En política, si un hecho es negado muchas veces tiene todas las papeletas para convertirse en realidad. En el caso de los cargos que se ven cuestionados o envueltos en una polémica, su ratificación en el puesto suele ser la antesala de una expulsión inmediata y sin vuelta atrás. Ayer, destacados dirigentes del PP, empezando por su presidente, Alberto Núñez Feijóo, echaron balones fuera respecto a un posible adelanto electoral en Castilla y León, donde las veleidades de su compañero de coalición, Vox, respecto al derecho al aborto ha provocando una tensión insoportable a nivel interno y con el Gobierno español, amén de con el resto de partidos. Pero la sola mención de la cita con las urnas hace que muchos estén pendientes de lo que pueda decidir el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco.

Las medidas antiabortistas presentadas hace una semana por el vicepresidente de la comunidad, Juan García-Gallardo, de Vox, han provocado el rechazo unánime de la clase política y han llevado a Moncloa a esgrimir iniciativas judiciales para impedir su aplicación. Mientras, el partido de ultraderecha se mantiene en sus trece y ha amenazado con revisar el pacto en CyL ante lo que consideran un incumplimiento de su socio de los términos de su coalición. En este caldo de cultivo, diversas informaciones apuntan a la posibilidad de que Mañueco, incapaz de domar a su compañero de gabinete, aproveche para abrir los colegios electorales el 28 de mayo, que se convertiría entonces en un superdomingo electoral al coincidir con las municipales, forales y autonómicas en muchas comunidades del Estado. Los comicios en Castilla y León tuvieron lugar hace apenas un año, el 13 de febrero del ejercicio pasado.

Preguntados a este respecto, dirigentes del PP, más que negarlo, desviaron la atención y recordaron que la potestad para dar el paso corresponde tan solo a Mañueco. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, dijo que “no tengo ningún indicio sobre ese asunto, ni me corresponde contestar, ni honradamente creo que sea un debate que en este momento se esté dando en Castilla y León”. El presidente de la Junta andaluza, Juanma Moreno, recordó que “es una facultad exclusiva de Mañueco y será él, y solo él, el que puede tomar esa decisión”. Hubo una tercera voz, el vicesecretario de Organización del PP, Miguel Tellado, quien dijo que la continuidad de Vox en el Gobierno castellanoleonés es una cuestión que debe decidir el presidente de la Junta, “sin que nadie se inmiscuya en ello”.

Incendios

Otra clave la pueden aportar las declaraciones ayer del portavoz del comité de campaña del PP, Borja Sémper, quien como cabeza visible del pretendido giro moderado que Feijóo busca imprimir a su partido siguió en su papel de azote de Vox. Llamó “irresponsable” a Gallardo por anunciar medidas “inexistentes” para las que no tenía competencias y le instó a “no cizañear” ni “provocar incendios”. Insistió en que tanto CyL como el Estado necesitan gobiernos que no generen “incendios”.