La guerra civil en EA tiene cada vez más llamadas de emergencia. En una carta, doscientos afiliados de EA, entre ellos el fundador del partido, tres expresidentes, exalcaldes y exconsejeros del Gobierno de la CAV, claman contra la deriva de la dirección liderada por Eba Blanco.

La mayoría del partido acusa al sector oficialista de haber erosionado completamente la vida democrática del partido, que vive en la “dedocracia” y la exclusión del disidente aunque para ello tenga que intervenir las coordinaciones territoriales, tal y como censuran.

Reclaman volver al sistema de “un afiliado, un voto”, exigen procesos internos limpios y recuerdan que los tribunales han puesto el foco también en las formas de la dirección actual. Y, por último, también vuelven a hacer un llamamiento a EH Bildu para que no mire a otro lado mientras en uno de los partidos que forman la coalición se producen estos hechos.

El escrito, secundado por los históricos y la mayoría de la afiliación, llega en un momento clave: ese en el que EH Bildu se encuentra elaborando las listas para los comicios municipales y forales del próximo 28 de mayo, y donde la actual dirección de EA quiere asestar uno de los golpes definitivos al sector crítico borrándolos también de las instituciones.

Silencio “sonoro” de EH Bildu

En la carta, titulada Cuando el fin justifica los medios, los firmantes reclaman poder elegir la secretaría general de EA mediante el sistema un afiliado, un voto. Además, critican que Blanco se escude en una criticada lectura estatuaria la posibilidad de que “designe a dedo” a los coordinadores territoriales. Todo con el “silencio sonoro” de EH Bildu, dicen

Según los críticos, Blanco ha dejado en manos de una reducidísima cámara de su confianza –la ejecutiva nacional, compuesta por cinco personas– las decisiones más importantes del partido, lo que desvirtúa la esencia fundacional del movimiento.

“Somos muy críticos con esta dirección acomodaticia que es capaz de cambiar los principios democráticos del partido, por no se sabe qué tipo de compromiso adoptado por Urizar con la firma del Baluarte en 2017 y que nunca, remarcamos, nunca, ha tenido el aval de la afiliación de Eusko Alkartasuna”, concluyen.