PSN y Geroa Bai afrontan hoy un nuevo esfuerzo de negociación para tratar de desbloquear la formación del nuevo Gobierno de Navarra. Los dos partidos se han citado en busca de un punto de encuentro que ahora mismo parece lejano, pero que ambas partes quieren explorar para evitar un escenario de ruptura. La cita, a la que también acudirá Contigo-Zurekin, será posiblemente la última antes de dar paso al proceso de investidura, previsiblemente la próxima semana. Queda por ver en qué circunstancias.

Tras los desencuentros públicos de los últimos días ha llegado el momento de poner punto final a la negociación. Los plazos corren y, con acuerdo o sin él, es necesario empezar a tomar decisiones. De hecho, el PSN piensa ya en solicitar al presidente del Parlamento, Unai Hualde, el inicio del proceso parlamentario, aunque sea sin acuerdo con Geroa Bai.

Antes sin embargo los socialistas quieren explorar una nueva posibilidad de acuerdo. Para ello tienen previsto presentar otra propuesta de estructura de Gobierno, el escollo principal de los últimos días, mejorando la posición de Geroa Bai en el futuro Gabinete de Chivite. El problema es que las posturas están demasiado alejadas como para facilitar un consenso mínimo en el que todas las partes se puedan sentir cómodas. O el PSN mejora mucho su oferta inicial, o lo más probable sigue siendo un desencuentro de consecuencias imprevisibles.

Geroa Bai pide repetir la misma fórmula de Gobierno que en la pasada legislatura, con sus mismas áreas y competencias, de forma que pueda seguir gestionando los proyectos que tiene en marcha. Desde la premisa además de que éste debe ser un Gobierno de coalición transversal que refleje la pluralidad de Navarra.

Pero los socialistas están lejos de esa posición. Quieren revisar la estructura del Ejecutivo porque quieren repartir de forma diferente las áreas de gestión, ganando peso a costa de su socio. Incluidas aquellas competencias que han tenido más protagonismo estos últimos años, como la transición energética, el desarrollo industrial o los fondos europeos que están en manos de Geroa Bai, pero que ahora tiene dos escaños menos.

Para complicar más la situación, Contigo-Zurekin dio ayer por cerrado su acuerdo con el PSN. Un pacto bilateral en el que la coalición de Begoña Alfaro asume la cartera de Vivienda, actualmente gestionada por Geroa Bai, y que la coalición de Uxue Barkos aspiraba a mantener de la mano del vicepresidente José Mari Aierdi, que sin embargo quedará fuera del Gobierno de Chivite.

Proceso se investidura

A la espera de lo que pueda ocurrir hoy, los socialistas tienen previsto reunir en los próximos días a su ejecutiva para fijar una posición definitiva. Todo apunta a que solicitarán al presidente del Parlamento que lleve a cabo la ronda de consultas con los grupos parlamentarios y fije fecha para el pleno la próxima semana.

Un escenario que afrontarán incluso en el caso de que Geroa Bai finalmente no forme parte del Gobierno. El apoyo de EH Bildu, que ya ha avanzado su disposición a votar a favor de Chivite sin ninguna condición previa, facilita el proceso, aunque no la gobernabilidad. Sería un Gobierno con el respaldo de 14 parlamentarios (los 11 del PSN y los 3 de Contigo) condenado a buscar el apoyo de los 16 de Bildu (9) y Geroa Bai (8) y abierto a una geometría variable que puede acabar dando protagonismo a UPN (15).

Queda además por ver qué decide Geroa Bai, que ahora tiene en su mano la llave de la investidura. La coalición de Uxue Barkos reitera su voluntad de acuerdo pero rechaza hacerlo en las condiciones que le plantea el PSN, que considera humillantes y una invitación a salir del Ejecutivo foral. Porque no está cerrado el acuerdo programático, en el que quedan aristas importantes por pulir. Ni tampoco las herramientas de control interno que deben garantizar el cumplimento de los compromisos alcanzados.

Así que, más allá de su presencia o no en el Gobierno, Geroa Bai avisa que no dará sus votos de forma incondicionada. Tampoco en el caso de una hipotética abstención. No al menos sin unos compromisos programáticos claros y sin garantías de que se vayan a cumplir. Mucho menos después de cómo se han desarrollado las conversaciones los últimos días, en los que se han sentido maltratados por quienes han sido sus socios los últimos cuatro años. Todos los escenarios, apuntan en la coalición, están abiertos y no se descarta nada.

Para esta tarde está prevista además una asamblea del PNV en Navarra, y para el viernes la de Socialverdes, la otra pata de la coalición. De ambas citas saldrá una posición política que será determinante para el voto de Geroa Bai a la investidura de Chivite. PSN, EH Bildu y Contigo-Zurekin prevén iniciar también sus respectivos procesos de consulta a su militancia para avalar, en cada caso, su voto a favor.

La negociación entra así en su fase definitiva. No era el escenario previsible tras las últimas elecciones, pero es al que apunta un desencuentro tan inesperado como incierto. Y que puede echar por tierra un Gobierno de coalición que se presentó como una apuesta estructural para el futuro, pero que puede estar ante sus últimos días.