A la investidura de Pedro Sánchez solamente le falta el anuncio. El encuentro mantenido este lunes en el Parlamento Europeo, en Bruselas, entre Carles Puigdemont y el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, no es más que el anticipo de lo que puede darse ya como un acuerdo consumado y que podría llevar a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, a fijar el próximo viernes las fechas de un debate que desde las filas socialistas aceleran para que se produzca los días 7 y 8 de noviembre, de forma que Sánchez acuda el fin de semana del 10 y 11 a la Internacional Socialista, que se celebra en Málaga, ya entronizado como presidente del Ejecutivo. La cita, que se ha desarrollado en los despachos de Junts, en cuya pared había colgada un póster con una imagen del referéndum del 1-O, forma parte del gesto que estaba previsto en el guión de ambas formaciones, y escenifica no solo que las conversaciones se hallan más que avanzadas sino el reconocimiento público al president en el exilio por parte de sus interlocutores.

A la cumbre han acudido también el secretario general de JxCat, Jordi Turull, y la presidenta del grupo del PSOE en la Eurocámara, Iratxe García-Pérez así como el jefe de la delegación socialista en Bruselas, Javier Moreno. Tras ella, los dos partidos han compartido un comunicado idéntico donde se subraya que el encuentro presencial se enmarca en los contactos para las condiciones de una eventual investidura. “Todos han coincidido en destacar el buen ambiente del encuentro y han constatado que dichas negociaciones avanzan en la buena dirección. Por ello, se han emplazado a seguir hablando en los próximos días”, reza el texto remitido por ambas organizaciones sin querer entrar en más detalles.

El alegato del pasado sábado de Sánchez a favor de la amnistía no fue más que la prueba del algodón de que este proceso ya no tiene marcha atrás y de que las conversaciones con Puigdemont están casi cerradas. Como señalaba este periódico, el único escollo, no menor, que le separa del pacto es la designación de un mediador internacional que de fe del contenido y continente de este consenso, donde la medida de gracia contará con una exposición de motivos que principalmente se limitará a narrar los hechos de 2017, dejando la calificación de delitos para el articulado, aunque el independentismo pretenda pasar por alto ese señalamiento en aras de defender la legalidad del 1-O.

Carta de Sánchez

Paralelamente, en una carta dirigida a los militantes, Sánchez asegura que la amnistía es el “camino correcto”, ya que contribuirá a “seguir avanzando en el reencuentro para superar las heridas aún abiertas” en Catalunya, aunque, como admitió en el Comité Federal, busca hacer “de la necesidad virtud”, ya que no habría otra forma de evitar la repetición electoral o un Gobierno de PP y Vox. En su contra juega la hemeroteca y los cortes de voz en los que se puede escuchar, cómo hace no tanto tiempo, la plana mayor de Ferraz rechazaba esta medida de gracia por “inconstitucional”. Ahora creen que sí encaja en la Carta Magna porque en su preámbulo se fija como “bien supremo” la “convivencia”. Es decir, el PSOE apuesta por la amnistía para seguir en el poder y no porque crea que los independentistas la merecen, lo que, según expertos constitucionalistas, puede cerrar en falso este problema.

En el escrito, Sánchez precisa que para que salga adelante su investidura hay que “acordar con una mayoría parlamentaria aún más amplia”, al margen de Sumar. “Una mayoría que demanda seguir avanzando en el reencuentro para superar las heridas aún abiertas, producto de una crisis que los socialistas heredamos al llegar al gobierno. Tengo la convicción de que la amnistía contribuirá a hacerlo. La experiencia nos dice que es el camino correcto, como acredita el éxito de medidas adoptadas en la pasada legislatura –indultos y reforma del Código Penal– que han contribuido de forma innegable a mejorar la convivencia en Catalunya”, añade. En su misiva, anima a los militantes a participar en la consulta a lo largo de la semana con la “certeza” de que “el tiempo dará la razón” a los socialistas con su defensa de la amnistía. “Una vez más, los socialistas seremos la fuerza política que amarre nuestro país con la grandeza de mirar adelante y dejar atrás las dificultades causadas por los desencuentros”, apunta, poniendo en valor la política del diálogo y el acuerdo, así como “la pluralidad y la diversidad territorial como un activo único que nos define como país”.