El extraordinario enredo que ha ocasionado el Gobierno español con las lenguas cooficiales en Europa parece reducirse ahora a unas declaraciones poco afortunadas de su ministro de Exteriores en funciones. José Manuel Albares apostó por dar prioridad al uso del catalán sobre el euskera y el gallego en unas declaraciones que buscaban contentar a Junts y ERC, pero que en realidad no se corresponden con el informe jurídico que se va a estudiar, que no da prioridad a ningún idioma. Una tormenta en un vaso de agua, al menos de momento y a la espera de ver cómo se concreta la aplicación práctica del uso oficial de las lenguas en las instituciones europeas. El Gobierno español ha tratado de apagar el incendio ocasionado por las palabras de Albares. Después de que el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, alertara de que este movimiento no facilita la investidura de Pedro Sánchez, el propio Albares le ha llamado este miércoles por teléfono para aclarar que, finalmente, no se va a actuar exactamente así, sino que se va a estudiar en Europa un único informe jurídico que recoge los tres idiomas. 

Otra cuestión diferente será lo que suceda en una segunda fase, cuando se debata la implementación concreta de esas lenguas y su uso en la Eurocámara, donde no sería descabellado que se plantee empezar por el catalán por el número de traductores o por otras cuestiones, lo que podría generar una brecha de un puñado de meses. Pero, en puridad, el informe es uno solo sobre los tres idiomas, y lo que aprobó el martes el Consejo de Asuntos Generales europeos fue esto mismo, estudiar el uso de los tres, sin incorporar preferencias por un idioma. Esteban realizó este anuncio en Radio Euskadi, donde admitió que esta aclaración puede templar los ánimos, aunque el PNV seguirá “ojo avizor” para comprobar si el tratamiento sigue siendo igual para los tres idiomas. “Confiamos en que se vaya desarrollando positivamente”, ha dicho.

El portavoz ha revelado también que el ministro le envió un mensaje a través de una persona interpuesta el martes, y que el problema fueron sus declaraciones públicas, que “no fueron las más acertadas”. “Él me asegura que lo que se aprobó el otro día no hace referencia a esa prioridad del catalán, y me asegura que se abre un periodo de examen jurídico de un único informe con estos tres idiomas, y luego se abre una fase de implementación, que igual se implanta uno u otro idioma más rápido. El examen es para los tres, y de lo que se aprobó tras sus declaraciones podría pensarse que es así, pero el Gobierno español tiene que reforzarlo con sus hechos”, zanjó, para lamentar los “guiños innecesarios” que ha realizado en las últimas horas.

Correo electrónico para Marian Elorza

En paralelo, la secretaria de Acción Exterior del Gobierno vasco, Marian Elorza, ha recibido un email del jefe de gabinete de Albares, donde el Gobierno español trata de poner en valor su trabajo para impulsar la cooficialidad de las lenguas e intenta reconducir el malestar de los jeltzales y del propio lehendakari. La cuestión parece reducirse a que el Gobierno español necesitaba lanzar un guiño a los soberanistas catalanes, y forzó unas declaraciones que no se corresponden exactamente con la realidad. 

Lo que sucede en este caso es que el uso de las lenguas cooficiales en Europa se ha topado con las dudas de algunos países que objetan el coste económico que pueden tener las traducciones, aunque ninguno ha puesto un veto. En cualquier caso, viendo que este despliegue podría no avanzar tan rápido como quisiera el Gobierno español para contentar a sus socios, Albares tomó una decisión salomónica y anunció en público que la lengua catalana podría ser reconocida en primer lugar por su número de hablantes y porque sus representantes políticos se han expresado con una mayor insistencia. Este mensaje cayó como un obús en Lehendakaritza, que la semana pasada autorizó el envío de dos cartas al Gobierno español precisamente para pedirle un grupo de trabajo al respecto, y se encontró con que Albares insinuaba un menor interés por la parte vasca, en un intento de enmascarar las urgencias que tiene Pedro Sánchez para la investidura.

¿Qué aprobó Europa?

Si se consulta la página web del Consejo de Asuntos Generales europeos donde se debatió el uso de las lenguas cooficiales, se habla en todo momento de los tres idiomas. “El Consejo ha debatido sobre la solicitud de España de incluir el catalán, el euskera y el gallego en el Reglamento 1/1958, que regula el régimen lingüístico de la UE. La solicitud fue notificada a la Presidencia del Consejo el 17 de agosto de 2023, mediante carta del ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España. En la actualidad, el uso del catalán, el euskera y el gallego se rige por acuerdos administrativos entre España e instituciones y órganos consultivos concretos de la UE. El Consejo ha mantenido un cambio de impresiones constructivo y ha decidido seguir trabajando en la solicitud de España de modificar el Reglamento 1. El Consejo de Asuntos Generales seguirá ocupándose de este asunto”, zanja.

Se incluye como documento adjunto la propuesta oficial de modificación del reglamento que ha planteado el Estado español, que tampoco da prioridad a una lengua sobre otra. El problema ha llegado con las palabras de Albares, que parecían sugerir un plan B, un despliegue en la práctica que dejaría al euskera y el gallego en segundo plano. En puridad, nada garantiza que esto no vaya a suceder en el futuro, pero al menos ese planteamiento no está plasmado por escrito. El PNV lo peleará para que no se produzca esta discriminación en una segunda fase.