La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya negocia con sus socios parlamentarios los futuros presupuestos de 2023, que defiende que se aprobarán porque "si el Gobierno del Estado español está poniendo encima de la mesa las cuentas públicas es porque tiene confianza en poder llevarlas adelante".

En una entrevista con la Agencia EFE, Montero ha avanzado que ya ha tenido "conversaciones con algunos de los socios parlamentarios para poder promover" los futuros presupuestos, unos contactos que se extenderán durante los meses de agosto y septiembre.

La pasada semana, el Gobierno aprobó el límite de gasto no financiero para el próximo ejercicio y ha iniciado "las conversaciones con Podemos para aprobar en tiempo y en forma el proyecto de ley", lo que supondría llevarlo al Congreso antes de que termine septiembre.

Posteriormente, la ministra prevé dialogar con "el conjunto de socios que normalmente aprueban las cuentas públicas", aunque matiza que ya ha mantenido "conversaciones" con el PNV y ERC en el marco de la aprobación del techo de gasto y la referencia de déficit autonómico.

De lograr aprobar las cuentas del próximo año, 2023 sería el tercer año consecutivo que arranca con presupuestos aprobados. Los dos anteriores superaron el trámite en el Congreso con los apoyos del PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu, PDeCAT, Más País, Compromís, PRC, Nueva Canarias y Teruel Existe.

NO DESCARTA BAJAR EL IVA A LOS PRODUCTOS DE HIGIENE FEMENINA

En el marco de estas negociaciones, Montero abre la puerta a que se puedan incorporar a las futuras cuentas algunas medidas fiscales, siempre que sean compatibles con las políticas para paliar los efectos de la guerra en Ucrania.

"No descarto que se puedan incorporar algunas medidas", señala, y alude específicamente a la bajada del IVA para los productos de higiene íntima femenina y a "toda la parte medioambiental".

Sin embargo, afirma tajante que retomar la propuesta de equiparación de la fiscalidad del diésel y la gasolina "en este momento no sería razonable", aunque no descarta "hacerlo a lo largo de la legislatura, una vez que pase el nubarrón" de la guerra en Ucrania.

Los presupuestos tampoco incorporarán la deflactación de la tarifa del IRPF -el ajuste de los tramos a la subida de salarios derivada de la inflación- porque "las bajadas masivas de la fiscalidad están contraindicadas" para contener la inflación, ya que pueden provocar "efectos de segunda ronda que puedan cronificar una situación que a priori es transitoria".

Con respecto a la subida de los salarios de los empleados públicos, Montero insiste en su intención de incluirlos en el futuro pacto de rentas, al tiempo que asegura que, de no ser posible, negociará con los sindicatos la actualización que tendrá que ser "muy prudente" para evitar efectos de segunda ronda.

La inflación será uno de los aspectos clave que marcarán la política económica de los próximos meses, lo que afecta también a los presupuestos, pero Montero trabaja sobre la perspectiva de que las medidas adoptadas hasta ahora sean eficaces y, "ojalá", la guerra en Ucrania haya finalizado a final de 2022.

A pesar de ello, la ministra deja la puerta abierta a "reeditar algunas de las medidas" implementadas hasta ahora para atajar la inflación -entre las que figura la bonificación a los carburantes o la bajada de los impuestos eléctricos- más allá de diciembre o a modificarlas.

"Si cuando se acerque diciembre es necesaria la prórroga de alguna de ellas, así lo haremos", zanja.