A fin de dignificar la memoria de los combatientes republicanos inhumados en el mausoleo franquista del cementerio de Polloe y de resignificar este lugar, el Gobierno Vasco, a través del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos Gogora, y el Ayuntamiento de Donostia han rendido este domingo un homenaje a los 17 milicianos cuyos restos mortales han sido identificados por la Sociedad de Ciencias Aranzadi (ninguno de ellos se ha podido recuperar). Se calcula que alrededor de 200 combatientes comunistas, anarquistas y sindicalistas fueron enterrados en esta tumba fascista.

Se trata de Pedro Arriola, Severiano Asarta, Narciso de Santos, Lorenzo Echarri, Marcos Gallurralde, Camilo Ibáñez, Manuel Inoriza, Francisco Irazabal, Álvaro Izurza, José Lage, Luis Larrea, Ambrosio Narvaiza, Pedro Olmedo, Clemente Queipo, Eusebio Serrano, Benito Uranga y Eloy Zufiaurre, cuyos nombres se recogen desde ayer en una placa. Se cree que todos ellos fueron asesinados entre el 22 y el 25 de julio de 1936, en los combates que precedieron a la ocupación militar de Donostia por parte de los sublevados. Para mayor humillación, fueron inhumados en el mausoleo construido en 1939 para albergar los cuerpos de los combatientes fascistas caídos durante la Guerra. 

Ya el pasado mes de mayo, cumpliendo con la Ley de Memoria Histórica, el Ayuntamiento de Donostia y el Gobierno Vasco dieron un primer paso en la resignificación de este espacio, retirando una placa con la inscripción: A la memoria de los asesinados por defender sus ideales, de Dios y España. Una oración por sus almas. Ahora, la placa con los nombres de los milicianos y una réplica de la escultura Duintasuna, del escultor Iñigo Arregi, completan la resignificación de este espacio y salda la deuda con “aquellos que lucharon por nuestras libertades”. 

Las familias piden que sea retirada la gran cruz que corona el mausoleo por su enorme relación con la simbología franquista y por ser contraria a los ideales que los asesinados defendieron

Así lo ha señalado el alcalde de Donostia, Eneko Goia, que puso en valor este “ejercicio de memoria histórica” que permite “devolver la dignidad” a este mausoleo. “Continuamos recuperando espacios para recordar y reparar el daño que el franquismo perpetró en nuestro pueblo”, ha indicado. Goia ha encabezado este homenaje en el que también han participado el viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación del Gobierno Vasco, José Antonio Rodríguez Ranz; la directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos Gogora, Aintzane Ezenarro; la concejala de Solidaridad y Derechos Civiles del Ayuntamiento de Donostia, Ane Oyarbide; y otros miembros de la Corporación donostiarra, así como una treintena de familiares de las víctimas, que han asistido muy emocionados al homenaje. Las autoridades les entregaron una pequeña réplica de la escultura Duintasuna y han presenciado al aurresku de honor que han llevado a cabo dos dantzaris. Seguidamente, ha tenido lugar una ofrenda floral de claveles blancos y rojos que han sido depositados frente al panteón y con la que se ha dado por concluido el acto. 

El viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación del Gobierno Vasco, José Antonio Rodríguez Ranz, ha valorado que con esta resignificación, el mausoleo franquista de Polloe pasa a convertirse en un “símbolo de la memoria histórica”.

Como reza la escultura de Arregi, esta resignificación permite a las víctimas y a sus familias recuperar la dignidad que los fascistas quisieron arrebatarles. Ahora, piden que sea retirada la gran cruz que corona el mausoleo por su enorme relación con la simbología franquista y por ser contraria a los ideales que los asesinados defendieron.