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Lander MartínezDiputado de Sumar en el Congreso

“La respuesta que ha dado Sumar al caso de Íñigo Errejón ha sido ejemplar”

Lander Martínez lleva quince meses en el Congreso viendo cómo la vida parlamentaria española se degrada al tiempo que su formación vive momentos cada vez más delicados

“La respuesta que ha dado Sumar al caso de Íñigo Errejón ha sido ejemplar”

Acabamos de dejar atrás otra semana de bronca y agonía en el Congreso. Parece que se ha convertido en lo normal y que solo puede ir a peor.

Aquí tengo una posición muy clara. Más allá de que me pueda gustar más o menos que un parlamento tenga vida, que yo creo en eso, la política es pasión, en el Congreso y en el Senado hay una derecha que ha decidido que su participación consiste en crispar la vida parlamentaria y en crispar la vida política subiéndose a las tesis de la extrema derecha. Y eso es lo que vivimos todas las semanas, haya o no haya temas de interés.

No tiene nada que ver con el clima que usted conoció en el Parlamento Vasco.

No, no, es una cosa muy diferente. Quizás en el Parlamento Vasco de vez en cuando también falta un poco de pasión, pero no, no tiene nada que ver. También es verdad que la presencia de la extrema derecha en ciertos niveles enrarece mucho las relaciones parlamentarias.

No hay mal que por bien no venga para ustedes. Toda esta torrentera de actualidad ruidosa ha dejado en tercer plano el ‘caso Errejón’. Pero la cuestión sigue estando ahí.

Sigue estando, en tanto en cuanto supuso un impacto muy duro en la sociedad y en la izquierda en general y en Sumar en particular. Esta misma semana ha sido la del estreno de nuestra portavoz, Verónica Martínez Barbero, lo cual es un símbolo de los cambios que hemos tenido que acometer, más los cambios internos que estamos acometiendo también en materia de igualdad dentro de Sumar.

¿Creen que la respuesta de Sumar ha sido la adecuada?

Creo que sí y lo creo porque veo el trabajo de las personas todos los días y porque además creo que no hay nadie en la política española que haya dado una respuesta mejor a un caso como este. La respuesta ha sido que, sin ningún tipo de duda, sabiendo las consecuencias políticas que tenía esto, cuando Íñigo Errejón admite haber cometido hechos vejatorios hacia las mujeres se le invita a marcharse y así sucede, sabiendo las consecuencias políticas que tenía esto.

¿De verdad no sabían nada de nada? Es difícil de creer.

No, y yo creo que hemos dado muchas explicaciones sobre esto. No es lo mismo conocer aspectos de la vida de una persona que conocer casos de agresiones sexuales que haya podido cometer.

¿Cómo es posible que alguien con unos comportamientos como los que él mismo ha reconocido pasara por un referente político?

Los referentes políticos construyen imágenes externas y muchas veces nosotros no conocemos lo que hacen en sus vidas privadas. Esto pasa con Íñigo Errejón o pasa con... No quiero equiparar, porque no es lo mismo, pero también pasa con quien trinca. Esto sucede con diferentes casos. Yo ahí no tengo una explicación real sobre cómo te crees a un personaje que luego no es como tú pensabas.

Esto les ha estallado en un momento muy delicado. En las citas con las urnas de este año han salido muy malparados y cada encuesta les da peores resultados que la anterior.

Sí, veníamos de un momento delicado. Yo creo que el verano nos sirvió como punto de inflexión para empezar a remontar políticamente. Estábamos tomando una buena iniciativa política a la vuelta de las vacaciones. Creo que pudimos poner la cuestión de la vivienda en el centro y pudimos establecer una línea de visibilidad clara en las cuestiones que nosotros tenemos que acometer de manera inmediata. Y es verdad que en ese momento está ya la cuestión de Íñigo Errejón y eso impacta directamente en Sumar y en su estado externo e interno. Eso nos obliga a responsabilizarnos políticamente de la cuestión y a trabajar mirando hacia adelante.

¿Creen que la situación tiene remedio? Da la impresión de que están condenados a la extinción inminente y que nada les salvará.

Sí. Sumar representa un espacio político y sociológico que siempre ha existido y que siempre ha estado presente en la política estatal, con más o menos representación, pero que siempre ha existido. Con sus complicaciones o con el trabajo interno que haya que hacer, pero que sigue teniendo un apoyo parlamentario de 27 diputados y diputadas y que además tiene cinco ministerios. Es decir, materialmente existe y políticamente existe y con futuro.

¿Cuál es el papel ahora mismo de Yolanda Díaz en Sumar? Dio un paso a un lado, pero sigue ejerciendo como referente.

Yolanda Díaz no elude el papel que tiene en este momento como máximo actor político de un espacio que es Sumar. En este caso, ella centra sus tareas en el desarrollo de la vicepresidencia y el liderazgo de nuestra parte del gobierno, pero fue la candidata a la presidencia del gobierno y, aunque no participe en la vida orgánica de manera diaria, sigue siendo la persona que cuando corresponde políticamente dar explicaciones las da y yo creo que eso le honra.

Eso no evita que estén ofreciendo una imagen de transitoriedad.

Sí, por eso íbamos a hacer una asamblea en diciembre, que ahora se va a celebrar en marzo y eso supondrá la finalización de esta época de transitoriedad que se inició en junio y que establecerá los términos políticos organizativos de cómo va a funcionar Sumar en el próximo tiempo.

Pero mientras tanto, los partidos integrantes de la plataforma están inquietos. Izquierda Unida no oculta su malestar.

Bueno, sí, hay momentos en los que algunas de las formaciones que conforman la coalición toman posiciones críticas y tratamos de resolverlas lo mejor posible con dos mecanismos. Uno, la reflexión interna propia, que eso nos lleva a una asamblea y dos, en este momento, el mecanismo que más se está utilizando es la mesa de partidos, que antes se reunía poco y ahora se reúne semanalmente y eso permite que todo este tipo de reclamaciones o demandas que puedan tener sobre el funcionamiento de la coalición partidos como Izquierda Unida se planteen en un espacio orgánico y se solucionen de la manera más rápida posible.

¿Ven con temor cómo Podemos se les aproxima en las encuestas?

No me corresponde a mí mucho analizar los resultados de Podemos, los demoscópicos, quiero decir, sabiendo además que ha pasado muy poco tiempo desde muchas cosas que han sucedido, ¿no? Incluso, probablemente todo lo que ha sucedido esta semana en el Congreso varíe el resultado de las encuestas y bueno, nosotros, desde las elecciones europeas hemos mejorado nuestra posición moderadamente.

Eso suena a lo de “el que no se consuela es porque no quiere”…

No, tampoco es consuelo. Es decir, sabemos que mejorar tu posición políticamente es una cosa que lleva muchísimo tiempo. Pero bueno, no bajamos en las encuestas y eso es bueno.

Hablando de Podemos, ¿qué le parece su actuación? ¿Comparte el temor de Aitor Esteban de que están buscando que fracase la legislatura para medir sus fuerzas en unas elecciones?

Quiero pensar que Podemos no quiere arriesgarse a la existencia de un gobierno de derecha y de extrema derecha en los próximos años solo por medirse en unas elecciones. Quiero pensar que tiene una responsabilidad política con el país mucho mayor de lo que una estrategia así supondría.

¿Se explica la actuación de sus excompañeros respecto al paquete fiscal? Estaban denostando el acuerdo un minuto antes de sumarse y de atribuirse en exclusiva su mejora.

Bueno, yo entiendo que son las legítimas estrategias que utiliza cada uno para ocupar un lugar. En el Congreso hay tantos actores y tan variados que es muy difícil tener tu lugar destacado y cada uno elige la forma en que busca ese lugar. No lo comparto, pero aunque agradezco que el paquete fiscal haya salido, me preocupan más otras cosas. Me preocupa que Podemos, por ejemplo, finalmente votase en contra del impuesto al diésel.

Al final, el paquete fiscal salió. ¿Cómo se explica que votaran a favor fuerzas que tienen propuestas sobre impuestos diametralmente opuestas? ¿Es lo mismo lo que apoya Junts que lo que apoyan ustedes, Bildu o Podemos?

Hemos llegado a un equilibrio probablemente no del todo satisfactorio para nadie en el que la mayoría de la investidura ha encontrado un punto aceptable para lo que era un objetivo estratégico del gobierno, que era poder permitirse un presupuesto más expansivo apoyándose en la recaudación, especialmente en las grandes fortunas y las grandes empresas.

Se diría que lo único que une de verdad a la llamada mayoría de la investidura es el miedo a un gobierno de PP con Vox.

No me parece poca cosa. Pero bueno, yo voy a darle la vuelta a ese planteamiento. Estando en las posiciones en las que están el PP y Vox en este momento, lo que une a las fuerzas políticas que apoyaron la investidura es la defensa de la democracia, es la defensa de un país inclusivo y plurinacional y que se parece mucho más a las personas y que es lo contrario del país que defienden PP y Vox: un país excluyente y racista.

¿Cuál es su papel en la coalición de gobierno? No queda nada claro.

Nosotros siempre hemos tenido claro cuál era nuestro papel y yo creo que el acuerdo fiscal que hicimos con el Partido Socialista demostraba bastante hasta dónde queríamos llegar. Luego esto, por causa de Junts, etcétera, no se ha completado, pero nuestro papel es trasladar las políticas netamente progresistas al gobierno.

¿Qué trato les da su socio?

El PSOE es un socio de gobierno que tiene que practicar la geometría variable y que a veces probablemente no acierta cuidar a todos sus socios como debería. Y nosotros tratamos de moverles al buen camino siempre que hace falta.

¿Les preocupa el frente judicial del PSOE?

Nosotros tenemos muy clara nuestra posición en lo que respecta a la corrupción. Todo el que haya tenido relación con prácticas corruptas tiene que caer. Si hablamos de las acusaciones del jueves [las de Víctor de Aldama], la verdad es que lo único que tenemos a día de hoy son las declaraciones de una persona. Y ahí tenemos que ver qué son y respetar los procesos judiciales. Y, luego, me gustaría confiar en que el PSOE tiene mecanismos internos suficientes como para tomar las medidas que tenga que tomar si esto escala.

Quedan tres años teóricos de legislatura. ¿Se cumplirán?

El presidente dice que sí. Yo no sé si se van a cumplir enteros los tres años, pero sí que creo que, como mínimo, a la legislatura le queda el doble del tiempo que ha pasado. Y que eso obviamente pasa por impulsar unos presupuestos que creemos que se deben impulsar y que creo que van a salir adelante.