Esquerra Republicana no olvidará esta semana, en la que ha perdido la presidencia de la Generalitat, Aragonès ha dimitido, Rovira hará lo propio y Junqueras, que llegó al liderazgo en 2011, trata de evitar su quema con una maniobra con la que ganar tiempo. Pintan bastos en Esquerra, que ha obtenido 13 escaños menos que en 2021, y sufre en carne propia el mito de Sísifo.

Decida lo que decida sobre sus próximas alianzas, comienza una dura pendiente tras caer de la cima. Basta establecer una comparativa elocuente. En abril EH Bildu obtuvo 27 escaños en las elecciones al Parlamento Vasco de un total de 75. Esquerra Republicana, que venía de gobernar, obtuvo 20 escaños de 135 el 12M, en competencia con el independentismo de Junts. En esta semana desdichada para un partido que ha vivido en su historia momentos muy turbulentos, auscultamos el latido de los republicanos con dos periodistas, Vicenç Pagès (ElNacional.cat) y Pep Martí (Nació Digital), y con el escritor Sebastià Alzamora (Ara), ante un tablero que ha dado la vuelta. El independentismo ha acusado su inercia finalista, y cada formación debe pensar bien su estrategia a corto y medio plazo.

Vicenç Pagès, ElNacional.cat: “Ahora mismo ni ellos saben qué pasará”

Este periodista recuerda que el ciclo declinante de Esquerra no comenzó el 12M. “En las Municipales perdieron 300.000 votos, lo mismo que en las Generales”. Para Pagès ni en ERC se sabe qué ocurrirá en las próximas semanas y meses. Quienes han tomado la rienda de las negociaciones son Marta Rovira y Pere Aragonès. Así que sobrevuela la teoría de que Oriol Junqueras se aparta provisionalmente para no tomar la decisión de pactar con los socialistas. Sin embargo, “dentro del partido hay voces, entre las cuales la de Rovira, que piden que Junqueras no siga”. En este momento “hay gente en el partido que pide pactar con los socialistas, como el exportavoz en el Congreso Joan Tardà, pero también que no quieren ese escenario “ni en pintura”, como Joan Ignasi Elena, conseller de Interior, “próximo a Junqueras”. En cualquier caso, destaca Pagès, la postura de todos los dirigentes republicanos es no entrar en ningún Govern e ir a la oposición.

Carrera atípica

Junqueras, explica este redactor, solo ha sido cabeza de lista en las elecciones de 2012. En 2015 concurrió en Junts pel Sí, aliado con Mas. En 2017 estaba en prisión, y en el 21 y 24 inhabilitado. En una eventual repetición electoral “seguramente tampoco se podría presentar por no llegar a tiempo su amnistía”, dados los previsibles recursos.

El presidente de ERC “entiende que no tiene responsabilidad en la debacle electoral de las últimas tres elecciones, por decisiones que no ha tomado, como la convocatoria anticipada del 12M”. Junqueras “no participó de esa decisión, tampoco de la confección de las listas de la campaña electoral o de la remodelación del Govern”. Para Pagès “la división del independentismo ha pasado factura”, y aunque Junqueras y Puigdemont “hace meses que no se hablan”, el secretario General de Junts, Jordi Turull y su homónima en ERC, Marta Rovira, “sí tienen buena relación, se reúnen a menudo y este es un hilo por donde pueden empezar a tejer”.

Este periodista cree que facilitar la investidura de Illa “partiría” a ERC. “El problema” en una repetición electoral es que” tendrían que improvisar un candidato y podrían perder aún más apoyos”, además de una previsible bajada de la participación que podría facilitar el crecimiento de partidos como Aliança Catalana. Así que “Esquerra tendrá que mojarse” y “priorizar un proyecto”.

Pep Martí, Nació Digital: “El desconcierto es muy grande”

“Esquerra va intentar ganar tiempo, y en primera instancia poner delante a PSC y Junts, que tienen que ser ambos los que resuelvan el sudoku”, señala Pep Martí, para quien el 12M “cierra un ciclo que se había alargado demasiado, el ‘procés’ ya no daba más de sí”, incluido el antiprocesismo o antiindependentismo. “Todo el mundo tendrá que cambiar de guion”, si bien tiene “la sensación de que la derecha española intentará hacer lo mismo que en el País Vasco y en Navarra con ETA, hablar como si todavía existiera”. Martí piensa que “no pueden darlo por finiquitado, porque se quedaría sin discurso”.

Esquerra no lo tendrá fácil para resituarse. Hasta ahora, según Martí, el liderazgo de Junqueras había tenido rentabilidad electoral y la “virtualidad de cohesionar al partido como nunca”. No por convertirlo en monolítico, sino por haber “sabido unir toda su complejidad”. De golpe “esto ha cambiado, y el desconcierto es muy grande”, sin candidato a la presidencia y con Junqueras en un recorrido incierto, dependiente de su fuerza orgánica. Para Martí, el independentismo parece ser consciente de que en unas nuevas elecciones “no tiene absolutamente nada que ganar, y Esquerra quizá menos”. Piensa que sería más fácil y factible que ERC invista en segunda votación a Salvador Illa “para ahorrar a los catalanes otra cita electoral, que generaría mayor irritación cuando ya ha habido una abstención enorme, superior al 40%”.

Voluntarismo en catalunya

A juicio de Martí, “el proyecto independentista”, incluso “la política catalana”, en este momento han dejado de interesar”, lo que “debe hacer reflexionar a todo el mundo”. Entiende que son palpables “las dificultades” del soberanismo catalán para “entender los resortes del poder y del Estado”. Cree por el contrario que EH Bildu, aliado de ERC, es un “actor con una visión mucho más política de la realidad”, en contraste, por lo general, con el soberanismo catalán, que ha demostrado mayor presbicia. “Una mirada ideológica y voluntarista, pero sin saber “distinguir el objetivo a largo plazo, que puede ser tan maximalista como uno quiera”, con otras dinámicas políticas. De ahí, por ejemplo, “la dificultad” persistente para “defender los pactos en el Estado”. A su entender, en el ‘procés’ soberanista “ha habido un exceso de escenificación y de esteticismo, desde “las manifestaciones masivas hasta ahora, adoleciendo de una gestión eficaz de los acontecimientos”.

¿Illa & Sánchez & ERC?

Los socialistas esperarán noticias en Esquerra sabiendo que las elecciones europeas, enfriarán los movimientos. Martí considera que el PSC y el PSOE han “conseguido que encajaran los mundos tan distintos” que representan Sánchez e Illa. “Sectores del orden y la moderación catalana han visto siempre con gran simpatía a Illa y gran desconfianza a Sánchez”. Dos ecosistemas paralelos que ahora han confluido en favor del PSC.

Aunque a primera vista Illa parezca “un hombre gris, ni muy brillante ni muy carismático”, eso “no quiere decir mediocre; ha demostrado una gran inteligencia política”, subraya Martí. Preguntado por si el socialista será empático, dados los problemas de ERC, este periodista cree que el trayecto reciente de Illa así lo apunta, con una oposición “de perfil bastante suave”, con la que “ha facilitado superar algunos bloqueos y se ha abierto a apoyar Presupuestos”. Por tanto, concluye, “está acostumbrado a este baile con el independentismo”, y ha “cambiado radicalmente de posición en el tema de la amnistía”. Al fin y al cabo, Illa sabe que “necesita, como mínimo, a un sector del independentismo. Sus necesidades son también las de Sánchez, recuerda Martí, “y la victoria de uno es la del otro. Muchas veces las estrategias de Moncloa en etapas socialistas y las del PSC iban por caminos distintos. Esta vez van en el mismo raíl”.

Sebastià Alzamora, Columnista de Ara: “El golpe es para todo el independentismo”

Para este escritor, los resultados del 12M impactan en el conjunto del independentismo. Un movimiento que “iba ligado a una idea de progreso, mejora democrática y conquista de libertades y derechos, lo que ilusionaba a mucha gente”, que ha “dejado de hacerlo, y genera rencor, resquemor y desconfianza; y un enfrentamiento constante entre partidos y entre corrientes, facciones, grupos, familias e incluso personas”, llegando a “confrontar a los presos versus exiliados, y a insultar a los presos políticos desde dentro del independentismo”, lo que a Alzamora le pareció “un error escandaloso”.

Este columnista considera que el referéndum pactado que enarbolaba Esquerra era un proyecto “claramente vacío”. A su juicio, en lugar de que el independentismo “asumiese completamente la realidad”, que el 1-O “salió mal” y que “quedan años hasta que se vuelva a repetir una ocasión”, afloraron “falsas promesas”. La del referéndum pactado, a la que “se agarró Esquerra”, o la del unilateral y una nueva DUI, “a la que se agarró Junts”. Alzamora entiende ambas opciones “irrealizables en este momento” y que en las urnas, “eso ha sido penalizado”. Entre Junts, ERC y la CUP, respecto a 2017, han perdido un millón de votos, recuerda.

Junqueras en el foco

Alzamora concede “poco recorrido por no decir ninguno” al planteamiento de Junqueras de dejar la presidencia aspirando a recuperarla en otoño. Por contra, desataca la rápida dimisión de Aragonès, y el anuncio siguiente de Rovira. Un “camino que ya inició Jordi Cuixart al dejar la presidencia de Òmnium”, añade. A su juicio, globalmente el independentismo “ha llegado a un final de etapa”. Alzamora se confiesa “incapaz de dar un vaticinio” respecto a si cristalizará la presidencia de Illa. Diferencia “entre lo que es lógico y lo que puede terminar sucediendo”, y apoya sus dudas en lo que David Miró, subdirector de Ara, escribió hace días en X: “ERC es hoy un partido herido, y los partidos heridos son imprevisibles”. Alzamora cree que la imprevisibilidad se ha convertido en habitual en la política catalana, con una “cierta querencia a los movimientos bruscos”, que hay que tener en cuenta ante “la tentación de la repetición electoral”, hipótesis que de consumarse la vería “un error”.

La otra irrealidad

El columnista destaca la próxima aprobación de la ley de amnistía, “si no se tuerce nada, a finales de este mes”, que podría influir en los escenarios que se barajan en los cuarteles de Junts y de ERC. Todo ello cuando el PP “es un poco esclavo de su propio relato”, difícil de “desmentirlo o matizarlo”, con Puigdemont convertido en “una especie del hombre del saco”. “Un relato tan fabuloso y exagerado”, que según ironiza, “solo tiene un problema”, “que no coincide con la realidad, pero supongo que eso no les debe preocupar”.