, cuando las personas introducen dinero, liberan una cantidad de comida en un comedero para que los gatos callejeros, que son muy valorados y bien tratados en esa ciudad, puedan tener algo que ingerir. Una iniciativa que lleva a que numerosos gatos merodeen en torno a esas máquinas, colocadas en la acera, intentando llamar la atención a través de maullidos para que algún humano haga lo que tenga que hacer y aparezca comida sin necesidad de tener que rebuscar entre la basura.

Y, como se ha podido ver en un vídeo viral en redes sociales, donde acumula ya millones de reproducciones, una gaviota se ha dado cuenta de cómo funciona el asunto y ha tirado de astucia para intentar conseguir comida sin mucho esfuerzo. Tras comprobar que los maullidos de los gatos suelen dar resultado, ha aprendido a imitar ese sonido buscando confundir a las personas que pasean por la calle y que piensen que hay un gato por ahí pidiendo alimento. Esa al menos parece su intención.

'Gatoviota'

En la grabación se puede comprobar como el ave ‘maúlla’ constantemente junto a la máquina expendedora e incluso se acerca al comedero vacío, probablemente por el olor, para ver si la imitación ha surtido efecto. La mayor presencia de estas aves marinas en esas calles es un daño colateral de la instalación de esa máquina, ya que las gaviotas últimamente están causando numerosos incidentes, sobre todo en las terrazas de bares y restaurantes, arrebatando la comida que hay sobre las mesas e incluso lanzando algún picotazo para conseguirlo.

También se hizo muy popular lo sucedido hace unos meses en un colegio de Gijón, donde las gaviotas asustaban y picaban a los niños en el recreo, a los que esperaban para intentar robarles el almuerzo (y en ocasiones lo logran). Uno de ellos incluso tuvo que ser atendido en el hospital por la agresividad del ave, aunque sin heridas de gravedad.