El PNV pide el Concierto Político para evitar la erosión del autogobierno y el “mercadeo”
Ansola defiende que todas las competencias, actuales y futuras, sean “de verdad” de los vascos sin que nadie las altere
La apuesta por el Estatuto de Gernika hace 46 años, que permitió recuperar el autogobierno tras la dictadura franquista, se percibe todavía a día de hoy como un acierto dentro del PNV por el potencial que tenía esa herramienta. Pero, en este medio siglo, los jeltzales han comprobado cómo los sucesivos gobiernos españoles han arrastrado los pies a la hora de cumplir la ley orgánica y cómo han retenido las competencias pendientes para tener una baza negociadora en caso de necesitar los votos del PNV en el Congreso de los Diputados, lo que ha impedido desplegar todas esas capacidades y competencias. Por ello, el PNV insistió este domingo en que el nuevo pacto que se alcance con el Estado debe “blindar” las competencias y “que nadie pueda modificarlas, adaptarlas a su gusto o utilizarlas como moneda de cambio”. Y propone hacerlo a través de un Concierto Político a imagen y semejanza del Concierto Económico que ya rige las relaciones financieras entre la comunidad autónoma vasca y el Gobierno español, y donde “ninguna de las dos partes puede imponer su criterio a la otra”, sino que es necesario “el pacto entre iguales”, como recordó el presidente del Bizkai Buru Batzar, Iñigo Ansola, en un acto en Galdakao.
“Tenemos una oportunidad única para que todas las competencias, las actuales y las nuevas capacidades políticas, sean de verdad de la ciudadanía vasca. Una oportunidad única de acabar con el mercadeo continuo con el contenido del autogobierno vasco. Una oportunidad única para blindar nuestras competencias y que nadie pueda modificarlas, adaptarlas a su gusto o utilizarlas como moneda de cambio. Un sistema que garantice lo obvio: el cumplimiento de la palabra dada. Lo obvio en Euskadi, pero que los sucesivos gobiernos españoles llevan 46 años sin cumplir”, denunció.
Origen de la idea
El Concierto Económico permite a las diputaciones forales recaudar sus propios impuestos. El Gobierno vasco paga un Cupo del 6,24% a Madrid por las competencias que desempeña el Estado en suelo vasco, contribuye de manera solidaria a cargas como la deuda y aporta a modo de compensación para los territorios menos favorecidos. Con este modelo pactado, el Estado no puede, por ejemplo, alterar de manera unilateral el porcentaje del Cupo. Ese espíritu lo quiere trasladar el PNV a todo el autogobierno en su conjunto para conseguir una relación bilateral. La propuesta la defendió de manera muy activa el lehendakari ohia Iñigo Urkullu.
En aquel momento no fue posible reactivar la ponencia de autogobierno en el Parlamento Vasco porque las posiciones de los partidos estaban muy enfrentadas. Ahora se mantiene un diálogo discreto para tratar de alumbrar un acuerdo entre PNV, PSE y EH Bildu, que debería arrojar alguna conclusión clara sobre su viabilidad para el mes de diciembre. EH Bildu, en pleno viraje hacia el pragmatismo, recordaba el sábado los 46 años del Estatuto de Gernika (que no apoyó) con una apuesta por dar un nuevo paso hacia la soberanía. Esas palabras confirman su disposición a abordar una estrategia gradual y escalonada, y no una república vasca de la noche a la mañana. Pello Otxandiano lleva meses haciendo suyo el concepto de la bilateralidad que defiende el PNV. Y cabe recordar que, ya en 2018, en la ponencia parlamentaria, EH Bildu respaldó junto al PNV la creación de una Comisión Mixta del Concierto Político, para que la comunidad autónoma y el Estado se reunieran y buscaran una interpretación pactada antes de la entrada en vigor de una ley que estuviera en discordia.
En 2019, ya sin EH Bildu, los juristas del PNV, PSE y Elkarrekin Podemos firmaron la creación de una Comisión Mixta, pero el jurista del PSE la bautizó de otra forma, como Comisión Bilateral de Cooperación. Aun así, ¿qué pasaría en caso de desacuerdo? En su propuesta al margen, EH Bildu añadía la salvaguarda del pase foral en caso de desacuerdo, para no aplicar la ley mientras se resolviera el recurso judicial. El PNV hablaba de una Junta Arbitral. Ahí está el gran quid de la cuestión, las garantías de blindaje. Sin dar ningún detalle sobre las propuestas que están sobre la mesa, el presidente del EBB, Aitor Esteban, sí repite como consigna general desde el Alderdi Eguna que el PNV no estará en el acuerdo si no supone un salto real.
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"No vamos a alimentar frustraciones"
Ansola, por su parte, defendió que “tenemos sobre la mesa la posibilidad de dar un paso adelante en calidad de vida, en derechos como pueblo, en autogobierno”. “Los socios, en una primera etapa, son conocidos y necesarios: PNV, PSE y Bildu. Un consenso que supere el actual, un acuerdo a tres como base para acudir a Madrid y plantear a la sociedad vasca un proyecto con viabilidad política. No vamos a alimentar frustraciones”, avisó.
El jeltzale reclamó el “reconocimiento nacional de Euskadi”, del euskera, la cultura vasca y la “singularidad del autogobierno que proviene de los derechos históricos”, y también un blindaje. “El Concierto Económico es un cofre de doble llave: ninguna de las dos partes puede imponer su criterio a la otra, es necesario el pacto entre iguales. Planteamos aplicar este modelo a las relaciones políticas con el Estado, una relación bilateral efectiva que impida el incumplimiento o la erosión del autogobierno pactado. Un Concierto Político que reconozca el hecho diferencial vasco, nos ofrezca más capacidades políticas para responder a los nuevos retos y un sistema de garantías imparcial. Reconocemos el camino recorrido con el Estatuto de Gernika. Pero que no nos pidan celebrar un incumplimiento ni renunciar a nuestros derechos. Eso no lo haremos jamás”, avisó.
"Quien no condena la violencia no es un político digno de este país"
Por otro lado, criticó que, ante “el odio” a la Ertzaintza, Bildu, “como siempre, mire a todas partes menos a una, a la principal: a la violencia y al señalamiento de quienes no piensan como ellos, porque también Bildu se vale de la antipolítica para hacer política. Juego sucio contra la patria vasca”. Avisó a Pello Otxandiano de que para condenar la violencia “no hace falta ser juez o cura, es suficiente con ser un político digno”. “Quien no condena la violencia no es un político digno de este país”.
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Ansola denunció los “episodios de antipolítica protagonizados en Euskadi por los de siempre” y “contra la Ertzaintza”, en referencia a los altercados en Gasteiz o el boicot a una charla sobre criminología de dos ertzainas en la EHU. “Lo que debe ser sede de la cultura, la formación, los valores y la convivencia, convertida en foro de exclusión y de odio contra la Ertzaintza”, dijo, para añadir que Bildu mira a otro lado. Avisó de que “la violencia, el señalamiento y el odio no tienen cabida en nuestro país”.
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