El primer pleno de control celebrado en el Parlamento Vasco tras conocerse que Iñigo Urkullu no repetirá como candidato del PNV a lehendakari ha servido para confirmar la estrategia de EH Bildu desde este momento hasta que se celebren las elecciones, en marzo o junio. En la sesión celebrada este viernes, la coalición abertzale ha arrancado la precampaña tratando de proyectar que el Gobierno vasco está finiquitado, intentando presentar a Urkullu como un líder a quien se le ha retirado la confianza desde su partido, y buscando así maximizar cualquier desgaste al mencionar también los problemas que se “acumulan” en su gestión, desde Osakidetza hasta la Ley de Educación. A EH Bildu, que viene de rechazar las leyes de Educación, Salud y Empleo, solo le interesaba ya que Urkullu aclarase cuál será la fecha de las elecciones, cuestión por la que preguntó de manera directa su portavoz Nerea Kortajarena, una de las personas que aparecen en las quinielas como posible aspirante a lehendakari.

Esta pregunta fue la segunda que se formuló en el pleno, precisamente después de otra del PNV al consejero Bildarratz sobre la Ley de Educación que aún se está tramitando y que contradice esa idea de que la legislatura es un cadáver andante. En respuesta a EH Bildu, Urkullu dejó ver, por un lado, que la idea del Gobierno finiquitado está forzada porque la propia Kortajarena habló a veces de Ejecutivo “en funciones”, y en otras ocasiones, de Ejecutivo “casi en funciones”. Por otro lado, le recriminó que “agite y exagere” los problemas que ocurren “aquí y en todo el mundo” con la finalidad de “generar un malestar social permanente para el asalto el poder”. El lehendakari cree que aplica el “plan político de Sortu” y enmarcó en la misma estrategia la “utilización de la huelga feminista” del jueves “para fines partidistas” en beneficio de ese partido. “No lo digo yo, lo dicen ustedes, por escrito”, añadió. Para contrarrestar el discurso de EH Bildu, puso sobre la mesa una catarata de datos que reflejarían que el nivel de renta, pensiones y calidad de los servicios públicos en Euskadi supera la ratio del Estado español.

El debate comenzó con la pregunta de Kortajarena, quien mencionó nuevas “reducciones de horarios en 104 ambulatorios” en Navidad y el “fracaso” del acuerdo educativo. A su juicio, no se puede ocultar que los problemas “se acumulan en un Gobierno que está casi en funciones”. El Ejecutivo no entrará en funciones hasta que se celebren las elecciones y, hasta entonces, tendrá intactas sus atribuciones para aprobar leyes y tomar decisiones. Urkullu respondió con ironía: “Menos mal que hoy estamos casi en funciones. Hasta ahora, estábamos ya en funciones”. A partir de ahí, afeó a Kortajarena que cada quince días le repita “el mismo mantra” y realice un análisis “catastrofista” que no se basa en datos reales. “EH Bildu ha empezado ya la campaña electoral”, concluyó.

"Su partido ya no confía en usted"

Kortajarena le dio la réplica sacando a relucir el proceso interno del PNV. “Esta legislatura está agotada, con todo el respeto se lo digo. Su partido ya no confía en usted para poder ofrecer las respuestas que requiere la ciudadanía y para poder liderar el nuevo tiempo. Y su socio de Gobierno está manifestando que el suyo es un modelo agotado. Su Gobierno en funciones, sus consejeros, sus consejeras y usted mismo pueden intentar mantenerse y hacer como que no pasa nada. Pero la verdad es que no tienen credibilidad”, dijo. Y añadió: “En aras a la estabilidad, debería aclarar cuándo se van a celebrar las próximas elecciones, porque no hay nada más inestable que un Gobierno en funciones”. Pidió abrir las ventanas “a la regeneración política”.

El plan de Sortu, por escrito

Urkullu respondió que EH Bildu “no dice la verdad”. “Prefiere prometer lo imposible, decir que todo se puede resolver con dinero público, que llega para todo, aunque eso suponga hipotecar nuestro futuro”. Un discurso “populista” e “irresponsable” que pretendería exagerar los problemas. “Usted lleva al extremo el plan político de Sortu, que propone generar un malestar social permanente para el asalto al poder”, lanzó. El Plan Político 2023-2024 de Sortu, la fuerza mayoritaria dentro de la coalición EH Bildu y que representa a la izquierda abertzale histórica, se refiere a las "numerosas y diversas dinámicas movilizadoras" como unas acciones que "alimentan la narrativa de la necesidad de cambios sociales". Unas movilizaciones que, según repasa, se han producido en el ámbito socio-sindical, a favor de la sanidad pública o de las pensiones. También citaba la "huelga feminista general".

El documento asegura que "la crisis y el debate socioeconómico marcará el contexto en los próximos meses y años", y "pueden venir nuevas políticas de austeridad, dañando aún más los servicios públicos y las condiciones de vida de la ciudadanía", ante lo cual, "en Euskal Herria, el independentismo de izquierdas tiene que tener el liderazgo de la alternativa social y económica, desde las propuestas socioeconómicas y hasta las movilizaciones en la calle".

Urkullu cree que la izquierda abertzale utiliza políticamente las movilizaciones en la calle y las demandas que se plantean desde distintos sectores. En contraposición, citó la renta media vasca, que es de 23.800 euros, frente a los 19.100 del Estado; o la población en riesgo de pobreza, del 12% en Euskadi frente al 20% estatal. Apostó por la “ambición de mejorar” basándose en datos reales.