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Sánchez afronta en enero una reválida con el PNV que lo obliga a impulsar las transferencias

Ha incumplido el pacto, pero le queda la repesca: cinco traspasos el día 16 y una reunión con Pradales para el cierre total del Estatuto. Tras el ‘caso Cerdán’, el PNV ya extremó el celo y aclaró que no votará las medidas que no comparta

Sánchez afronta en enero una reválida con el PNV que lo obliga a impulsar las transferenciasEuropa Press

Este lunes estaba destinado a hacerse un hueco en la hemeroteca. El Gobierno vasco iba a recibir cinco nuevas competencias, que además guardan relación en su mayoría con la gestión de la Seguridad Social y sus prestaciones para el cuidado familiar y el desempleo, un terreno donde cualquier cesión del Estado supone toda una gesta para la parte vasca. Sin embargo, la Comisión Mixta se ha aplazado hasta el 16 de enero porque las ofertas del ministerio del ramo se han quedado muy cortas, y este lunes no hará más que certificar el incumplimiento del acuerdo de investidura que firmó Pedro Sánchez con el PNV el 10 de noviembre de 2023 a cambio de acceder a la presidencia española. Ese pacto obligaba a La Moncloa a transferir todas las materias del Estatuto de Gernika en los dos primeros años de la legislatura, un plazo “improrrogable” que expira este miércoles, 31 de diciembre de 2025. El pacto ya estaba incumplido de facto desde hace unos días, porque las otras 16 materias pendientes habían quedado relegadas más allá de 2025. Ahora bien, la transgresión del acuerdo se acentúa ahora con el retraso de las cinco materias que estaban preacordadas a nivel político desde julio y septiembre.

La gran pregunta que surge ahora es si este incumplimiento abre un nuevo escenario en la relación con el PNV, cuyos cinco votos son imprescindibles para Sánchez en el Congreso. En primer lugar, habría que recordar que, meses antes de este nuevo contratiempo, Aitor Esteban ya había anunciado un punto de inflexión en la legislatura estatal. El presidente del EBB lo constató en septiembre, y el punto de inflexión tenía nombre propio: Santos Cerdán. La legislatura había entrado en una nueva fase por la cascada de informaciones sobre los presuntos amaños de contratos públicos por parte del exsecretario de Organización del PSOE. El PNV evidenció que todos los socios se estaban mirando de reojo ante el riesgo de un adelanto electoral, que en esa situación tan incómoda nadie estaba por la labor de tragar con cualquier medida con tal de que la legislatura aguantara, y que cada uno iba a priorizar sus reivindicaciones. El PNV avisó de que iba a extremar la vigilancia sobre el cumplimiento de lo pactado, y que votaría en contra de las medidas que no compartiera. Ahora, tres meses después, se han ido acumulando denuncias de acoso sexual en el PSOE, y se ha producido un incumplimiento del acuerdo de investidura. 

El viernes, la reacción de Sabin Etxea fue muy medida y calculada, ya que denunció el incumplimiento de los acuerdos y del Estatuto. Es una valoración que va de suyo y, por ahora, no ha ido más allá. Hay que tener en cuenta que el Gobierno vasco se encuentra todavía a la expectativa por una razón: en enero va a producirse la gran “reválida” de la que habló el lehendakari Pradales. Quizás sea, más bien, una repesca para Pedro Sánchez. Y será una repesca en dos actos. 

A la espera de dos hitos

El día 16, tendrá lugar la Comisión Mixta aplazada, y en ella deberían firmarse los traspasos de las prestaciones por cuidado familiar, la prestación contributiva de desempleo y el subsidio no contributivo del paro, el centro de verificación de maquinaria de Barakaldo que está relacionado con la salud laboral, el seguro escolar y el salvamento marítimo. Fuentes del Gobierno español consultadas por este medio de comunicación no contemplan otro aplazamiento y quitan hierro a lo ocurrido. Incluso niegan que se haya producido un aplazamiento como tal, porque la fecha de este lunes, la Comisión aplazada, era solo una “pre-fecha”, una estimación que no tendría que haber trascendido públicamente, según argumentan.

Además, Pradales anunció hace diez días en el Parlamento que en enero tendría lugar una “reválida bilateral”, es decir, ambos gobiernos tendrían que hacer balance del nivel de cumplimiento de los acuerdos. El término sonó a Comisión Permanente o cita con Sánchez, y todo parece indicar que tendrá lugar en enero. No se confirma de manera oficial, pero varias fuentes consultadas por Grupo Noticias tampoco lo niegan.

Esa Comisión Permanente podría tener la clave. ¿Por qué? Esta posibilidad ya la propuso Aitor Esteban en una rueda de prensa el 20 de noviembre en Sabin Etxea a preguntas de este medio de comunicación. Ante el evidente incumplimiento de los plazos, Esteban propuso un posible arreglo: planteó la firma de una especie de acuerdo marco antes de fin de año, una escenificación del compromiso político del Gobierno español con el cierre de todas las transferencias. Esas materias tendrían que concretarse después a nivel técnico en los meses posteriores. Admitió que esa escenificación podría tomar la forma de una Comisión Permanente presidida por Pradales y Sánchez. El año ha terminado sin que se produzca, y todo apunta a una reunión en enero. El propio pacto de investidura con el PNV obliga a convocar una reunión presencial de esa comisión con Pradales y Sánchez cada seis meses, y la última tuvo lugar el 15 de julio, de manera que podría producirse a mediados o finales de enero.

Al margen de las declaraciones para hacer presión y constatar el incumplimiento de los pactos, el PNV no ha realizado por ahora más movimientos a la espera de las próximas reuniones. El tiempo dirá si el retraso es solo de unos días o es algo más serio y profundo. Con Nochevieja, Año Nuevo y Reyes en mitad del calendario, se entra en una especie de impasse hasta después de las vacaciones.

No votar en bloque contra todo

Quien sí ha anunciado ya una ruptura con el Gobierno de Sánchez ha sido Junts. Pero el PNV ha evitado hasta el momento cualquier comparación con su situación porque, en el caso jeltzale, sí se han cumplido unas cuantas transferencias y puntos del acuerdo de investidura (prevalencia de los convenios laborales autonómicos, las condiciones que permitieron la segregación de Usansolo, la Ertzaintza ejerce ya funciones de vigilancia en los puertos...). Aun así, y a modo de matiz, la portavoz del PNV en el Congreso, Maribel Vaquero, aseguró que el momento de hacer balance sería el final de este año.

Pero hay una segunda diferencia con Junts. El PNV ya ha aclarado varias veces que no va a rechazar votaciones en bloque, es decir, una eventual ruptura de lo acordado por parte de Sánchez no llevaría al PNV a votar en contra de todas las medidas de manera indiscriminada, incluidas las medidas que sí le parezcan necesarias y tengan apoyo social. Cree que esa decisión no se entendería en Euskadi. Y Esteban ha retirado el foco del PNV porque, con independencia de lo que haga, ya existe una mayoría negativa de PP, Vox, Junts y Podemos. 

El PNV no puede participar en una moción de censura con Vox, y esta situación la utiliza el PSOE en su beneficio, aunque tampoco todo el monte es orégano para Sánchez. Por un lado, y tras la ruptura de Junts, que otro socio como el PNV denunciara el incumplimiento de los compromisos agravaría la soledad política del PSOE y le complicaría el relato de que la legislatura sigue siendo viable hasta 2027. Y reforzar el tópico de que la clase política no cumple su palabra ni los acuerdos no ayuda a frenar la desafección. En ese sentido, por otro lado, ya comienzan a surgir voces entre la opinión pública española que cuestionan que Sánchez esté frenando a la ultraderecha, y se preguntan si alargar la legislatura en estas condiciones no estará provocando el efecto contrario. Se ha visto su auge en Extremadura. Quienes conocen a Sánchez aseguran que quiere aguantar porque cree que tiene una misión superior, porque el suyo es el gobierno socialdemócrata más representativo en una Europa que ha virado a la derecha. Se ve como el último mohicano, pero se arriesga a que le hagan responsable de alimentar a Vox.

El bostezo de Sánchez

El PNV no ha llegado a pedir elecciones, pero lleva semanas avisando a Sánchez de que la legislatura no tiene mucho sentido si se va a convertir en una agonía improductiva y en una larga precampaña sin dar mayores explicaciones sobre Cerdán, Ábalos o los presuntos casos de acoso sexual. Una semana antes del batacazo socialista en las elecciones extremeñas, Sánchez protagonizó una comparecencia donde parecía que iba a arrojar luz sobre las acusaciones de varias mujeres del partido, pero puso el ventilador y dijo que el machismo es un mal “estructural” que también está presente en la empresa privada. Además, eclipsó esa parte con una larguísima explicación de una hora sobre el informe Cumpliendo, al estilo de un discurso de investidura, con la intención de sacar brillo a los datos de empleo. Lo demás pasó a un segundo o tercer plano. Y Sánchez protagonizó en esa rueda de prensa un momento irreverente ante el interés que suscitaban los casos que afectan al PSOE: llegó a fingir un bostezo para preguntar a la prensa o a quien lo estuviera escuchando si les aburre que hable de empleo o anuncie un bono único de transporte.

Mientras tanto, las transferencias esperan. Las últimas (permisos de trabajo y meteorología) se produjeron el 30 de mayo. Pradales ha recordado a Sánchez que puede pasar a la historia como el presidente español que cumplió el Estatuto. Está por ver si ese guiño es suficiente para un socialista que se mueve cómodo en los grandes titulares pero que, por ahora, no ha desbloqueado la situación.

La consejera de Autogobierno, Maria Ubarretxena, en una rueda de prensa anterior

Transferencias pendientes para el cierre el Estatuto

16 de enero

Cinco. La Comisión Mixta tiene previsto firmar las prestaciones no contributivas de la Seguridad Social para el cuidado familiar, la prestación contributiva de desempleo y el subsidio no contributivo del paro, el centro de verificación de maquinaria de Barakaldo sobre salud laboral, salvamento marítimo y seguro escolar. 

Cierre total

Otras 16. Gestión del resto de prestaciones contributivas, dirección de mutuas, gestión del Fogasa, gestión del régimen económico de la Seguridad Social incluyendo la creación de una entidad gestora propia vasca y ampliación de la inspección a las nuevas prestaciones asumidas; puerto de Pasaia y cogestión del puerto de Bilbao, paradores de turismo de Hondarribia y Argomaniz; permisos de circulación y matriculación de vehículos, así como organización de exámenes; régimen electoral municipal, crédito oficial y banca para que el Instituto Vasco de Finanzas se subrogue la posición del ICO, permisos a las aseguradoras privadas, pago de primas de seguros agrarios, dotación financiera para hacer funciones del Cedex en experimentación de obra pública, apoyo a pymes industriales; participar en la gestión de los aeropuertos de Loiu, Foronda y Hondarribia; y dos fuera de la Comisión Mixta: inspección pesquera y seguridad privada.