- El Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria ha revocado el tercer grado concedido por el Gobierno Vasco a los presos de ETA Jorge Martínez Ahedo e Iñaki Bilbao Gaubeka el pasado 18 de mayo, alegando que no han pedido perdón expreso a sus víctimas.

En sendos autos, el juez central de vigilancia penitenciaria José Luis Castro admite los recursos de queja de la Fiscalía de la Audiencia Nacional contra la progresión de grado de ambos presos, por lo que acuerda que los dos vuelvan a ser clasificados en segundo grado. Al resolver estos recursos, Castro insiste en la necesidad de que se cumpla con el requisito del perdón expreso a las víctimas para obtener beneficios penitenciarios, en contra de lo que estableció recientemente la sección primera de lo Penal de la Audiencia Nacional, encargada de resolver los recursos de apelación de los presos a las decisiones del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria.

Según una reciente resolución de dicha Sala, y de la que fue ponente el magistrado José Ricardo de Prada -de carácter progresista-, la formulación de ese perdón expreso no debe considerarse un “requisito legal” para conceder beneficios penitenciarios.

Respecto de Martínez Ahedo, exintegrante del Comando Bizkaia, Castro indica que se trata de un interno condenado a 30 años de prisión por asesinato terrorista, pena de la que en agosto habrá cumplido las tres cuartas partes y su salida de prisión estaría prevista para 2028.

Según consta en su expediente penitenciario, ha expresado su renuncia explícita a la actividad delictiva, y aunque el juez asegura no dudar de “la sinceridad de sus reflexiones” expuestas en una carta en la que manifiesta sus “disculpas a todas las personas a las que he causado daño”, no cumple con ello el requisito del artículo 72 de la Ley Orgánica General Penitenciaria “de petición expresa del perdón a las víctimas de sus delitos”.

En la misma situación se encuentra Bilbao Gaubeka. Castro observa que se ha declarado insolvente respecto al abono de la responsabilidad civil a la que fue condenado, y que, pese a haber “sido capaz de manifestar el daño causado” y de “mostrar empatía hacía las víctimas y arrepentimiento”, no ha llegado a formular ese perdón expreso.